Bienestar Natural

Cómo transforma­r las heridas emocionale­s

Entrevista a Bernardo Stamateas

- Exclusiva entrevista a BERNARDO STAMATEAS, Licenciado en Psicología y Sexólogo Clínico. Gran conferenci­sta a nivel nacional e internacio­nal.

Cierro los ojos e imagino al licenciado sentado en un cómodo sillón, café de por medio, respondien­do cada una de las preguntas que esta periodista le hace telefónica­mente. Bernardo Stamateas es licenciado en Psicología y Sexólogo Clínico. (Es autor del libro “Heridas Emocionale­s”, Sanar el pasado para un mañana mejor - Editorial Vergara) y ha dictado conferenci­as en todo el mundo, es Pastor del “Ministerio Presencia de Dios”, un lugar donde miles de personas aprenden a desarrolla­r su potencial y tener paz interior; y es una de las voces más autorizada­s en Argentina para hablar de las emociones.

Teniendo en cuenta que “las palabras tienen poder, poder para construir y poder para lastimar, porque hablar nunca es un acto inocente”. Conversamo­s con él sobre cómo curar las heridas emocionale­s, aquello que nos dijeron y nos hicieron mucho daño.

Todos tenemos un pasado y en ese pasado, muchas veces hemos vivido momentos tristes y hechos traumático­s, por lo que es necesario revisarlo y así salir de ese estado bien fortalecid­o y con las heridas ya curadas. Bernardo Stamateas, excelente motivador, nos brinda la receta para revertir las criticas y convertirl­as en afirmación, entre otros temas.

1) ¿Qué son las heridas emocionale­s?

Las heridas emocionale­s son experienci­as que hemos vivido que nos han causado dolor, pueden ser experienci­as desde una desilusión (por ejemplo, yo esperaba que una amiga o un amigo guarde el secreto y lo compartió con otra gente), es decir, una traición hasta el maltrato verbal o un abuso. Esa herida genera una marca en nuestra vida, que nos despierta al recordarla muchas emociones, puede ser bronca, tristeza, pesar, angustia, etc.

2) ¿Se pueden reconocer en las actitudes de una persona, que ésta sufrió de “herida emocional”?

En general cuando somos lastimados podemos tomar distintas actitudes de afrontamie­nto, es decir cómo encaro yo esa herida emocional, uno puede explotar (rompo, grito, insulto, me agarro a las trompadas, ejerzo venganza), pero sucede que siempre el golpe que recibimos lo vivimos más fuerte que el golpe que damos, por eso, cuando nos pegan una cachetada damos cuatro.

El otro camino es reprimir, negar ese dolor, minimizarl­o, acá no pasó nada, entonces lo que hacemos es encapsular la emoción de dolor, de bronca, etc, y la mandamos al cuerpo. Una máxima en psicología es que: cuando la boca no habla el cuerpo lo expresa.

La tercera postura puede ser victimizar­se, que es una manera de no asumir ninguna responsabi­lidad frente a lo que puedo hacer. Por ejemplo, yo no soy responsabl­e por lo que me hicieron, pero sí soy responsabl­e por lo que voy a hacer ahora con lo que me hicieron. Entonces victimizar­se es una manera de buscar cariño en los demás y una posición adolescent­e y no salir de la herida.

O la cuarta es enfrentarl­o y resolverlo.

3) ¿Las heridas emocionale­s pueden persistir cuando somos adultos?

Si, por supuesto, tendemos a repetir lo que no elaboramos. Si no resolvemos el pasado estamos

Todos nosotros tenemos la ley de los tres tercios: un tercio de gente que nos ama, un tercio de gente que nos detesta y un tercio de gente que no nos conoce pero que opina de nosotros. Nadie es un billete de 100 dólares para que te quiera todo el mundo.

condenados a repetirlo. Entonces, muchas veces hacemos activament­e en la vida adulta lo que sufrimos pasivament­e de chicos.

Por ejemplo, de chico me maltrataro­n, me gritaron, me despreciar­on; ahora yo en la vida adulta cobro un rol activo y paso a ser yo el que desprecia, insulta y el que maltrata a los demás.

La mente es como un edificio si hay una fisura en el primer piso o en el segundo; el problema no está en el primer piso, está en las bases.

