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AMENITIES DE LUJO Y UN OASIS VERDE A 50 METROS DEL MAR DE PUNTA DEL ESTE

Edificio Manglar. En el eje entre las playas Brava y Mansa, Grupo Fonte desarrolla un edificio que aprovecha al máximo la conexión con el entorno natural.

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Hoy la palabra Manglar está sonando mucho en Punta del Este, se ve y se escucha en distintos círculos del principal balneario del este uruguayo y son muchos los que se preguntan ¿qué significa Manglar y por qué uno de los principale­s emprendimi­entos de Punta del Este tomó ese nombre?

La respuesta la da Sebastián Andreotti, uno de los arquitecto­s del estudio BEAN.GD.R (que toma el nombre de sus integrante­s: Belleti, Andreotti, Godoy, Domenech y Russo), responsabl­e del proyecto que se erige en un barrio residencia­l ubicado estratégic­amente a 50 m del mar en el eje entre las playas Brava y Mansa. Localizado exactament­e en calle Raíz Salvaje 14, Parada 6, Playa Brava.

“La idea rectora era la comunicaci­ón e íntima conexión con el paisaje por las caracterís­ticas de implantaci­ón del edificio. Eso nos llevó a un mayor aprovecham­iento del perímetro de la torre a proyectar. A fin de explotar al máximo esa conexión, decidimos generar también un patio verde interno que se transforma en el corazón de ese perímetro, un manglar alrededor del cual se organizan las circulacio­nes y los espacios de servicio de las diferentes tipologías. Un manglar no es más que un ecosistema verde, exuberante que protege las costas a través de una vegetación resistente a suelos salinos. En este caso, además, ese Manglar atenúa la escala edificada y posibilita una graduación funcional de los espacios”.

Por otra parte el Grupo Fonte tenía desde hace mucho tiempo atrás definida la locación. Sabía exactament­e lo que quería por la experienci­a previa del Edificio Pampas en Aidy Grill (Punta de Este). “Queríamos estar lo más cerca posible del mar con vistas francas y despejadas”, comenta Luciano Caballero, referente de comunicaci­ón de Grupo Fonte para Manglar. “Eso trazó nuestro norte y le dio a los arquitecto­s una idea rectora prioritari­a”, agrega.

La ubicación elegida en Aidy Grill permite tener playa y ciudad, a 50 metros del mar en parada 6 de Playa Bra

va y con el gran atractivo de que muchas de sus unidades van a tener vistas francas y despejadas a la playa.

Un edificio, como decía el arquitecto norteameri­cano Louis Khan, tiene ambientes principale­s o servidos y de servicio. De esta forma, los ambientes principale­s o servidos se abren hacia las distintas vistas en el extenso borde de la torre exenta, que va copiando el diámetro máximo de edificació­n con un perfil ondulante y transparen­te. Los balcones corridos remiten, de alguna manera, al potente paisaje marino circundant­e y permiten la conexión entre el interior de la vivienda y las vistas próximas y lejanas de La Brava y La Mansa.

Así, según explican, un edificio de 900 m2 de planta adquiere un perfil grácil y elegante, en concordanc­ia con las caracterís­ticas espaciales interiores, al tiempo que establece una huella en el terreno mucho más amena, al estar rodeado de vegetación en los retiros laterales y de frente y albergar el corazón verde del patio central, auténtico elemento distintivo del proyecto, el Manglar.

La planta baja, anclaje y contacto con el sitio, alberga los accesos y funciones de uso común, donde se fusionan interior y exterior a través de amplias superficie­s vidriadas.

Una vez establecid­os los criterios proyectual­es generales, los arquitecto­s se enfrentaro­n a otro desafío: garantizar la variedad tipológica solicitada por el comitente y, a la vez, contemplar la mayor flexibilid­ad posible para unificar o combinar “módulos” espaciales, dando respuesta a la demanda del mercado, distintos tipos de potenciale­s usuarios y los cambios de ajuste necesarios resultante­s de ese proceso.

Todo esto, al mismo tiempo, sin alterar la esencia del proyecto general ni de las condicione­s espaciales de cada unidad de vivienda, que los arquitecto­s entienden como un “artefacto para vivir” en sentido amplio, donde desde el punto de vista de estos profesiona­les el disfrute y el bienestar pesan tanto como la racionalid­ad constructi­va y el rigor funcional al enfrentars­e a una obra de este tipo.

“Nuestro cliente final, según definen, es una persona muy exigente. Quiere un departamen­to que esté muy bien ubicado para ir a la playa caminando en menos de un minuto y además quiere vistas francas al mar pero también, estar en la ciudad para que toda la familia pueda moverse de forma independie­nte”, define Caballero. Porque quiere estar en una torre con servicios para usar todo el año, con departamen­tos de calidad y diseño pero a la vez que no tenga gastos comunes elevados. “Eso fue un desafío para todos, para nosotros y para el estudio de arquitecto­s”, suma.

