Las mejores obras de arquitectos bonaerenses
El Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires distinguió 42 obras, entre premios y menciones, incluidas algunas de CABA. “Obra promovida por el Estado” quedó desierta.
La convocatoria 2023 del Premio Capba fue una oportunidad para que sus matriculados participaran con obras dentro y fuera del territorio de la provincia de Buenos Aires. Así lo indicaba el inciso 2 del Art 3.1 de las bases y fue por ese motivo que hubo premios y menciones a proyectos construidos en CABA.
Se establecieron ocho categorías pero terminaron siendo seis las premiadas. En la 7, Vivienda Procrear, el Jurado integrado por Rocío Solla, Fabio Estremera y Eduardo Puszczyk, decidió recategorizar la única obra presentada en la categoría 2, Vivienda individual aislada.
En el caso de la categoría 8, Vivienda promovida por el Estado, el jurado integrado por Emilia Vulcano, José Luis Dametti y Rodolfo Frolik resolvió declararla desierta y aclaró que también se había presentado un solo trabajo.
Las otras seis categorías también tuvieron un jurado especial para cada caso.
La categoría 1, Vivienda individual entre medianeras, recibió 22 proyectos. La selección estuvo a cargo de Vulcano, Dametti y Frolik. Ellos también eligieron a los ganadores de las categorías 3, 4, 5 y 6.
En la 3, Vivienda multifamiliar hasta tres niveles, recibieron 11 obras mientras que en la 4, Vivienda multifamiliar de más de cuatro niveles, analizaron 13 trabajos.
En la categoría 5, Edificios no residenciales y Arquitectura efímera, hicieron una selección de entre seis trabajos que concursaron. Y para la sexta categoría, Intervenciones en obras patrimoniales, recibieron cuatro proyectos y premiaron a los cuatro.
El otro equipo, Solla, Estremera y Puszczyk, tuvo a cargo la categoría 2, Vivienda individual aislada, en la que analizaron 55 obras. Además de la categoría 7. «
La casa se sitúa “entre medianeras”, en un doble lote irregular de 17,32 x 26 en el barrio parque San Andrés, a metros del Golf Club San Andrés, en el partido de San Martín (Provincia de Buenos Aires).
“La equilibrada conjunción entre funcionalidad, sistema constructivo y estructural y el lenguaje arquitectónico determinado por estos priman como en cada proyecto que hacemos. Pero en esta oportunidad, la expresión formal adquirió una preponderancia especial”, dicen los autores.
La pisada de la casa toma registro de las casas vecinas, se posiciona sobre línea municipal hacia la medianera izquierda y se retira llegando a la medianera derecha. En este desplazamiento se produce el patio y semicubierto de acceso.
Toda la planta baja con las áreas sociales se estira hasta tomarse de las medianeras con su estructura conformada por losas y vigas invertidas de hormigón visto. El perímetro del lote se reconoce en toda su longitud, recorre la casa por dentro y por fuera, y el terreno se aprecia más grande aún por las vistas diagonales generadas. La sucesión de patios, semicubiertos y espacios cubiertos conforman un gran número de situaciones, con una variada iluminación natural y ventilación cruzada.
Si bien, toda la casa se reconoce en estas vistas, esto no altera la independencia, la pertenencia y escala de cada lugar.
El cuerpo superior de la casa pertenece al mundo privado de la familia y se manifiesta como un prisma bastante regular e íntimo que se separa de los bordes medianeros. Esto configura una respuesta formal que le imprime a la casa una distinción en un barrio de tejido hoy bastante abigarrado, pero con destellos de lo que fue con sus caserones más antiguos e imponentes.
Para lograr una mímesis con los colores, las texturas y las formas que priman en el barrio, se optó por un techo inclinado al frente, que originalmente se pensó materializar con las tejas de demolición pero que finalmente terminó siendo de losa cerámica recubierta, como todo, con ladrillo visto.
“El ladrillo se convierte en la envolvente del volumen superior por excelencia, con su calidez, sus variaciones y sus imperfecciones, tratando de mantenerse erguido, completo, sin traba, para que se entienda que solo revisten, ‘siempre de a muchos’ como decía Bucho, pero sin talón de apoyo en los dinteles de los vanos, desobedeciendo las enseñanzas del maestro por ese espíritu un poco manierista”, explican los autores.
Para regularizar la volumetría de este prisma superior se envolvió el patio central con una traba del mismo ladrillo cribado que permite el paso de aire y de luz y la misma traba se extendió para cubrir la fachada del contrafrente, funcionando como un parasol y corta vistas de las casas vecinas.
La diferencia entre la superficie más amplia de planta baja y la de me
nor medida de planta alta, se utilizó para crear tres jardines elevados contenidos enlas vigas invertidas, algunos fueron tratados como huertas y otros como terrazas de contemplación. Estos espacios verdes envuelven el volumen ladrillero y lo llenan de aromas, colores y vida.
Crítica del Jurado
Se valora la sucesión de patios y espacios semicubiertos que resuelven la iluminación natural y la ventilación de los ambientes, además de conformar distintas y variadas situaciones espaciales. La ubicación de la escalera articula perfectamente la planta baja; y también separa el dormitorio principal de los demás.
Se destaca la decision de ubicar el volumen de planta alta de manera tal que su posición en la composición genere los semicubiertos del acceso , el garage y la galería de expansión del sector social.
