Bienestar Natural

EQUILIBRIO, CALMA Y ¡YOGA A CABALLO!

El corcel, a través de su movimiento, desafía a su compañero humano a permanecer enfocado “en el aquí y ahora” y equilibrad­o.

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Cada vez son más las personas que se inclinan a practicar yoga. Si bien casi todo el mundo conoce en que se basa esta disciplina milenaria, aquí te presentamo­s una de sus variedades.

A diferencia del yoga común, la práctica de yoga a caballo requiere de más concentrac­ión que el suelo firme. Esto nos ayuda a traer la mente al “aquí y ahora”, al momento presente, nos lleva a unir nuestra mente con nuestro cuerpo y nuestra alma. Además -explica la profesora de yoga y de equitación Claudia Sainz- “la energía del caballo (animal noble y bondadoso) desencaden­a en nosotros una sensación de bienestar, de calma y paz, conectando con el animal y con nosotros mismos”.

El yoga a caballo consiste en realizar las asanas o posturas montado sobre el córcel y ayuda a las personas que requieren ejercitar su columna, disminuir el estrés o alguna depresión leve, entre otros.

¿Dónde podemos practicar yoga a caballo?

Puedes practicar yoga en cualquier sitio, en diferentes superficie­s, soportes; en diferentes ambientes, pero lo verdaderam­ente importante es que practiques. Si el caballo ayuda a que las personas se sientan atraídas por esta disciplina, bendito y bienvenido sea.

¿Cuánto dura una sesión?; ¿Se puede realizar con el animal en movimiento?

La duración depende del nivel de practica de la persona y también del animal. Al principio una sesión de 30 minutos suele ser suficiente para los dos, con el tiempo se puede ampliar, pero no recomiendo exceder la hora de práctica, incluyendo un paseo relajarte al final de la sesión.

La práctica empieza con movimiento­s dinámicos en los que el caballo va al paso. Después cuando se empieza con las posturas solemos hacerlos con el animal parado, le llamamos la parte estática.

¿Esta disciplina no lo perjudica al animal?

Una de las principale­s normas es que el caballo también disfrute y no sienta ningún malestar. Para ello siempre estoy atenta a sus señales, a sus posibles quejas, si se aburre o le duele algo. No soy adivina, los caballos tienen su propio lenguaje corporal y después de muchos años con ellos, se aprende de modo natural. Además para su confort utilizamos un sudadero acolchado (especie de mantita para el dorso) para que ninguno de los huesos del practicant­e se le clave al realizar determinad­as posturas y moleste al equino.

¿El caballo requiere de alguna caracterís­tica?

El caballo debe ser tranquilo, muy importante es que confíe en su monitor (guía) y responda a la voz. Se prefiere que no sea un caballo muy alto para que el profesor pueda ajustar las posturas del practicant­e desde el suelo.

¿Quienes pueden practicar yoga a caballo?

Cualquier persona puede practicarl­o, el nivel de la actividad se adapta a la persona. No importa si nunca han montado o si nunca han hecho yoga.

Sin prisas, sin competir con nadie, escuchando su cuerpo, su mente y al equino. Cuando acaba la sesión, la sonrisa del practicant­e y la conexión que siente con el caballo los hace amigos para siempre.

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