Las mejores obras mendocinas, en todas las escalas
Un prestigioso jurado eligió lo mejor de la arquitectura de Mendoza, entre 60 obras construidas por profesionales locales. El certamen contó con el apoyo de la FADEA, la FPAA y facultades de arquitectura cuyanas.
En su 10° edición, el Premio Edificar eligió las mejores obras de arquitectura de Mendoza de entre 60 postulaciones de profesionales locales. El certamen contó con el apoyo de la FADEA, FPAA y las facultades de arquitectura de la Universidad de Mendoza, de Congreso y Nacional de Cuyo.
El jurado en la categoría Obra Construida estuvo integrado por los arquitectos Rodolfo Sardi, Ricardo Sargiotti y Gerardo Montaruli (invitados por Red Edificar), Daniel Peralta, Graciela Moretti y Javier Yancerelli (por el Colegio de Arquitectos de Mendoza). La coordinación general del premio estuvo a cargo de los arquitectos Sebastián Serrani y Carolina Deis. mención honorífica al trabajo realizado por la Dirección de Patrimonio sobre la casona Fader. Y sobre el primer premio, la Bodega Anaia (pág. 18), elogió los recursos topográficos utilizados por los arquitectos Japaz y Guerra para hacer desaparecer al edificio en el paisaje.
Vale destacar también las obras premiadas en la “Categoría A3 Obras de arquitectos hasta 35 años” donde, de acuerdo al jurado, la capacidad de comunicar con mínimos recursos fue efectiva. “Resulta muy motivador observar que en los cuatro trabajos premiados la variable del uso medido de recursos materiales ha sido el factor común, un hábito poco frelos cuente en los primeros años de profesión, el de extralimitarnos en el uso de recursos con la intención de comunicar una cierta destreza en el hacer profesional. Los tiempos que corren, de necesidad imperiosa de replantearse dicho dispendio, necesitan de esta mirada responsable y capaz para realizar buenas obras de arquitectura sin agregados inoportunos”, dedica el fallo.
El primer premio para los arquitectos más jóvenes se otorgó a la Casa BD, proyecto de Alejandro Jofré Ceballez (pág. 21). “Esta vivienda se ordena fluidamente desde una decisión modular planteada con su estructura, en algunos casos materializada en columnas cilíndricas metálicas de sección delgada y en otros en muros portantes. Desde dicha modulación, la vivienda se organiza sintéticamente rodeando las horadaciones frontal y posterior y, particularmente alrededor de un angosto patio que oxigena lo que podría ser una planta demasiado compacta”, fundamenta.
Y agrega: “La aparición de dicho patio no es inocente, ya que articula y enriquece las calidades espaciales a su derredor sin necesidad de argumentos ajenos a la arquitectura. Otro punto que el Jurado destaca de esta obra es la coherencia que demuestra desde su concepción estructural-formal a su materialización”.