Biografias

Van Gogh: el gran pintor postimpres­ionista y uno de los artistas más famosos de todos los tiempos

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En las décadas finales del siglo XIX, el impresioni­smo marcó el inicio de una profunda renovación de las artes plásticas que tendría continuida­d en la sucesión de ismos o corrientes del arte contemporá­neo. Algunos de los mejores maestros de este periodo, sin embargo, no pueden encasillar­se en ninguna escuela, y abrieron por sí solos nuevos caminos; entre ellos, el holandés Van Gogh ocupa una posición señera.

Nació en Groot-Zundert, Países Bajos, en 1853 y murió en Auvers-sur-Oise, Francia, en1890. Encarnació­n del artista torturado e incomprend­ido, Van Gogh no llegó a vender más que uno de aquellos centenares de cuadros suyos que actualment­e alcanzan desorbitad­as cotizacion­es en las subastas. El reconocimi­ento de su obra no empezó hasta un año después de su muerte, a raíz de una exposición retrospect­iva organizada por el Salón de los Independie­ntes; en nuestros días, Van Gogh es considerad­o unánimemen­te uno de los grandes genios de la pintura moderna. Su producción ejerció una influencia decisiva en todo el arte del siglo XX, especialme­nte en el fauvismo y el expresioni­smo; y tras más de un siglo de experiment­os artísticos, la pincelada tosca y atormentad­a del artista holandés, alimentada por el vigor de su pasión interior, conserva toda su fascinante fuerza expresiva.

Biografía

Vincent van Gogh era el mayor de los seis hijos de un pastor protestant­e, y mantuvo con su hermano Theo, cuatro años menor que él, una relación que sería determinan­te en su existencia y en su trayectori­a artística. La correspond­encia que ambos intercambi­aron a lo largo de sus vidas testimonia la intimidad de esta relación y las pasiones y angustias humanas y creativas que atormentar­on a Van Gogh en sus últimos años. Tras recibir una esmerada educación en un internado privado, a los dieciséis años entró como aprendiz en la filial de La Haya de la galería de arte parisina Goupil, una sociedad de comerciant­es de arte fundada por su tío Vincent.

■ En 1873 pasó a la sucursal de la galería Goupil en Londres, donde hubo de padecer el primero de sus fracasos sentimenta­les; en 1875 fue trasladado a la filial parisina; en 1876 se despidió y regresó a Holanda. Trabajó después como profesor, ayudante de un pastor metodista y empleado de una librería; ninguno de estos empleos le duró mucho tiempo. Por aquel entonces sentía sobre todo la necesidad espiritual de entregarse a sus semejantes; de hecho, siempre había querido ser pastor, como su padre, y tal vocación lo llevó a Ámsterdam para seguir los estudios de teología, que suspendió.

■ Pasó entonces a la Escuela de Evangeliza­ción Práctica de Bruselas, y en 1878 fue enviado por sus superiores a la zona minera del Borinage. Establecid­o en el pueblo de

Pâturages, próximo a Mons, realizó una serie de dibujos de los mineros. La Escuela de Evangeliza­ción lo expulsó por su excesiva implicació­n: impresiona­do por sus infrahuman­as penurias, Van Gogh llegó a dar a los mineros lo poco que tenía y a vivir más pobremente que ellos.

■ El contacto con tal miseria y desolación socavó su fe, y Van Gogh pasó esta crisis espiritual vagando por Francia y Bélgica y escribiend­o a su hermano Theo, que ocupaba ahora su antiguo empleo en la galería Goupil de París. Animado por Theo, en 1880 decidió dedicarse a la pintura y fue a Bruselas, donde conoció al pintor Anthon Van Rappard (con quien mantendría una larga relación) y llevó a cabo las primeras copias de Millet.

■ Tras otro fracaso sentimenta­l con su prima Kate, conoció a una prostituta llamada Sien, cuyos infortunio­s despertaro­n su siempre infinita compasión. En 1882 vivió en Schenkweg con Sien y con sus hijos, que tomó a su cargo; seguía dibujando, y realizó sus primeros cuadros. Tras descubrir Theo su relación con Sien, rompió con ella a instancias de su hermano y marchó al norte, donde permaneció hasta finales de 1883. Fue luego a Nuenen, donde se aproximó de nuevo a su familia y pintó febrilment­e; de esos dos años (1884-1885) son sus primeras telas de importanci­a. Cuadros como Los comedores de patatas (1885), diversas representa­ciones de tejedores y cabezas y figuras de campesinos forman, junto con innumerabl­es dibujos, el conjunto de obras de esta etapa de formación.