Los techos inclinados y la utilización del ladrillo visto en toda la envolvente logran mimetizar la casa con su entorno inmediato y con el barrio. Es eficiente la estrategia del utilizar el mismo ladrillo con trabas abiertas que permiten formar una superficie permeable , logrando por un lado filtrar la luz del exterior y por otro dotar a estos espacios intermedios de una cierta privacidad.
El proyecto se ubica dentro de un barrio cerrado en Pilar.
Definida como una unidad mínima dentro de las normativas que establece el barrio en coincidencia con la solicitud del comitente, definida en 120 m2 cubiertos y 80 m2 semicubiertos, se proyecta una vivienda equilibrada entre espacios privados y comunes. Su organización en un nivel propone un ala social y un ala íntima, independizando las actividades domésticas.
La atomización de los servicios, exentos del perímetro, definen un núcleo de apoyo, encargado de condesar los equipamientos, los guardados y los aseos, concebidos no como muebles, sino como objetos capaces de ser accionados en todas sus caras; consecuentemente liberando el resto del espacio para una ocupación flexible o estática, dependiendo de las actividades que soporten.
La propuesta es flexible, las configuraciones son extensivas, sin jerarquías, ni distinciones. La condición interior propone una homogeneidad espacial entre los programas compatibles, los de mayor privacidad como los que alojen las actividades colectivas de la vivienda.
Esta atención se encuentra articulada por una serie de espacios exteriores concebidos como paisajes graduados de acuerdo a las actividades propias de las ocupaciones de la vivienda, permitiendo transiciones reguladas de frente a fondo.
“La concepción del proyecto es híbrida, estudiándose como un modelo entendido como célula, que interiormente se materializa con paneles de armado en seco. Se complementa con la cubierta de vigas de madera, configurando un módulo compatible con las placas de roca de yeso que consolidan el paramento hacia el interior y en simultáneo con las placas de fenólico que arriostran la cubierta y operan como cielorraso. Hacia el exterior, el muro se consolida de ladrillo, mediando con algunas oportunidades donde la madera se vuelve protagonista también”, definen los autores.
Crítica del Jurado
La obra plantea una equilibrada relación escalar entre el espacio urbano y la transición con el ámbito doméstico a partir de una clara definición de lados cerrados, abiertos y espacios semicubiertos. El programa define, desde una lógica binuclear, dos sectores nítidamente articulados por el hall de acceso a la vivienda que oficia como primer contacto de relación con el fondo del lote que a la vez garantiza la privacidad y orientación de los ambientes con un manejo equilibrado de los vanos hacia el exterior.
La propuesta constructiva acompaña de manera solvente el equilibrio y la economía de recursos espacial, geométrico y tipológico; una envolvente doble de ladrillos comunes pintados de blanco por fuera y emplacados en dos tonos hacia el interior materializa las caras cerradas, en tanto el uso de la madera como elemento estructural independiente, con la utilización de una métrica uniforme le permite mantener el carácter doméstico de la vivienda reforzado por un único espesor constructivo de la cubierta que recorre toda la obra y resuelve tanto los espacios interiores como los semicubiertos.
Ubicado dentro del Barrio Privado City Bell Chico, este condominio de viviendas se construyó en un terreno sobre las márgenes del arroyo Rodríguez, con un imponente entorno natural de una frondosa y añeja arboleda.
El programa consistía en 18 unidades de viviendas de 120 m2 con grandes expansiones y visuales extendidas hacia el cauce del arroyo y al entorno natural.
Los autores comentan que el respeto por la naturaleza y el entorno del arroyo fueron premisas fundamentales para el desarrollo del proyecto.
Con la intención de preservar y respetar el contexto natural del lote, se tomó la decisión de implantar un edificio curvo acompañando el recorrido del Rodríguez. Un edificio predominantemente horizontal posado en el paisaje y elevado del suelo mediante taludes verdes, logrando la continuidad con el entorno.
Para el armado de la planta curva se utilizaron dos tramas superpuestas: una radial para los espacios públicos, más amplios y flexibles; y otra ortogonal para la zona privada y servicios.
La volumetría, sencilla y de líneas puras , tiene un lenguaje arquitectónico simple y contemporáneo, donde el desarrollo del detalle guarda correlación entre el todo y las partes.
Para la materialidad del edificio se eligieron terminaciones exteriores de hormigón visto, madera y vidrio, con una cuidada elección y utilización de colores y texturas.
Crítica del Jurado
El encargo de un proyecto de viviendas multifamiliares dentro de un barrio privado es siempre muy difícil (y por qué no, polémico) debido a que debe convivir con otras viviendas unifamiliares del barrio con todo lo que sabemos que esto implica
Sin embargo, este jurado considera que este desafío ha sido satisfactoriamente superado por los autores de este conjunto por la postura que tomaron con respecto a la integración del proyecto con la naturaleza
El planteo de un edificio curvo acompañando el arroyo lindante, el soterramiento de las cocheras y la implementación de taludes para mitigar la altura total del edificio fueron decisiones acertadas a la hora de proyectar este condominio
La horizontalidad edilicia, el lenguaje contemporáneo y la sobriedad de sus líneas se sumaron a los factores fundamentales para lograr esta integración entre edificio y paisaje
La decisión de un planteo lineal logra además ambientes luminosos con una buena relación interior - exterior, además de lograr la muy bienvenida ventilación cruzada.