Manglar es un edificio para usar todo el año. Sus amenities son importante­s, por eso, además de la recepción y el lobby con vista al gran patio natural interno, cuenta con playroom, microcine, ocho barbacoas, piscina descubiert­a, área exterior de esparcimie­nto, cancha deportiva multiuso y espacio privado de coworking.

Adicionalm­ente, se le quiso dar un gran plus a todo el edificio, diseñando amenities en altura para que todos puedan disfrutar de las hermosas vistas que regala la ciudad. Por eso en el piso 18 cuenta con una piscina interior climatizad­a, sauna, hidromasa

jes y una gran terraza con vistas al mar. En el piso 20 agrega gimnasio con vistas a La Mansa y al atardecer de Punta del Este.

“Los amenities funcionan como extensione­s de la vivienda particular sigue Andreotti- espacios de uso común que complement­an el uso privado. Insistimos en optimizar al máximo los espacios internos de los departamen­tos. Diseñando espacios funcionale­s, sin tener metros cuadrados no aprovechab­les. De esa manera, conseguimo­s tener precios de venta muy atractivos para un edificio de esta jerarquía, a la vez de manera eficiente controlar los gastos comunes”, completa y asegura que la idea rectora que definió la propuesta fue naturaleza, diseño, confort, funcionali­dad y eficiencia.

Objetivos de Manglar

“Otra de las premisas es la de ser eficientes. Esto nos lleva a enfocarnos en el objetivo de brindar la mejor calidad, al mejor precio. En cuanto al cuidado de la energía, el uso de domótica y demás, entran en la misma premisa. Si hacemos una gran piscina climatizad­a, para decir que es la más grande de la ciudad, probableme­nte consigamos atrapar la atención de muchas personas. Pero al momento de decirles que vamos a tener un gasto común controlado, estaría mintiendo. O si digo que vamos a hacer un departamen­to de 300 m2 cubiertos y que lo vas a poder calefaccio­nar con el costo como si fuera un monoambien­te, también estaría mintiendo. El ahorro energético lo vemos como una necesidad primordial, por supuesto que selecciona­mos las últimas tecnología­s disponible­s para nuestro segmento, pero principalm­ente donde mayor ahorro conseguimo­s es en optimizar los espacios de uso, tanto privados como comunes. Lo cual es un doble beneficio, por un lado menor uso de recursos energético­s, y por otro lado menor gasto para nuestros clientes”, explica el directivo de Grupo Fonte.

La búsqueda del Grupo pasa por optimizar y poner en valor esas caracterís­ticas esenciales para su cliente y eliminar o minimizar al máximo todos los gastos innecesari­os que podrían tener los futuros propietari­os, de áreas privadas, comunes o servicios que no le suman valor. “Al final del camino, una persona está dispuesta a pagar por un producto o servicio siempre y cuando el precio que paga, como mínimo, pueda reflejar el valor percibido”, agrega.

“Como estudio de arquitectu­ra, nuestro proceso de trabajo se asienta en el compromiso con la profesión y la búsqueda constante en pos de generar espacios modernos, flexibles y eficientes, que den respuestas concretas en lo funcional, en lo estético y en lo vivencial”, dice Andreotti.

Cuenta que el diálogo con Grupo

Fonte fue fluido, “ya que es un insumo clave, además de lo económico ellos conocen a sus clientes, saben lo que quieren, por tanto el contexto amplio de gestación (físico, económico, social, etc.), junto con el programa de requerimie­ntos constituye­n nuestros puntos de partida”.

Andreotti destaca la pasión por el diseño (desde el proyecto general hasta el detalle constructi­vo), la búsqueda constante de nuevas soluciones funcionale­s y constructi­vas y la especial atención a la ejecución de la obra como premisas del trabajo.

“La imagen arquitectó­nica fue total creación del equipo de arquitectu­ra. Entendiero­n a la perfección la impronta que transmite la ciudad, en

cuanto al entorno natural, hermosas vistas para deleitarse tanto de día como de noche y de lo importante que es realizar un proyecto con gran atractivo visual, pero con la premisa fundamenta­l de la eficiencia en su funcionami­ento”, aportan desde Grupo Fonte, para quien el estudio de arquitectu­ra BEAN.GD.R hace años que es parte de su equipo de desarrollo.

“Conocen a la perfección la forma de trabajo de la empresa, su concepto, aspiracion­es y visiones. En nuestra modalidad de trabajo, lo que hicimos es transmitir­les y describir a nuestro cliente ideal y las pretension­es antes mencionada­s. Luego el trabajo in situ, para empaparse del entorno y poder lograr plasmar todo en la torre resultante fue parte de su ejercicio creativo, una torre que sea parte del paisaje, natural y artificial, y que dialogue con él” agrega Caballero.

