INSECTÍVOROS
¿Por qué deberíamos incorporar insectos en la dieta?
En términos médicos al hábito de alimentarse con insectos se lo conoce como entomogafia. El ser humano viene consumiendo insectos desde hace miles de años.
Identificados como alimento energético, las hormigas y las avispas se encuentran a la venta en mercados tradicionales de México, como Veracruz, Puebla y Oaxaca. La miel y los nutrientes que algunos insectos almacenan son aprovechados por los indígenas: los consumen como postre, molidos en salsa, en tortilla hasta los guardan en jarros para tratar enfermedades respiratorias. En países como Japón, China, Indonesia, Finlandia los insectos representan un elemento esencial en la gastronomía; mientras que en algunas tiendas de España se puede adquirir un caramelo de escorpión, entre otros insectos*.
Consumirlos tiene sus ventajas
En países como Japón, China, Indonesia, Finlandia los insectos representan un elemento esencial en la gastronomía
Los insectos aportan no sólo una gran cantidad de proteínas, sino que incluso pueden llegar a superar la calidad de las que proporcionan el pescado, el pollo y la carne roja.
BENEFICIOS DE SU INGESTA
Muchos insectos son ricos en proteínas, grasas buenas y además contienen altas concentraciones de calcio, hierro y zinc.
Las proteínas son las reparadoras y constructoras de las células, tejidos y órganos del cuerpo; además, intervienen en el funcionamiento del sistema inmunológico que nos protege de las enfermedades. Incluso, algunos alimentos, considerados como altos en proteínas como la lenteja, el frijol, tienen contenidos protéicos mucho menores que los insectos, alrededor del 15%.
¿LO SABÍAS? ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la promoción de la ingesta de insectos requiere estrategias de comunicación a medida en las distintas zonas del mundo. Por ejemplo, en los trópicos, donde comer bichos está más aceptado que en occidente, la comunicación debe ir encaminada a difundir que los insectos son una valiosa fuente de nutrición.
En cambio, en las sociedades occidentales los expertos de la ONU se topan con una barrera psicológica y cultural: el informe indica que se necesitan de estrategias de comunicación y programas educativos que aborden la repugnancia.