Ejercicios mentales para mejorar el rendimiento y evitar la depresión
Todos tenemos un potencial físico y uno mental. En los momentos en los que estamos mal, estresados, angustiados, con miedo o falta de confianza, generamos una disrupción o interferencia, y ese potencial, según las neurociencias, disminuye drásticamente.
Las neuronas tienen la capacidad de transmitir alrededor de 2.000 señales por segundo (la orden para realizar una determinada acción). Pero si esa capacidad de transmisión está inundada de interferencias, la transmisión se vuelve ineficiente, pasa menos información y la efectividad de la acción disminuye. Estas disrupciones en las acciones de tu vida cotidiana disminuyendo tu potencial. Si tenemos mucho ruido interno, no podemos procesar bien lo externo, porque nuestra capacidad de procesado estará limitada.
En cada actividad humana hay dos ámbitos de actuación: el externo y el interno. El juego exterior se desarrolla en un escenario externo para superar los obstáculos externos y llegar a un determinado objetivo. El juego interior se lleva a cabo dentro de nuestra mente y se juega contra obstáculos como el miedo, la duda, la falta de concentración y demás conceptos que nos limitan. En términos simples: rendimiento es igual a potencial menos interferencias. Tanto en el deporte, como en el trabajo o en la vida diaria, todos hemos tenido momentos en los que nuestras acciones han fluido sin esfuerzo, a los que llamamos “esos momentos perfectos”.
En esos momentos nuestra mente está tranquila y centrada. Cuando estamos ahí aprendemos y disfrutamos de nosotros mismos, dejando de lado las dudas, la autocrítica y el exceso de análisis.
HERRAMIENTAS PARA POTENCIAR EL DESEMPEÑO INDIVIDUAL Y COLECTIVO:
Atención completa:
Enfoque y concentración en el tema. Cuanto más se automatiza una acción, menos electricidad consumimos.
Fijarse objetivos:
Quienes se fijan objetivos tienen mejor desempeño. Cuando tenemos el objetivo, con intención de que se cumpla, el cerebro nos ayuda a movernos en esa dirección. El crearnos metas aumenta nuestra confianza, y se tiene más claro hacia dónde nos dirigimos. Esta seguridad genera más equilibrio y armonía, siempre teniendo en cuenta no confundir deseo con objetivo, ya que hay que ser realistas al momento de elegir.
La visualización:
El imaginarse una acción con muchos detalles y de manera vívida mejora el desempeño posterior. Cuando visualizamos, las neuronas que usamos para imaginarnos esa actividad son las mismas que usamos cuando la estamos realizando; por consiguiente, cuando uno está entrenándose y luego se recuesta y visualiza en detalle lo que quiere lograr, se está entrenando el doble. Es muy valioso incluir emociones, ya que así el cerebro aprende mejor, y también detalles como el lugar donde quieres que ocurra, si es de día o de noche, la tarea que estás realizando, el tiempo que te va a llevar. En fin, hacerlo lo más real posible, como una película.
Ritual para la mente:
Motivarnos con algún ritual, como el haka, o usar una misma ropa, nos servirá para calmar la mente, como ritual mental, nos ayudará a que nuestro cerebro fluya de manera relajada y sin interferencias.
*Asesoró: Agustina Lastra, Facilitadora avanzada en EFT “EN TUS MANOS”.