“CARLA ES BUENA PARA HACERME VOLVER AL FOCO”
MARTIN LOUSTEAU, EN “EVOLUCION”
Tenía su vida radicada en Washington, una ciudad “ideal” para la convivencia familiar por “su bajo nivel de estrés, sus plazas, sus parques públicos, su baja edificación y por las ardillas y hasta ciervos que pululaban por el jardín de casa”. Su hijo ya se había adaptado a un jardín de infantes cosmopolita, comenzaba a incorporar el idioma inglés y ya le había presentado a su mejor amigo. Pero por una decisión personal y también política, Martín Lousteau (46) hizo las valijas con Carla Peterson (43) y con Gaspar (4) y se volvió a Buenos Aires, su hábitat natural. Una decisión que en su momento sorprendió, y que fue producto de varios meses de evaluación con su mujer.
“Cuando el Presidente me ofreció el cargo de embajador, lo primero que hice fue llamar a mi mujer y nos fuimos a caminar a una plaza para hablarlo. Y cuando me pareció que era el momento de volver, hice lo mismo. Fueron varios meses de charlas y discusiones, ni más ni menos se trataba de una decisión de vida”, recuerda el precandidato a diputado nacional por “Evolución”, la fuerza con la que Lousteau se reinsertó en la política. Y entre tantos considerandos y puntos de vista, fueron unas palabras de Carla las que terminaron de convencerlo. “Me preocupaba la oportunidad que se perdía Gaspar de una excelente educación abierta, pero mi mujer expuso algo muy cierto: ‘La mejor educación que le podemos dar a nuestro hijo es ser quienes somos. Yo no soy la mujer de un embajador, ni nosotros vivimos con chofer o empleadas que duermen en casa. Yo no difundo cultura, trato de hacer cultura, y vos tratás de transformar las cosas, no de contarlas’, me dijo. Y para mi fue un click”, relata Martín, quien no ahorró elogios hacia ciertas características de la actriz: “Carla es muy inteligente. Lo primero que tiene es mucho sentido del humor, es muy graciosa. Y sobre todo tiene los pies bien sobre la tierra, entonces para reflexionar estas cosas es ideal. Yo a veces me empiezo a ir por las ramas, y ella es muy buena para volver al foco”.
A una semana de una nueva contienda electoral, Lousteau sostiene que en cada mes previo a una elección suele bajar de peso como ahora. “La nuestra es una campaña Pyme, no tenemos la estructura oficial, y eso requiere de mucho esfuerzo de los candidatos, mucha capacidad de organización y mucho tiempo personal. Eso lleva a que no comás o a que te saltees varias comidas y caigas en un desorden. Así me la paso tomando café”, confiesa. Y describe como se reparten con Peterson para hacer frente a la estructura familiar en épocas de campaña: “Somos una pareja atípica, los dos trabajamos en tareas con mucha intensidad en ciertos momentos y que baja un poco en otros. Y el que menos ocupado está es quien más se dedica a Gaspar. Ahora yo estoy a full, pero igual me encanta ir a buscarlo al colegio o llevarlo a una plaza. La paternidad tiene de bueno que cuando estás con tu hijo te olvidás de todo. Y yo tengo pocas actividades de esas que te impiden pensar en otra cosa. Creo que sólo lo consigo con el buceo”, revela el economista y político, quien espera la oportunidad para llevar a la cancha de Independiente a su heredero. “Antes era más fanático del fútbol, pero hubo cosas que me moderaron ese fanatismo. Voy a esperar que a Gaspar le guste un poco más y sea más grande para llevarlo”, aseguró. Y esgrime que los resultados de una elección no le cambian el semblante. “Nosotros creemos en nuestras convicciones,
estamos tranquilos y convencidos de lo que hacemos, y esperamos tener un apoyo importante, A mi me encanta debatir y discutir, por eso están todas nuestras propuestas subidas a la página.
—Después de dejar la embajada en los Estados Unidos, ¿quedó resentida su relación con Macri (Mauricio)?
—No, para nada. Con él hay una relación sincera y de respeto mutuo, y además es el Presidente de la Nación. No sólo hay respeto, sino que también vocación de ayudar, Pero ayudar no significa decir a todo que sí, ni compartir todos los diagnósticos. El sabe que me tiene a disposición si quiere un diagnóstico distinto al que su entorno le está diciendo.