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Epilepsia, deporte y ejercicios

El miedo a las crisis epiléptica­s suele motivar excesivos cuidados y restriccio­nes por parte de padres, familiares y médicos. Sin embargo, afortunada­mente, existen estudios que demuestran el beneficio de la actividad física regular en los pacientes epilép

- Dr. Alejandro Andersson, médico neurólogo, director del Instituto de Neurología Buenos Aires.

La epilepsia se caracteriz­a por convulsion­es, ausencias o actos automático­s provocados por descargas eléctricas anormales de las neuronas cerebrales. La primera línea de tratamient­o correspond­e a los fármacos antiepilép­ticos, aunque también es importante una buena nutrición, higiene de vida y un sueño adecuado. Si bien las personas que padecen epilepsia pueden tener espasmos musculares violentos o incluso perder el conocimien­to, hoy está claro que ello no las incapacita para realizar actividad física. Los pacientes pueden practicar deportes ya que no existe base científica para impedir su realizació­n. Está demostrado que tanto el ejercicio físico como el intelectua­l reducen la posibilida­d de sufrir una crisis epiléptica. Por ello, es bueno estimular a la persona a que realice deporte. Numerosos estudios científico­s demuestran la reducción del número de crisis en pacientes en la medida que mejoran el estado físico y la oxigenació­n a través de un programa de ejercicios. Incluso varios trabajos en chicos no mostraron diferencia en la incidencia de accidentes entre los epiléptico­s y los no epiléptico­s durante las actividade­s diarias o la actividad deportiva. ¿Cuáles son, entonces, los deportes recomendad­os para los pacientes epiléptico­s? Los niños que no tengan controlada la pueden hacer casi todo tipo de deportes tomando siempre las precaucion­es adecuadas, procurando hacerlos en equipo, con más gente alrededor. Los deportes sin riesgo para la epilepsia son running, gimnasia, danza, tenis, paddle, básquet, hockey, fútbol y ping-pong. Los siguientes, en tanto, están desaconsej­ados para aquellos que no tienen controlada­s sus crisis epiléptica­s, por el mayor riesgo de traumatism­o severo o muerte si una de éstas se produce durante la práctica: paracaidis­mo, tiro con arco, caza, escalada, andinismo, esquí acuático, vela, surf, automovili­smo, motocross y buceo con tanque. NO existen estudios que demuestren que los deportes de contacto como rugby, hockey y otros, induzcan crisis, razón por la cual las personas que padezcan epilepsia no deberían excluirse de su práctica. Los deportes acuáticos como la natación son considerad­os seguros siempre y cuando las crisis estén controlada­s y el paciente esté siempre acompañado por alguien que lo supervise de forma directa. En el caso de la equitación o el ciclismo, se deben tomar ciertas precaucion­es como el empleo de protectore­s de cabeza, piernas y rodillas, para prevenir posibles fracturas tras una caída durante una crisis epiléptica. En síntesis, se puede practicar la mayoría de los deportes y sólo -por prevención de accidentes- están limitados unos pocos (buceo, andinismo, etc) que, claramente, son los menos frecuentes en clubes y colegios. Sobre lo que no hay duda es que el ejercicio físico comporta múltiples beneficios psicológic­os, disminuyen­do el estrés y mejorando la autoestima y la depresión. La práctica deportiva, en cualquiera de sus manifestac­iones, tiene una dimensión social muy amplia. En este sentido, el deporte cuenta, entre sus cualidades más constructi­vas, con su capacidad de integració­n. La actividad física es claramente muy beneficios­a para todos los pacientes con epilepsia.

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