Una envoltura maleable, perforada por la luz natural
En la ciudad italiana de Módena, el nuevo centro de investigación de la famosa envasadora de alimentos, diseñado por el estudio italiano ZPZ, se resuelve como un gran contenedor multifuncional.
En 1951, con la presentación del primer envase de cartón clásico con forma de tetraedro para leche, el Dr. Ruben Rausing establece la firma AB Tetra Pak en Lund (Suecia). Diez años después, consigue envasar ese alimento en forma segura, libre de bacterias y sin requerimiento de refrigeración. Ahí se abrió un mundo de posibilidades para que los productos alimenticios sean inocuos y estén disponibles a nivel mundial.
Desde entonces, Tetra Pak se convirtió en el nombre genérico de ese tipo de envase. Y la empresa, ya internacionalizada, sigue en el sendero de la innovación.
En 2018, Michele Zini y Claudia Zoboli, los fundadores del estudio ZPZ Partners, ganaron un concurso para proyectar el nuevo centro de investigación de Tetra Pak, en Módena (Italia), inaugurado en diciembre de 2022.
Se trata de una planta dedicada a la investigación y el desarrollo de máquinas de envasado de alimentos. Así, la nueva sede de Módena sirve como centro europeo de investigación, desarrollo y producción de los prototipos de Tetra Pak.
El equipo de ZPZ desarrolló las nuevas instalaciones en torno a esa especialización, creando un espacio caracterizado por una total flexibilidad. “El centro de investigación puede pasar sin problemas a alojar desde actividades de investigación y desarrollo hasta producción, salas de pruebas y espacios para eventos sin necesidad de modificaciones adicionales”, explican los autores.
La envolvente que caracteriza al edificio adquiere una forma plástica que abraza tanto a las oficinas como a la gran zona de pruebas y exposición de las máquinas.
“Una alta calidad ambiental está presente en todos los espacios. Las superficies ligeramente curvadas, la textura geométrica y el color blanco lechoso pretenden redefinir la identidad de la arquitectura industrial”, ca
lifican Zini y Zoboli, quienes dedican parte de su actividad profesional a la docencia universitaria.
La empresa multinacional está establecida en ese sitio desde 1980, lo que ha dado lugar, a lo largo del tiempo, al desarrollo de un complejo sistema de infraestructura de gestión y producción, al que ahora se suma el proyecto de ZPZ Partners.
El nuevo complejo está ubicado dentro de un predio que ocupa aproximadamente una hectárea, a lo largo de la antigua Via Emilia, que establece una conexión con los edificios existentes en el área. Además, se destaca por su innovadora solución constructiva y las operaciones formales resultantes.
A lo lejos, la estructura parece un enorme objeto con una atractiva forma de paralelepípedo. Para los autores, el edificio se presenta como un volumen “elegante, prístino, capaz de flexionarse y curvarse suavemente a lo largo de sus bordes”.
El edificio de Tetra Pak es predominantemente opaco y muestra una apariencia limpia y pulida. En una visión más cercana, el gigante de color blanco lechoso revela su estructura y materialidad.
Esas superficies visualmente suaves y flexibles están construidas con paneles prefabricados de hormigón. Las placas, dispuestas en un patrón regular, crean una envolvente uniforme y sin uniones a la vista. A su vez, las formas triangulares impresas sobre la superficie de hormigón disminuyen gradualmente de tamaño hacia la parte superior, aumentando la sensación de ligereza.
El plano de la cubierta se despega del gran contenedor y se flexiona suavemente en los lados sureste y noroeste. En la planta baja, amplios ventanales calados en la superficie ofrecen una vista del interior y el acceso directo al espacio de trabajo.
La envolvente finalmente revela una apertura completa en el lado noroeste, formando la fachada principal que alberga los accesos y acomoda los espacios administrativos y de laboratorios.
El sector de las oficinas emerge del volumen, desprendido de la carcasa blanca tanto en los laterales como en la parte superior. Entre el segundo nivel de las oficinas y la estructura hay una amplia terraza.
