Arquitectura flexible y sugerente que vincula el paisaje agreste con el agua
En Miramar de Ansenuza, en el noroeste cordobés, Constaza Ficetto y Matías Fernández diseñaron un edificio de infraestructura para el parque nacional que contiene a la laguna de Mar Chiquita.
Miramar de Ansenuza es una localidad ubicada en el noroeste de Córdoba. Debe su origen turístico a la laguna salada más grande de América del Sur, la laguna de Mar Chiquita, y al Parque Nacional de Ansenuza, ecosistema natural investigado por su variedad de ambientes y por la diversidad de su flora y fauna.
El programa propuesto reúne espacios para la investigación, control y trabajos propios de los guardaparques y biólogos como así también un programa recreativo y cultural para el turismo nacional e internacional.
La tipología lineal se relaciona con los márgenes de la costanera y del ‘mar’, que acompaña la línea de horizonte. Se materializa mediante un sistema modular que en su repetición permite la simplicidad constructiva y rapidez de montaje.
El programa se despega del suelo para permitir que el agua fluya de forma natural. Busca el menor impacto en el humedal mediante apoyos puntuales mínimos.
A modo de recuperar los materiales que alguna vez conformaron ciudad (en 1978, el agua de la laguna cubrió 37 manzanas) y siendo ahora el sustento de una nueva arquitectura, una serie de líneas de escombros conforman áreas en el plano cero para contemplar desde la tipología o apropiarse de ellas en el recorrido por el sector patrimonial.
La madera es el elemento principal del proyecto, entendido como material renovable y reciclable que, además, es altamente resistente al salitre y asegura la durabilidad.
El jurado valoró la larga escollera de acceso y la tipología de edificiomuelle brindan una solución arquitectónica flexible en el uso y de sugerente resonancia con la ubicación, un vínculo entre un paisaje agreste y el agua como fondo.
Se destaca en este trabajo la búsqueda de la sencillez en la solución formal. Se evitó el uso de innecesarios recursos expresivos de diseño. “El despegue de la nave con los pilotes es acertado, como así las transparencias del volumen hacia el “mar”, en sutiles y variables relaciones con el horizonte de acuerdo con los cambios de nivel del agua de la laguna”, destacó el jurado.
El desarrollo del programa en sectores, las resoluciones de diseño (los tabiques de escombros), la cubierta, la estructura de madera y su solución constructiva, son coherentes con la actitud serena de la propuesta.
Para el jurado, este “es un proyecto concebido con una arquitectura de voz muy baja, respeto por el lugar y sintonía con el paisaje”.