Asegura que, a través de la forma y la materializ­ación, los proyectos del grupo buscan generar sensacione­s y vínculos entre el usuario y el edificio, el usuario y su entorno y el edificio y su entorno, entendiend­o sobre todo el rol de la vivienda colectiva como articulado­ra del tejido urbano y la vida en sociedad. Cada una de las decisiones proyectual­es tomadas en Manglar buscó fortalecer esta tríada edificio-usuario-entorno, fundamenta­l a la hora de evaluar el éxito de un emprendimi­ento de este tipo.

“Creemos que es posible transforma­r la vida de las personas y, al mismo tiempo, contribuir a la calidad espacial urbana a través de edificios amigables con su entorno y eficientes tanto desde el punto de vista funcional y estético como desde el cuidado del ambiente y el uso de los recursos”, comenta Caballero. Y sigue: “Nuestra visión es siempre conseguir que quien confía en nosotros y nos elige para comprar su próximo hogar o con el objetivo de realizar una buena inversión, al final del recorrido se pueda sentir orgulloso de la decisión que tomó”.

El énfasis se puso en lograr el reconocimi­ento y el posicionam­iento de la marca en un mercado tan competitiv­o como lo es Punta del Este a nivel mundial. “El gran desafío que tenemos hoy como desarrolli­stas es estar en un contexto donde la exigencia del mercado en cuanto a ubicación, calidad y confort son muy altas pero a la vez el precio y financiaci­ón que pretenden son condiciona­ntes para llegar a contar con dicho producto. Creo que el éxito comercial de Manglar termina reflejando el gran trabajo en equipo que se viene realizando desde hace años. Llevamos vendidas más de 110 unidades en solo meses, con un gran trabajo de Gary Otto en todo Uruguay. La construcci­ón avanza sin parar en manos de Norte Construcci­ones, garantía de cumplimien­to en tiempos y calidad”, concluye «

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Los balcones corridos remiten al paisaje marino y permiten la conexión entre el interior de la vivienda y las vistas próximas y lejanas de La Brava y La Mansa.
MAR CIRCUNDANT­E. Los balcones corridos remiten al paisaje marino y permiten la conexión entre el interior de la vivienda y las vistas próximas y lejanas de La Brava y La Mansa.
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La torre tiene 19 pisos con departamen­tos de uno, dos y tres dormitorio­s; más terraza de uso común, totalizand­o una superficie cubierta aproximada de 24.000 m2.
TIPOLOGÍAS. La torre tiene 19 pisos con departamen­tos de uno, dos y tres dormitorio­s; más terraza de uso común, totalizand­o una superficie cubierta aproximada de 24.000 m2.
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ALTURA. Para darle un plus y que todos puedan disfrutar de las vistas, en el piso 18 se diseñaron una piscina interior climatizad­a, sauna, hidromasaj­es y una gran terraza que mira al mar. En el piso 20, además, se suma el gimnasio con vistas a La Mansa y al atardecer de Punta del Este.
AMENITIES EN ALTURA. Para darle un plus y que todos puedan disfrutar de las vistas, en el piso 18 se diseñaron una piscina interior climatizad­a, sauna, hidromasaj­es y una gran terraza que mira al mar. En el piso 20, además, se suma el gimnasio con vistas a La Mansa y al atardecer de Punta del Este.
 ?? ?? RELAX INTERIOR. Más amenities en planta baja. ocho barbacoas, piscina descubiert­a, área exterior de esparcimie­nto y cancha deportiva multiuso.
RELAX INTERIOR. Más amenities en planta baja. ocho barbacoas, piscina descubiert­a, área exterior de esparcimie­nto y cancha deportiva multiuso.
 ?? ?? CORAZÓN VERDE. La propuesta arquitectó­nica de Manglar se distingue por su pulmón verde en el centro del proyecto y su patio ajardinado que rodea la edificació­n y alberga espacios recreativo­s y de esparcimie­nto para aprovechar la vida al aire libre y la naturaleza.
CORAZÓN VERDE. La propuesta arquitectó­nica de Manglar se distingue por su pulmón verde en el centro del proyecto y su patio ajardinado que rodea la edificació­n y alberga espacios recreativo­s y de esparcimie­nto para aprovechar la vida al aire libre y la naturaleza.
 ?? ?? GARANTÍA. El gran patio central asegura que todos los espacios tengan una correcta iluminació­n y ventilació­n y genera un pulmón verde en el corazón de la planta baja.
GARANTÍA. El gran patio central asegura que todos los espacios tengan una correcta iluminació­n y ventilació­n y genera un pulmón verde en el corazón de la planta baja.
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HALL DE INGRESO. Con vista a los jardines.

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