“HEREDE DE MI PAPA LA PASION POR EL TRABAJO”
JOHANNA FRANCELLA
No había cumplido los diez años y ya jugaba a ser actriz delante del espejo. Agarraba los maquillajes y la ropa de su madre, Marynés Breña, y luego de sus interpretaciones, le firmaba autógrafos a sus fans imaginarios. Johanna-Francella (23) se sentía actriz incluso antes de tener consciencia de la profesión de su padre, Guillermo Francella (62). “De niña veía ‘Chiquititas’ y me nacía imitar a las protagonistas. Apenas terminé el secundario hice cuatro años de comedia musical. En la mitad de la academia surgió irme dos meses a New York a estudiar actuación. Ahí confirmé que actuar me apasionaba. Me encanta la comedia pero mi ideal es pasar por todos los géneros”, cuenta mientras recuerda las tardes que compartía con su hermano Nicolás (26) en la infancia haciendo personajes.“Con Nico somos muy unidos, nos cuidamos un montón. No somos celosos sino protectores del otro. Adoro a su novia. Me hace feliz verlo tan bien. Toda mi familia es así. Siempre nos aconsejamos. Cuando encaramos un papel hasta mi mamá nos ayuda. Pero más allá de las opiniones que nos dan, papá y mamá nos incentivan a hacer nuestro propio camino”, asevera la joven seguidora de Meryl Streep y Emma Stone. Johanna está en un momento de cosecha. Tras actuar en “Heidi, bienvenida a casa” y en la tira de
Pol-ka “Noche y Día”, se destaca en el Paseo La Plaza con “Justo En Lo Mejor De Mi Vida”. También graba la novela de Telefé “Golpe al Corazón”, donde interpreta a la hermana de Sebastián Estevanez, que debutará los primeros días de septiembre. “Soy muy crítica y detallista. Heredé la obsesión y la pasión de mi papá por el trabajo. En el estreno de la obra tenía mucha responsabilidad porque era mi mayor desafío actoral. Y cuando vi a todos mis familiares llorando en primera fila, me sentí realizada. Fue hermoso. Mi personaje tiene una personalidad fuerte como yo”, cuenta. “Por ahora no me imagino en un “Bailando por un Sueño”. Soy muy sensible, todo me afectaría y no me gusta exponer lo personal. Pero uno nunca sabe lo que puede pasar en el futuro, me encanta bailar. A su vez siempre quise hacer radio”, agrega en la intimidad de un cuarto donde retumba su cadenciosa voz. A la menor de los Francella también le gustaba que le pidiesen fotos a su papá cuando la llevaba a la plaza de chica.“Me ponía contenta cada vez que se acercaban a saludarlo, sin tener total dimensión de lo que él representaba. Hoy ser ‘la hija de’ es tan beneficioso como perjudicial para mi profesión. Al comienzo puede facilitarte los contactos pero te expone más a la hora de superar los prejuicios. Igualmente, lo vivo con naturalidad porque me preparé para demostrar mi capacidad”, concluye con la tranquilidad de quien trabajó muy bien internamente para sus decisiones más importantes.
“Soy muy crítica y detallista. Heredé la obsesión de mi papá por el trabajo. Tengo una fuerte personalidad”