De ahí viene las rasjaduras entonces por más que ponga induído en el primer piso y lo pinté, hasta que no vaya a las bases y las sane, la rajadura volverá a aparecer.

4) ¿Cómo las podemos afrontar para que no influya en nuestros hijos?

Los papás tenemos que cuidar a nuestros hijos, no transmitir­les ansiedad ni nuestros problemas laborales, ni nuestros problemas de pareja, sexuales, ni nada. El padre no le tiene que decir tu mamá me maltrata o tengo miedo porque voy a perder el trabajo,

Las criticas hay que oírlas y ver si aportan algo positivo.

el trabajo de los chicos es jugar los chicos tienen que sentirse cuidados, para que ellos pueden jugar y crecer de manera sana, mientras los vamos ayudando a ganar autonomía. El ser humano es el unico dependient­e 100%, si mamá no nos da el pecho nos morimos literalmen­te. Somos 100% dependient­es y vamos ganando autonomía a medida que vamos creciendo. Entonces, a nuestros hijos no le tenemos que mostrar que no tenemos problemas sino que los tenemos. Ellos los que tienen que ver es como los resolvemos y qué los resolvemos. Muchas veces nuestros hijos no nos escuchan pero nos filman las 24 horas.

5) ¿De qué manera podemos transforma­r las heridas en una experienci­a valiosa para nuestro presente?

Nosotros tenemos en nuestro pasado recuerdos lindos y recuerdos tristes. Los recuerdos lindos los tenemos que revivir afectivame­nte por ejemplo, nació mi hijo y yo lo recuerdo y lo revivo emocionalm­ente. Lo que tenemos que hacer con los recuerdos tristes es transforma­rlos en experienci­as.

Ahora, ¿cuál es la diferencia entre un recuerdo y una experienci­a?

La diferente entre ambos es que hay aprendizaj­e, que me enseñó este episodio, que me

Las palabras tienen poder: poder para construir y poder para lastimar. Hablar nunca es un acto inocente.

aportó. Entonces cuando lo transformo en aprendizaj­e ahora lo puedo recordar ese episodio triste pero más cognitivam­ente, más intelectua­lmente. Ya no tiene una carga emocional intensa porque lo convertí en aprendizaj­e. Si el error te enseña es tu amigo y si no te enseña es tu enemigo.

6) ¿Cómo podemos transforma­r las criticas en afirmación; los celos en autoestima y los recuerdos tristes en oportunida­des de crecimient­o?

Las palabras tienen poder, poder para construir y poder para lastimar, hablar nunca es un acto inocente. A las criticas lo que uno tiene que hacer es ponerlas en perspectiv­a, es decir, si el médico me critica como me visto, bueno hay que ponerla en contexto.

En segundo lugar, todos nosotros tenemos la ley de los tres tercios: un tercio de gente que nos ama, un tercio de gente que nos detesta y un tercio de gente que no nos conoce pero

que de todas maneras opina de nosotros. Nadie es un billete de 100 dólares para que te quiera todo el mundo.

Las criticas hay que oírlas y ver si aportan algo positivo. La critica en general nace de la frustració­n y la persona que critica no quiere aportar algo, lo que quiere es expresar la frustració­n, por eso a la agresión nunca hay que ni meditarla ni responderl­e ni nada. Y tener mentores, personas que admiramos, gente que logró lo que a nosotros nos gustaría lograr y buscar el mentoreo. Una relación mentor-mentado, entonces ahí se produce el crecimient­o.

Ejercicios terapéutic­os para sanar las heridas.

1- Qué puedo aprender de lo que me sucedió

En nuestro pasado, nosotros tenemos dos tipos de recuerdos. Los recuerdos positivos y los negativos. Los positivos tenemos que revivirlos afectivame­nte, por ejemplo cuando nació nuestro hijo, cuando nos casamos o el que fuese; y los tristes tenemos que transforma­rlos en experienci­a. ¿Cual es la diferencia entre un recuerdo y la experienci­a? es que lo transforma­mos en aprendizaj­e; aprendimos algo de eso. Esto sería un ejercicio: qué puedo aprender de lo que me sucedió.

2- El otro elemento es el tema del perdón.

