Viviendas que borran los límites con el exterior
En las sierras cordobesas, los arquitectos diseñan casas respetuosas de la topografía. La importancia de los espacios intermedios.
Desde que se recibió en la Universidad Nacional de Córdoba, en 2012, Gastón Sironi desarrolló asociaciones puntuales para la realización de proyectos. En 2020, consolidó su propio estudio junto con Nicolás Sironi y Agustín Prieto.
Casi la totalidad de sus obras son viviendas unifamiliares que están ubicadas en Córdoba y en ellas se impregna la topografía de la provincia. Se podría decir que GS Arquitectos tiene un catálogo tipológico de implantaciones en terrenos con pendiente que crece con cada nuevo encargo.
En algunos casos, las viviendas se incrustan en las laderas, en otros se escalonan con el terreno, y en otros se apoyan sutilmente, siempre en respuesta al programa.
El estudio, que se ocupa del proyecto y la ejecución de obra, trabaja con formas geométricas simples que se potencian en los elementos de articulación y en su relación con el entorno. Para GS son elementales los espacios intermedios: son esos los puntos donde sus casas toman vida.
Las galerías, los patios contenidos, los zaguanes reinterpretados y los aterrazamientos retroalimentan los ambientes de las casas y borran los límites con el exterior.
Los materiales elegidos, el modo de asentarse sobre la sierra y los encuadres que proponen los prismas construidos logran un sincretismo potente entre el cobijo de la arquitectura y la inmensidad de la topografía.
La primera obra de Sironi fue la Casa ARR. “Creo que marcó un camino que aún hoy transitamos: la búsqueda de la relación amable de la arquitectura interior con el medio, utilizando a los espacios intermedios como herramienta para articular los habitantes con el contexto inmediato, natural o construido”, dice Gastón, en diálogo con ARQ.
- ¿Identifican algún momento bisagra en su historia?
- Siempre fue muy importante lo que aprendimos de las experiencias con otros profesionales. Recuerdo docentes de gran calidad en la carrera de grado, pero cursar la Maestría en Diseño Arquitectónico y Urbano (MDAU) en la Faud UNC dirigida por Mariano Faraci y Javier Giorgis sin duda incorporó una nueva dinámica al estudio. Tampoco puedo dejar de mencionar que en 2023 fuimos seleccionados para participar de la Bienal de Arquitectura Latinoamericana.
- ¿Cómo tomaron esa invitación?
- Viajé a Pamplona (España), donde se llevaba a cabo la conferencia en la que compartimos nuestros trabajos. Lo vivimos como un reconocimiento, pero sobre todo fue una instancia más de aprendizaje, muy enriquecedora, que esperamos aprovechar en los proyectos que siguen.
- ¿Qué pensamientos o maestros los influenciaron?
- Más que los grandes maestros de la arquitectura, nos fijamos mucho en arquitectos locales contemporáneos, sus proyectos y sus pensamientos. Nuestro interés sobre las obras ajenas no tiene que ver con el lenguaje sino con las búsquedas; la relación de la arquitectura con el contexto para nosotros es determinante. Y de a poco nos estamos animando a explorar un poco más.
- ¿En qué etapa proyectual recurren a estos referentes?
- Somos grandes consumidores de bibliografía arquitectónica en formato papel; siempre hay dos o tres revistas a mano en el transcurrir de los proyectos. Una vez gestado el anteproyecto empiezan a aparecer los referentes; para nosotros no es conveniente incorporarlos en el inicio porque pueden desaprovecharse las cualidades del emplazamiento.
- ¿Hay algún ámbito por fuera del estudio que los nutra?
- Principalmente experiencias fuera de nuestra ciudad, como en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Pamplona (ETSA UNAV), La salle Arquitectura, en Barcelona (ETSALS); y el Colegio de Arquitectos de Mendoza (MDA). Actualmente formo parte del equipo docente en la cátedra de Arquitectura 2C, en la FAUD de la Universidad Nacional de Córdoba: sin duda, ésta es otra instancia enriquecedora para el desarrollo del estudio profesional.
- ¿Cuáles son sus búsquedas o inquietudes desde el estudio?
- La implementación del espacio intermedio como recurso proyectual es una constante en las obras del estudio. Entendemos a estas áreas de transición como aquellas que diluyen, comunican y amplían los límites del programa: son el umbral entre la arquitectura y la naturaleza. Invitamos al usuario a habitar el espacio exterior no solo entendido como un paisaje que se observa, sino como energía que se vive.«