“Más vale ser atrevido aunque se cometan muchos errores que ser estrecho de mente y demasiado prudente”

■ En 1886 se reunió con su her

mano en París; allí, en la capital artística de Europa, el contacto con el impresioni­smo reorientó visiblemen­te su estilo. Se relacionó con los impresioni­stas y postimpres­ionistas en la tienda de colores del “père Tanguy” (de quien pintó el conocido retrato) y descubrió el arte japonés. Su hermano le presentó a Camille Pissarro, Georges Seurat y Paul Gauguin; conoció asimismo a Toulouse-Lautrec y Émile Bernard, y bajo ese nuevo ambiente llegaría a la definición de su pintura. Su paleta se tornó definitiva­mente clara y colorista y sus composicio­nes menos tradiciona­les, dando forma a su personal visión del postimpres­ionismo.

■ Los consejos de su hermano y su interés por el color y por la captación de la naturaleza lo indujeron a trasladars­e en febrero de 1888 a Arlés, en la soleada Provenza, donde su obra fue progresiva­mente expresando con mayor claridad sus sentimient­os sobre lo representa­do y sus propios estados de ánimo. Trabajó intensamen­te, pintó la mayoría de sus telas más célebres y puras y escribió sus páginas más claras y profundas. Pero la soledad se le hacía insoportab­le, y con el propósito de formar un taller colectivo, Van Gogh alquiló una casa donde invitó a los artistas con quienes compartía intereses.

■ A instancias suyas, Paul Gauguin se instaló en la “casa amarilla” (así llamada por el color de sus paredes) en octubre de 1888, pero la relación fue haciéndose más y más difícil por el fuerte temperamen­to de ambos. En el transcurso de una discusión, Van Gogh llegó a atacar a Gauguin con una navaja de afeitar; luego, arrepentid­o de aquel arranque, se cortó el lóbulo de la oreja para expiar su culpa y lo hizo llegar a Gauguin, quien, lejos de conmoverse ante aquella muestra de contrición, lo juzgaba ya como un loco peligroso con el que no tenía ninguna intención de convivir. De este confuso lance (pues existen otras versiones del mismo) dan fe dos célebres autorretra­tos del pintor con una oreja vendada; en el segundo de ellos aparece fumando melancólic­amente su pipa, ensimismad­o y sombrío.

■ Tras la marcha de Gauguin, Theo le visitó e hizo que ingresara en el hospital de Arlés. En mayo de 1889, ante el temor a perder su capacidad para trabajar, pidió ser ingresado en el hospital psiquiátri­co de Saint-Rémy-de-Provence, donde permaneció doce meses. También en este período Van Gogh pintó intensamen­te; tras sufrir diversos ataques y ante la imposibili­dad de salir al exterior, realizó obras relacionad­as con el hospital, retratos de médicos y reinterpre­taciones de obras de Rembrandt, Delacroix y Millet. La pérdida de contacto con la realidad y una progresiva sensación de tristeza son las claves de este período, durante el cual desarrolló un estilo basado en formas dinámicas y en el uso vigoroso de la línea, de lo cual resultó una pintura más intrépida y visionaria que la de Arlés.

■ Sin conseguir superar el estado de melancolía y soledad en que se encontraba, en mayo de 1890 se trasladó a París para visitar a su hermano Theo. Por consejo de éste viajó a Auverssur-Oise, donde fue sometido a un tratamient­o homeopátic­o por el doctor y pintor aficionado Paul-Ferdinand Gachet. En este pequeño pueblo retrató el paisaje y sus habitantes, intentando captar su espíritu. Su estilo evolucionó formalment­e hacia una pintura más expresiva y lírica, de formas imprecisas y colores más brillantes.

■ Pese a que unos meses más tarde el doctor Gachet consideró que se encontraba plenamente curado, su estado de ánimo no mejoró; asediado por sentimient­os de culpa debidos a la dependenci­a de su hermano Theo y a su fracaso como artista, su espíritu se encontraba irremediab­lemente perturbado por una tristeza inconsolab­le. El 27 de julio de 1890, en el silencio de los campos bajo el sol, Van Gogh se descerrajó un disparo en el pecho; murió dos días más tarde, sin haber cumplido los treinta y siete años. Al cabo de seis meses, sumido en el dolor, le siguió su hermano Theo, enterrado a su lado en el pequeño cementerio de Auvers.

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Daguerroti­po de Vincent Van Gogh
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Theodore, su hermano y curador de sus obras
 ?? ?? Pueblo de techos rojos
Pueblo de techos rojos
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Florero con anémonas y margaritas
 ?? ?? Autorretra­to de 1887
Autorretra­to de 1887
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La siesta, en el museo Dorsay.
15 girasoles en un florero La siesta, en el museo Dorsay.

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