Mixtura tipológica: máxima flexibilidad y síntesis constructiva
El conjunto de viviendas desarrollado por Mccormack Asociados sigue un masterplan diseñado por Foster & Partners. Presenta dos edificios de viviendas con zócalo comercial.
Desde el año 2004, los arquitectos Sebastián Balbuena, Mike Mc Cormack y Pedro Wofcy Diez, titulares de Mccormack Asociados, llevan desarrollados alrededor de tres millones de metros cuadrados, entre proyectos y obras. Ahora, con Metra Puerto Norte suman 35.000 más, producto de un conjunto de dos bloques de vivienda en una de las áreas de mayor crecimiento de Rosario.
Los edificios con vistas al río Paraná siguen un masterplan diseñado por Foster & Partners específicamente diseñado para el sitio. En ese conjunto, Metra resuelve dos edificios idénticos y dispuestos en espejo, sobre la calle Carballo.
“Cada edificio tiene una forma definida previamente en función de su posición en el plan maestro y es tipológicamente mixto, compuesto por un sector desarrollado verticalmente, en torre, y un sector desarrollado horizontalmente, en tira”, explican los autores, también responsables del proyecto para la urbanización de la ex Ciudad Deportiva Boca Juniors.
Ya fue completado el primer edificio que tiene, como su gemelo, 16.800m2 (de los cuales aproximadamente 13.000m2 son sobre la cota cero), una altura total de planta baja y 22 pisos, con 209 unidades de departamentos, servicios comunes, locales comerciales y estacionamientos.
El encargo llegó de la mano de un concurso privado en dos etapas, en las cuales los proyectistas evaluaron detalladamente distintas opciones hasta llegar a la más óptima en rendimiento de unidades, economía de obra y calidad arquitectónica.
Probaron separar el bloque vertical del horizontal (torre y tira) y ensayaron algunas formas de articulación. Finalmente, eligieron unificar visualmente estas dos partes para facilitar su integración con el entorno inmediato. Así, “la imagen final del edificio no es la resultante de decisiones impuestas de diseño, sino la ex
presión del modo constructivo adoptado”, aclaran los autores.
Los únicos elementos que componen la fachada son la estructura perimetral y las carpinterías de cerramiento en una composición sistemática que busca mantener la variedad de elementos en el mínimo posible.
En la torre, la estructura que toma el total de la carga de viento se ubica en el perímetro, “su posición más eficiente” - acotan los autores- liberando de esta manera el interior de las plantas de tabiques y vigas para máxima flexibilidad. Además, la presencia de los elementos que conforman este tubo estructural es suficiente cerramiento de fachada, evitando materiales agregados y logrando la simpleza constructiva.
El sector de la tira hereda el sistema de fachada de la torre pero con una lógica constructiva diferente: la estructura es independiente del muro de cerramiento. Mientras que en la “zona mixta”, ambas soluciones aseguran una sutil integración y sugieren un basamento.
Un solo tipo de ventana se repite entre los elementos estructurales y resuelve el 80% de los cierres de iluminación y ventilación. El resto está resuelto por las salidas a los balcones, que están contenidos dentro de los límites del perímetro estructural.
Cada abertura va de piso a techo y, explican los autores, “se alterna en una proporción de uno a uno con las columnas de fachada, produciendo una malla que es el aspecto exterior
final resultante”.
Para el equipo de proyecto, “este sistema tiene las ventajas combinadas de ser muy eficiente por la enorme repetición de elementos iguales (ventanas y encofrados), de ofrecer gran flexibilidad al tratarse de un módulo homogéneo y continuo, de funcionar de manera óptima energéticamente, debido a la buena relación iluminación – protección, y de ser simple de operar de manera doméstica (tamaños de aberturas)”. Las ventanas están distribuidas a lo largo de todo el perímetro en forma uniforme, aprovechando las excelentes vistas circundantes.
Dos partes de un conjunto
La torre, de 22 pisos de altura, tiene una planta cuadrada de 21 metros de lado. El núcleo vertical en el centro, como opción más rendidora de planta, posee tres ascensores de velocidad variable, uno de ellos camillero. Los departamentos están distribuidos en anillo, de 6 a 8 por planta.
“En un primer anillo central alrededor del núcleo se distribuyen los servicios (baños, hall) y en un segundo anillo perimetral, los espacios principales (dormitorios, estares, cocinas integradas). Las cuatro esquinas de la torre están ocupadas por estares y balcones, aprovechando la máxima amplitud visual”, describe la memoria del proyecto.
El sector inferior, la tira de planta baja más 4 pisos, organiza los departamentos longitudinalmente alrededor de un patio “pensado a la manera de pequeña calle sobre la cual se vuelcan las circulaciones abiertas, rememorando los conventillos típicos ar
gentinos”, comparan los autores.
Las unidades tienen un formato similar a las de la torre, con la excepción de que los estares están distribuidos de manera transversal, teniendo visuales pasantes al exterior y al patio central.
La planta baja se diseñó para estar “totalmente relacionada con los espacios públicos que la rodean, no antepone ningún hito de seguridad entre la vida social exterior y el edificio”, aclaran los autores. Se trata de una planta flexible para alojar locales comerciales de tamaño variable. La tira comercial solo queda interrumpida sobre la calle Carballo por el acceso vehicular a las rampas de los estacionamientos, ubicados en el subsuelo, y por el acceso peatonal al conjunto.
Al ingresar, los vecinos llegan a un gran atrio semicubierto y sigue el recorrido hasta los núcleos ubicados en un patio a cielo abierto, que es parte del espacio central integrador de la tira. Finalmente, dos halles (de doble y triple altura) se conectan con los núcleos de circulación vertical diferenciados: uno para la tira y otro para la torre.
A la altura del 5° piso se desarrolla una cubierta ajardinada con sectores al aire libre para esparcimiento, una piscina, con zona niños, zona adultos y solarium. «