DE CHAPA, MADERA QUEMADA O BAMBÚ
¿Cómo te lo imaginás? ¿Cómo lo pensás? ¿De qué esta hecho?, solía preguntar Bucho Baliero a sus estudiantes, cuando desplegaban los dibujos de sus proyectos sobre la mesa. Invitándolos a pensar en su materialidad desde los primeros bocetos. Así seguramente lo hacen los arquitectos que reúne esta edición de ARQ. Santiago Viale es, como diría Adolf Loos, un constructor que sabe latín. Lo ha demostrado en varias ocasiones en estas páginas con obras como el Hospital Príncipe de Asturias o el Club House Altos de San Antonio. Y con varias de sus casas: La Rufina, la Casa Q2 o Las Marías. También frecuentemente sube y comparte en Facebook unos videos muy didácticos en los que recorre emblemáticas obras internacionales. Va contando cómo se construyeron y describe sus detalles constructivos significativos.
En esta edición, Viale Lescano-juárez muestra una de sus más recientes obras, las oficinas para la empresa Biofarma en Córdoba.
Esta vez el edificio combina dos técnicas diferentes: una estructura de hormigón armado y una piel exterior separada 70 centímetros del cerramiento de vidrio, realizada con tubos metálicos y chapa desplegada galvanizada. El entramado exterior hace las veces de gran dispositivo pasivo regulador del comportamiento energético del edificio a la vez que construye una contundente imagen corporativa. Un gran prisma rectangular apaisado, revestido por la piel de chapa y solo alterado por una suerte de branquias y cajas que ofician de acceso o de miradores.
También una forma contundente elige el estudio Pinto da Mota Falcón para concebir una casa en Chapadmalal. Su forma arquetípica alude a la primera casa, al grado 0 de una casa. Un prisma con techo a dos aguas, llevando su forma casi al extremo de la abstracción.
No hay canaletas pluviales, puertas ni ventanas. Solo un gran portón corredizo, de tres paños, integrado a la envolvente y tres huecos, dos de ellos cenitales, que regulan la ventilación, la iluminación y las visuales.
Casi como complemento a esa abstracción, otra fuerte apuesta material. La estructura de la casa es de perfiles metálicos pero su envolvente apela a lo natural: tanto el techo como sus cuatro elevaciones están realizadas con madera quemada.
El tercer caso que reúne esta edición es el del arquitecto colombiano Jaime Peña, una suerte de poeta del bambú. Ese material cuyas virtudes aún poco exploradas le presagian un futuro lleno de posibilidades.«