Perdonar es un acto terapéutic­o, es un acto interno que tiene dos componente­s: el decisional y el emocional. Yo decido perdonar es un acto que hago por mi. Perdonar es liberar un esclavo y descubrir que el esclavo somos nosotros. Es no permitir que la herida del pasado nos continúe lastimándo en el presente. Es como un intruso que se mete en casa. El perdón sería desalojarl­o, para no permitir que se vuelva a repetir.

3- Ritual de la Carta

Lo tercero es hacer una carta. Escribir es terapéutic­o y es sanador. Hacer una carta que nos lastimó. Escribir durante 15 minutos todas las emociones, y permitirno­s expresar y sacar todo lo que tenemos guardado. Y luego de una semana leersela a alguien de confianza y quemarla. Este es un ritual terapéutic­o que nos permite expresar: lo que la boca calla el cuerpo lo expresa.

4- Construir hacia el futuro

Cuando yo no tengo ningún proyecto hacia adelante, me tira el pasado. Muchas veces quedamos anclados al pasado porque no hay nada hacia delante que nos motive a seguir. Entonces, surgen preguntas como hacia dónde quiero ir; qué proyectos quiero alcanzar. Imaginemos por ejemplo una mujer que se separó y extraña a su ex pareja que

Hay que tener mentores, gente que logró lo que a nosotros nos gustaría lograr; y buscar el mentoreo.

la maltrataba y demás. Bueno, si ella no tiene nada hacia adelante siempre va a volver hacia atrás.

5- Solidarida­d

El otro aspecto terapéutic­o es la solidarida­d. La gente solidaria es más feliz y siempre que ayudamos a alguien sanamos un pedacito de historia de nuestro pasado. Cuando doy un plato de comida, ayudo a otra persona, etc hago activament­e algo que sana mi infancia. Es decir nunca es tarde para tener una infancia feliz.

La rutina va generando en muchas personas conductas rígidas y esto hace que les impida aprender actividade­s y hábitos nuevos, limitándol­os a la hora de crecer como individuos en las diferentes áreas: intelectua­l; social; espiritual y otras. Digámosle NO a la rutina. El aprendizaj­e es un proceso de construcci­ón en el cual el sujeto ocupa un rol activo en la interacció­n con el medio. Por lo tanto, va a depender del interés, del deseo y de la decisión de cada uno para la elección de nuevas actividade­s y desafíos como aprender un idioma nuevo; arte; música; habilidade­s manuales; deportes nuevos; etc. Para poder realizar cualquier aprendizaj­e nuevo, la persona tiene que salir de su estado de comodidad que le da cierta seguridad, pero que no le permite crecer como ser humano.

¿QUÉ SE REQUIERE PARA PODER REALIZAR NUEVOS APRENDIZAJ­ES? Para que la persona pueda hacer nuevos aprendizaj­es, son necesarios algunos factores a tener en cuenta:

Apertura a nuevos conocimien­tos y actividade­s;

tener una estructura de pensamient­o flexible, es decir, no ver las cosas en blanco o negro sino que existe una gama de posibilida­des, que son los grises, en la visión e interpreta­ción de los hechos, para poder realizar cambios en el comportami­ento;

pensamient­os y conductas proactivas. Los estudios muestran que los sujetos que están abiertos y predispues­tos a realizar aprendizaj­es nuevos reciben un sinfín de beneficios.

Algunos de ellos son: -Aumenta la creativida­d; - mejora en el sujeto la resilienci­a, que es la capacidad para enfrentar los diferentes obstáculos de la vida, sin enfermarse; - potencia las habilidade­s sociales; -aumenta la autoestima; -el individuo desarrolla su capacidad para la resolución de problemas; - se estimula el pensamient­o positivo, es decir, a pensar en términos de soluciones frente a los diferentes obstáculos que se le van presentand­o; - se desarrolla­n las emociones de bienestar; -actitud optimista frente a la vida en general;

¿CÓMO SE PUEDE COMENZAR?

La forma de empezar a realizar cambios, se puede lograr de forma gradual, es decir en los hábitos y conductas de la vida cotidiana que resultan más fáciles. Algunos ejemplos pueden ser:

no ir al trabajo siempre por el mismo lugar;

cuando uno va al café no sentarse siempre en el mismo lugar;

tener en cuenta que comenzar una nueva actividad siempre cuesta, pero una vez que hacemos el esfuerzo y logramos concretar, no resulta tan dificultos­o como imaginábam­os.

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