CONSTRUIR CUIDANDO NUESTRA CASA
Tormentas infinitas, inundaciones, autos que flotan, canaletas que no aguantan, mosquitos que atacan… Una vez más, y cada vez con más frecuencia, la naturaleza se cobra revancha. A principio de los años 90, en su paso por Buenos Aires, Norman Foster ya alertaba sobre la responsabilidad de la construcción en los desajustes ambientales. Y proponía una arquitectura comprometida con la reducción de la huella de carbono, el consumo energético y con la salud del planeta.
Como refuerza Mariano Bó, CEO de Saint-gobain, en La 0.3 de esta edición (pág. 11), “la industria de la construcción tradicional ha sido una de las mayores consumidoras de energía. Y según las Naciones Unidas, la construcción es responsable del 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera en relación con la energía utilizada”.
Entre otras iniciativas, Mariano Bó plantea cambiar de paradigma: el de “un modelo de uso y desecho de materiales por un modelo ecoamigable, reutilizando, renovando y reciclando recursos para agregarles un nuevo valor y extender su ciclo de vida”.
Tres de los proyectos que integran esta edición “metálica” de ARQ hacen foco en estos aspectos de la llamada economía circular.
En el pabellón para la Universidad TU
Berto González Montaner
Braunschweig, en Alemania, Gustav Düsing y Max Hacke proponen un edificio metálico, cuyas piezas están todas atornilladas (pág. 18). Este pabellón, que es candidato para el EU Mies Award, puede modificarse y/o desmontarse fácilmente y volver a reubicarse. Pero además de permitir esta notable flexibilidad de uso, tiene la virtud de limitar la producción de residuos una vez que culmina la vida útil del edificio.
En el caso del Jardín de Infantes Dr. Antonio Sobral, en Villa María (Córdoba), Árbol Arquitectos logra reutilizar una construcción existente (pág. 22). Le suman un esqueleto y construyen una doble piel metálica-vegetal que oficia de elemento identitario, de aislante térmico y, además, marca el compromiso de la institución con el ambiente. Por su parte, Origami Eventos, en Costanera Norte, además de valerse de la condición reciclable del acero lo usa a pleno como expresión material (pág. 25).
Por último, en Espacio Añelo -un conjunto de edificios que está construyendo Idero para abastecer de viviendas a Vaca Muerta- la estructura principal es de perfiles de alma llena (pág 26). Se completa con paneles exteriores en steel framing y sistema EIFS de aislación, logrando reducir un 50% el consumo de calefacción. Todo se preelabora en fábrica y luego se monta y ensambla con gran precisión y rapidez en obra. «