Propuesta urbana que incorpora naturaleza
Entre medianeras, el edificio General Paz amortigua el ruido de la calle con una fachada vegetalizada.
Este edificio de viviendas entre medianeras, de planta baja y once pisos, fue construido en el barrio Sur de la ciudad de San Miguel de Tucumán, sobre la calle General Paz, altamente transitada y ruidosa en un área poco forestada. Se decidió proyectar un volumen que combinara arquitectura y naturaleza.
Gracias a un proceso de mutación y crecimiento hacia una mayor densidad de este sector de la ciudad, el Edificio General Paz viene a ocupar el lugar de antiguas viviendas de ladrillo, incorporando la vegetación en su propuesta urbana.
Los cuarenta y dos departamentos de vivienda, de uno, dos y tres ambientes, cuentan con una expansión hacia el exterior mediante un balcón terraza.
En este proyecto se priorizó que todas las unidades contaran con un espacio exterior propio donde se pudiera desarrollar la vida cotidiana, que gracias a las condiciones climáticas de la provincia, son posibles de disfrutar durante casi todo el año. Para dotar de privacidad a las viviendas pero manteniendo una relación franca con la ciudad se diseñó una piel metálica cubierta de plantas delante de los balcones tanto en la fachada sobre la calle como en la del contrafrente.
En esta búsqueda por resolver la transición interior-exterior en el plano horizontal y en altura, la principal premisa fue romper con el típico balcón lineal de los edificios.
Así surgió el ya conocido tridente estar, cocina y terraza, que hoy es el sello de autor que caracteriza los proyectos edilicios del estudio.
Se plantearon generosos espacios exteriores en relación a las cocinas y las áreas de estar que amplían los metros cuadrados interiores invitando a disfrutar del aire libre.
Se trabajó especialmente en el diseño de estos espacios de desborde y los núcleos de cocina, que se llevaron hacia las fachadas, lejos de los núcleos de circulación vertical y los patios de ventilación, dotándolos de luz natural y una mayor calidad espacial.
La protección de la fachada genera aire puro al absorber dióxido de carbono del ambiente. Proporciona, por lo tanto, ambientes más sanos para vivir y condiciones más productivas para el trabajo.
De esta manera se logra controlar y aprovechar mejor la iluminación natural y las ventilaciones cruzadas, también absorbe gran parte del ruido exterior, amortiguando y mejorando el confort acústico en el interior. La premisa fue ser ecológicamente responsables, creando un colchón climático, que reduce el consumo energético brindando ambientes frescos en verano y cálidos en el invierno.
Las plantas se pensaron para un uso flexible pudiendo usarse como vivienda, espacio de trabajo o ambas. En este sentido sólo se materializaron los tabiques indispensables para definir los distintos sectores y lograr así una continuidad espacial que habilita distintas configuraciones de planta.
En ambas fachadas se colocaron plantas vincapervinca en macetas de hormigón, acompañadas por un sistema de riego por goteo, que recibe nutrientes a través de un tanque específico e independiente que trabaja en conjunto con la vegetación, logrando estabilidad en el cuidado durante las diferentes estaciones.
Hoy, el proyecto resulta un éxito gracias a su perfil urbano. Aporta color a la cuadra, un suspiro de naturaleza y un ambiente mejor para la zona, para quienes transitan, sean residentes o transeúntes.