Te Matcha
Se destaca por su poder saciante, por reducir el colesterol y por mantener a rayalos niveles de insulina y la presión arterial.
Aunque tomar una infusión después de comer es una costumbre más que recomendable, ya que estas bebidas evitan la pesadez y aumentan la sensación de saciedad, hay algunas como el té matcha que son especialmente adecuadas. Por un lado, por su alto contenido en teína que acelera el metabolismo permitiendo reducir el tiempo del proceso digestivo, y por otro, porque estimula la producción de los jugos gástricos, mientras tiene un efecto regulador del apetito ya que controla los picos de insulina. Algunas celebrities lo han convertido en una bebida de moda. El matcha es un té verde, con diez veces más poder antioxidante que la infusión tradicional, muy apreciado por su intenso sabor y por sus múltiples propiedades. Para conseguir esta variedad se tapan los arbustos en los que crece el té aproximadamente un mes antes de recogerlos para ocultarlos del sol y así retrasar su crecimiento. Se logran de esta manera unas hojas de un intensísimo color verde gracias a su elevado contenido en clorofila, que al contrario que el resto de tés, no se consume infusionando las hojas, sino machacándolas hasta conseguir un polvo fino que se añade al agua y gracias a ello se aprovechan todas las propiedades de los compuestos que poseen sus hojas. Los expertos aseguran que además de controlar los radicales libres gracias al poder de los antioxidantes, el matcha nos ayuda en todo el proceso digestivo, ya que su elevado contenido en fibra mejora el tránsito intestinal, regula el azúcar en la sangre, controla los niveles de colesterol y el metabolismo de las grasas. Por si todo esto fuera poco, aumenta la resistencia, la combustión de calorías, mejora nuestro estado de ánimo, relaja y permite potenciar la concentración.
¿Y…el sabor? Aunque tiene un sabor muy particular, difícil de describir, algo así como una mezcla de hierba cortada y té, tiene un gusto fresco, ligeramente amargo y muy adictivo.