“UN PARTENON CON LIBROS PROHIBIDOS” MINUJIN PRESENTO EN ALEMANIA SU OBRA MAS MAJESTUOSA
Efímero y monumental, así es la nueva sorpresa vanguardista que salió de la imaginación de Marta Minujín (74), que redobló su apuesta creativa.“Un Partenón de cien mil libros prohibidos. Esto es único”, asegura desde Alemania, presentando con orgullo “su última locura”. Y allí se ve, detrás de ella, la colosal obra: una estructura metálica de 70 metros por 30, y 19 metros de alto, que se levanta en el medio de la Friedrichsplatz de Kassel, en el mismo lugar donde el nazismo incineró dos mil libros el 19 de mayo de 1933, en una hoguera bautizada Aktion wider den undeutschen Geist (Campaña en contra del espíritu no-germano). Se parece a la obra que Minujín montó en Buenos Aires en 1983: un Partenón de libros prohibidos durante el régimen militar argentino en la 9 de Julio y Santa Fe.“Se habían ido los milicos, se destapaba el horror de los desaparecidos y yo quería celebrar la recuperación de la democracia”, recuerda Marta sobre su primer Partenón descartable.
Ahora se decidió por una réplica del templo de la Acrópolis de Atenas, la obra más gigantesca que jamás haya creado, para lo que dispuso de libros cerrados al vacío y protegidos por una película transparente para que no se estropeen con la lluvia. Dichas obras llegaron desde Argentina, Alemania, Francia, Estados Unidos, España y Reino Unido. “Presto atención al color. Por ejemplo nos regalaron 15 mil libros de Thomas Mann en rojo. Esto es también una forma de arte estética. Hay todo un estudio de cómo disponer los libros—afirma, antes de confesar cuál fue su intención al crear semejante obra—. El objetivo es proteger a la gente. Vivir en arte te trasforma. Yo, con el Partenón, lo hago con miles de libros. Esto es cultura instantánea. Como el café. No hace falta saber nada. ¿Sabés cómo se va a culturalizar la gente con el solo hecho de mirar los títulos de los libros en las columnas del Partenón?”, comenta.
Marta Minujín dice que esta es la mejor de sus propuestas artísticas, porque ama a los griegos y su cultura. “Me vuelve loca Grecia, el siglo de Pericles, la búsqueda de la belleza, de la verdad, haberse pasado treinta años debatiendo qué es una idea, qué es la crueldad, qué es la democracia—afirma, aunque también no ve la hora que su obra se desintegre y se convierta en lectura—. Hay cien mil libros, después comenzaremos a desarmarlo y la gente se va a llevar los tomos y los va a leer en sus casas. Ahí se terminó la obra. ¿No es genial?”, comenta refiriéndose a la creación que se exhibe en “Documenta” (célebre muestra de arte contemporáneo que se hace cada cinco años), en la sede alemana en Kassel, que permanecerá abierta hasta el 17 de septiembre.“La censura, la persecución de escritores y la prohibición de sus textos motivadas por intereses políticos y el intento de influir en nuestro pensamiento, nuestras ideas y nuestros cuerpos, están nuevamente extendidos en el mundo. El Partenón de Libros marca un ejemplo contra la violencia, la discriminación y la intolerancia”, sintetizó el polaco Adam Szymczyk, director artístico de “Documenta”, sobre la obra de Minujín.
“Esto es cultura instantánea, como el café. Después la gente se lleva los libros.”