LOS DESAFÍOS DEL COMPROMISO AMBIENTAL EN LA CONSTRUCCIÓN
Para el autor de esta columna, el concepto de “economía regenerativa”, que forma parte de la economía circular, se presenta como una solución posible a la sobreexplotación de los recursos.
El cuidado del medio ambiente y el futuro del planeta presenta múltiples desafíos en todos los niveles de la sociedad. En los últimos años, se observa una notoria conciencia ambiental, donde el deterioro que año a año se produce en la naturaleza y la escasez de recursos, son temas que preocupan a la sociedad civil y demandan algún tipo de acción concreta tanto de las personas como de las empresas para corregirlos. Históricamente, la industria de la construcción tradicional ha sido una de las mayores consumidoras de energía. Y según las Naciones Unidas, la construcción es responsable del 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera en relación con la energía utilizada. En este marco, se estima que la producción de materiales y las actividades mismas relacionadas con construcción causan aproximadamente el 10% de las emisiones globales de GEI.
En las economías más desarrolladas se están llevando a cabo estrategias hacia la transición energética con el objetivo de generar una economía basada en la eficiencia energética, a través de la sustitución de fuentes de energía tradicionales hacia otras fuentes sustentables, limpias y no contaminantes. Argentina, por su parte, viene impulsando desde hace más de 15 años estos procesos, a través de prácticas de Diseño y Producción sustentables que incluyen, entre otras iniciativas: ahorro de agua y energía eléctrica en comparación con la construcción tradicional, durabilidad de la obra, premisas de diseño basadas en Normas LEED-NC, así como la implementación de políticas y procedimientos de gestión ambiental y de calidad, según los lineamientos de la Norma ISO14001 e ISO9001, que impactan en forma directa en una reducción drástica de la huella de carbono. Se demostró que la sobreexplotación de los recursos naturales tiene como consecuencia una inevitable caída del crecimiento económico al comprometer la capacidad de generaciones futuras de disponer de esos recursos. Frente a esta situación, la economía regenerativa -que integra la economía circular- se presenta como una posible solución, cambiando un modelo de uso y desecho de materiales por un modelo ecoamigable, reutilizando, renovando y reciclando recursos para agregarles un nuevo valor y extender su ciclo de vida.
El sector de la construcción es el principal candidato para la aplicación del modelo de regeneración ya que extrae más del 40% de las materias primas del mundo y produce el 30% de los residuos mundiales.
En este sentido, el reciclaje es un desafío y una prioridad ampliamente compartida en esta industria. Para llevarlo al próximo nivel, el sector debe construir una cadena de valor eficiente, donde pueda reciclar y reutilizar la mayor porción posible de los desechos que quedan al final de la vida útil de un edificio, por ejemplo. Este es el objetivo fundamental de la red Valobat, la eco organización de la construcción de la que Saint-gobain en Francia es miembro fundador. La red desempeñó un papel crucial a la hora de establecernos como la red líder de puntos de recogida para el reciclaje de materiales de construcción.
El Grupo también está incorporando materiales reciclados en nuevos proyectos de construcción. En Marsella, se asoció con la EPA Euroméditerranée para construir un nuevo campus de 6.500 metros cuadrados utilizando tierra excavada. Estos residuos de la construcción, que a menudo son desechados, encontrarán una nueva vida como parte de muros prefabricados con marcos de madera.
Pero el reciclaje es solo el comienzo hacia la configuración de una economía regenerativa.
El siguiente desafío implica reponer nuestros recursos y crear un impacto neto positivo en el medio ambiente. Esto significa diseñar productos que puedan desmontarse y reutilizarse un número potencialmente infinito de veces, rejuveneciendo desde las materias primas hasta la energía o la mano de obra.
En resumen, la economía regenerativa puede significar empezar a considerar los edificios como bancos de materiales. Durante miles de años, los seres humanos construyeron y reconstruyeron casas y palacios con los recursos que tenían a su alcance, dando prioridad a la reutilización frente a la extracción o el transporte de nuevos materiales. Un ejemplo clásico pero poco conocido es el de las pirámides egipcias de Guiza que perdieron sus fachadas de piedra caliza, por la construcción del viejo Cairo. Este enfoque inspiró a Saint-gobain para construir mamparas de yeso totalmente desmontables y reutilizables para la “Villa de los atletas” de los próximos Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, que podrán reutilizarse durante mucho tiempo después del evento.
Además de los productos terminados, el carbono también se puede reutilizar. Si bien la captura de este elemento estuvo en el centro de atención en el último tiempo, conlleva un alto precio y desafíos considerables que van desde riesgos sísmicos hasta la dilución de dióxido de carbono en el agua de mar. Por el contrario, reutilizar el carbono, como integrarlo en el hormigón para mejorar su resistencia, puede reducir significativamente las emisiones en su origen en industrias que emiten dióxido de carbono como las del acero, el cemento o la producción de energía. Frente a este escenario, las empresas cumplen un rol fundamental. En su hoja de ruta de factores ambientales, sociales y de gobernanza, Saint-gobain incluye el liderazgo del Grupo en la economía circular y el reciclaje de materiales.
A su vez, la compañía tiene como objetivo llegar al año 2050 con una neutralidad de dióxido de carbono a nivel global, disminuir las emisiones directas e indirectas en un 33% para 2030 y reducir las emisiones de su cadena de valor en un 16% para ese mismo año. «
Saint-gobain refuerza el compromiso con el planeta, el medio ambiente y las personas bajo la consigna “making the world a better home”