LA VIDA Y LA MUERTE ENFRENTADAS POR EL DOLOR, LA AVARICIA Y LA ESPERANZA
PEPE CIBRIAN MOVILIZA SENTIMIENTOS NOBLES Y PROFUNDOS: UN VIAJE A LA GRAN LUZ
Uno puede mejorar su vida. ¿Pero se pueden corregir los errores cometidos para tener una muerte en paz? ¿Hay tiempo para el arrepentimiento y el perdón, cuando se convivió con la oscuridad y el egoísmo?¿El dinero logra reemplazar los deseos reprimidos? ¿La presencia de la muerte, redime al pecador? Preguntas que tienen sus respuestas en “Lord”, la nueva comedia musical escrita y protagonizada por uno de los hombres del espectáculo nacional que ha hecho escuela y es el fiel discípulo del género: Pepe Cibrián. Sobre el escenario, este enorme actor sabe movilizar a la platea. Su sola presencia desestabiliza los sentimientos. La magnitud de su compromiso frente a su nueva obra lo ubica en un pedestal tan luminoso como sombrío. Porque juega y se divierte con “Lady Parca”, la muerte – interpretada con despliegue por Georgina Barbarossa, quién aprovecha al máximo sus roles en el escenario, dejando constancia de su coraje y versatilidad – zambulléndose por sus laberintos de tinieblas y purpurina. La música original, la dirección musical y los arreglos corales están a cargo de Santiago Rosso, un joven y talentoso músico que supo interpretar las exigencias y los matices que propone Cibrián. De la misma manera, el aporte creativo y visual de la directora Valeria Ambrosio, le suma en contundencia y audacia escénica. Hay humor, picardía, disparates y cuadros circenses. Climas oníricos, emociones y reflexiones que fusionan dentro del universo de este viejo atormentado por los relojes del tiempo y su propio dolor. El resto del elento sabe acompañar de manera profesional y sin estridencias a sus protagonistas: Gustavo Monje, Damián Iglesias, Belén Pasqualini, Ignacio Monná, Alejandro Gallo Gosende – fabuloso como presentador- Rosana Laudani, Diego Bros, Emiliano Oberndorfer y Jimena González – cada uno en su rol- invierten sus riquezas vocales con histrionismo y fuerza actoral. El vestuario – a cargo de Alfredo Miranda- tiene diseños de avanzada originalidad, utilizando materiales nobles y de calidad. El diseño de sonido – sin fisuras- es de Gastón Briski, las coreografías -sobrias, sin exhuberancias pero efectistas- de Juan José Marco y el diseño escenográfico – preciso y elocuente- de Jorge Ferrari. ¿Se puede modificar el rumbo de una vida para darle un sentido a los años que aún nos quedan por vivir? Quizás la respuesta esté en la esperanza. En el querer. En el dejar de pensar en uno mismo para aprender a compartir. A perdonar. En comprender – finalmente- que uno también elige vivir y morir con o sin amor. HECTOR MAUGERI