LA ARQUITECTURA FRENTE AL CONTEXTO
Sin duda hay una línea. Una manera de hacer y pensar la arquitectura.
Desde una de sus primeras casas, la de San Martín de los Andes (1983), al Pasaje Calas que publicamos en esta edición (pág. 16), las obras de Lacroze Miguens Prati tienen -como ellos afirmanel firme propósito de “cuidar el medio ambiente, ser sustentables, generar experiencias de calidad espacial y constructiva”. Y, seguramente podemos agregar, la vocación y el compromiso por ser buenas vecinas.
La misma actitud que ensayaran en San Martín de los Andes: hacer una arquitectura casi invisible, enterrando la cabaña en una ladera pero abriéndola para disfrutar de las profundas vistas al cañadón.
O la que usaron en la ampliación de la Mansión Alberg Cobo (2022): colocar un edificio-placa al fondo que no se percibe desde la calle.
A la estrategia que recurrieron en Pasaje Calas en el barrio Recoleta: “enchapar” la medianera haciéndole de fondo a la gran protagonista, la casona Belle Époque de Tita Tamames, convertida en un complejo cultural y gastronómico. Todas son intervenciones que tienen en común la palabra “contexto”. Concepto que ellos reafirman diciendo: “todos nuestros proyectos son concebidos desde el inicio como parte del contexto al que se integrarán una vez finalizados.” Claro, otro cantar es el trabajo que le ha tocado desarrollar al estudio D+B: el proyecto de una Cárcel de Alta Seguridad para Varones en Los Telares, en Santiago del Estero (pág. 6). Un programa que casi por definición exige pocos vecinos, estar más bien aislado con cero relación con el contexto. Impone esto la presencia de grandes murallas ciegas, rejas y que todo lo que tenga que suceder -hasta la vida mismacomo sea, se dé adentro.
Los arquitectos Antonella Domanico y Luciano Bertorello propusieron una sucesión de pabellones y patios con galerías perimetrales y espacios semicubiertos. Muros de bloques de hormigón visto, cubiertas de chapa, carpinterías y muebles metálicos, y algunos toque de color. Lograron espacios con buena iluminación natural y ventilación cruzada. Y buscaron que esa muralla no sea visualmente parte de la vida cotidiana de los reclusos.
El gran desafío fue, como menciona Florencia Bellino, “dotar de cierta cualidad ‘amigable’ a un programa arquitectónico comúnmente pensado espacial y temporalmente como tortuoso, oscuro e infinito. «