ADRIANA CAROLINA HERRERA, SEPARADA
TRAS TRECE AÑOS DE MATRIMONIO
Fueron trece años de matrimonio y tres hijos en común, por eso no es fácil “borrar de un plumazo” tanto amor recorrido. Pero la crisis existe entre ellos y por eso decidieron separarse. Adriana Carolina Herrera (47 ) y Miguel Báez (48), apodado el “Litri”, dicen que es una medida “temporal”, apostando a que la distancia vuelva a darle sentido y pasión al vínculo amoroso.
La hija de la icónica diseñadora venezolana, como suele hacer todos los años en esta época, se fue a Nueva York para visitar a sus padres, Carolina y Reinaldo Herrera,y a su hermana, Patricia. Por su parte, el reconocido torero se encuentra en el sur de España, en Punta Umbría (Huelva), donde disfrutó de la compañía de sus hijos Olimpia (12), Miguel (11) y Atalanta (9), antes de que los tres partieran hacia Manhattan con su mamá.
La pareja se conoció en Sevilla, España, en 2002, cuando ella abrió una tienda de ropa de su madre, y en noviembre de 2004 se casaron en la finca de Los Guateles. Ahora, trece años más tarde, anunciaron que se separan, más exactamente, que se toman“un tiempo de reflexión”, una etapa para “meditar tranquilamente” sobre algunos temas, aunque en su círculo íntimo se afirma que la posibilidad de un divorcio es cada vez más fuerte.
Ellos provienen de orígenes muy distintos. Adriana Carolina Herrera vivió su infancia entre una finca del Siglo XVI, en las afueras de Caracas, y el Upper East Side de Manhattan, conectada al jet-set neoyorquino, como por ejemplo con Andy Warhol o Caroline Kennedy (hija del presidente asesinado). En cambio, Miguel Báez se crió como un hombre de campo, entre toros y toreros. La madre de ella es Carolina Herrera (78), uno de los grandes nombres de la moda. El padre de él es Miguel Báez y Espuny (86), torero español famoso durante las décadas de los 50 y los 60.
Por estos tiempos, tras conocerse la noticia de la separación, los medios se hacen un festín refiriéndose al reparto millonario de bienes. El matrimonio acumuló una fortuna multi-millonaria donde se incluyen participaciones en empresas, varios inmuebles tanto en España como en otros países y obras de arte.“Si él me trata de cambiar a mí o yo a él, ¿para qué estar? Yo no sé ser otra persona. Él no habla inglés, por ejemplo, y no le gusta Nueva York”, había confesado Adriana Carolina en una entrevista, refiriéndose a las diferencias que tiene con su marido. Hoy, ambos parecen disfrutar de una bocanada de aire fresco, sin posibilidad de una reconciliación inmediata.