El diseño de las oficinas y laboratorios se amolda a los sistemas de organización del trabajo que promueven la innovación, basados en los principios del trabajo ágil, que lleva
adelante Tetra Pak. Se tiene en cuenta, además, que un porcentaje de empleados (entre el 15% y el 20%), trabaja desde su casa.
“La oficina física, por lo tanto, se convierte en un centro de interacción creativa, albergando actividades que no se pueden realizar de forma remota. Se transforma en un espacio colaborativo donde las personas se reúnen con el objetivo específico de compartir ideas e interactuar”, destacan los proyectistas.
Dispuestas en un diseño abierto, coordinado y flexible, las oficinas se alinean sobre el lado noroeste de la planta y se organizan en dos sectores. El primero, del lado interno, que alberga salas y espacios para actividades altamente especializadas, áreas de diseño y lugares de encuentro informal, establece una relación visual directa con el área donde se desarrolla la producción de máquinas envasadoras.
Mientras que el segundo sector, en el frente externo, agrupa los sectores directivos y administrativos, define la fachada principal con una superficie totalmente vidriada, organizada en forma de una cuadrícula que sigue un ritmo de apariencia irregular. Esa retícula formada por elementos de madera dispuestos ortogonalmente a la fachada proporciona protección solar directa durante el verano.
Área industrial
La singularidad de esta instalación reside en su total flexibilidad y la disponibilidad de un gran espacio reservado para el montaje y prueba de máquinas de envasado de alimentos.
ZPZ Partners repensó las condiciones que requieren las actividades de investigación y desarrollo y propuso “un hangar totalmente transformable, un espacio de trabajo híbrido capaz de albergar líneas de producción o servir como lugar para eventos y capacitación sin necesidad de modificaciones adicionales”, describen los autores.
El desafío del proyecto implicó organizar un complejo sistema de servicios públicos y distribución, que esencialmente formaba el “hardware del edificio”: conductos de aire comprimido, cañerías de agua y fluidos para procesamiento, electricidad e infraestructura de datos.
La propuesta reinventó la presencia de estos sistemas creando un diseño que permite su acceso solo
cuando sea necesario, manteniéndolos ocultos el resto del tiempo. Incluso las cintas transportadoras para el reciclaje se encuentran bajo tierra en dos túneles de 7 metros de ancho que se extienden a lo largo del edificio.
Según los autores, con esa estrategia fue posible minimizar el ruido, crear espacios extremadamente limpios, eliminar de la vista el procesamiento de residuos y facilitar los procesos de reciclaje.
Esas características, junto con la idea del espacio de trabajo como lugar de bienestar, llevaron a ZPZ Partners a concebir los más de 4.500 metros cuadrados dedicados a estas funciones como un único gran salón. Se conformó entonces un área integrada que presenta piso blanco y techo de madera laminada, libre de obstáculos estructurales a excepción de dos grandes jardines internos.
La luz natural ingresa a través de estas estructuras entramadas metálicas hasta el vestíbulo y las oficinas, más los numerosos tragaluces esparcidos de forma aleatoria en el techo, además de las dos amplias ventanas que corren al nivel de la calle en las fachadas suroeste y noreste.
El espacio libre de columnas se consiguió mediante la colaboración entre esos grandes jardines, como elementos estructurales centrales a lo largo del eje del edificio, y una serie de columnas de acero perimetrales.
El gran salón reúne cuatro líneas de producción con capacidad para albergar hasta 36 máquinas envasadoras, cada una de ellas apoyada en dispositivos que aseguran su completo funcionamiento. Tanto la cinta transportadora como la distribución primaria de servicios públicos (agua de refrigeración tratada, agua de embalaje reciclada, aire comprimido y electricidad) se encuentran en dos pasillos accesibles en el subsuelo. Con lo cual, el mantenimiento se puede realizar fuera del área activa, manteniendo la sala de pruebas limpia y siempre disponible.
La imagen final es la de un espacio puro, elegante y tranquilo, que también permite la presencia de visitantes profesionales, desarrolladores y clientes, que fomenta la colaboración entre los empleados y que crea un ambiente de trabajo estimulante.«