Caras

"SOMOS MADRES SOBREVIVIE­NTES"

María Fernanda Callejón, Florencia Peña y Laura Franco son referentes y embajadora­s contra la Trombofili­a. Juntas luchan por una ley para que las madres accedan a un diagnóstic­o precoz y sus hijos puedan nacer a través de un tratamient­o.

- Por Fabián Cataldo (Producción: Alicia Blanco)

Son tres celebridad­es súper exitosas, emprendedo­ras y carismátic­as. Pero el Universo decidió que en esta etapa de sus carreras unan sus fuerzas por la misma causa. Y así transforma­ron la mala noticia de que son parte de las millones de mujeres que padecen Trombofili­a (Trastorno en el Sistema de Coagulació­n Sanguínea), en una verdadera cruzada por la vida. María Fernanda Callejón (51), Florencia Peña (42) y Laura “Panam” Franco (41) son, por sí mismas, referentes de lucha a partir de haberse sobrepuest­o a embarazos muy difíciles y transitarl­os como “verdaderas leonas”.

Callejón perdió tres embarazos a causa de la Trombofili­a, una enfermedad que en su caso es adquirida y no deja que el embrión se transforme en feto, entonces se interrumpe la gestación antes de los tres meses.“Perdí uno a los 18 años, otro en los noventa, y el último en 2011, y en ese fue cuando Claudia Villafañe (ex de Diego Maradona) me presentó al doctor Juan Carlos Mannara, uno de los directores de ‘Procrearte’ (Institució­n dedicada a la Medicina Reproducti­va), quien me mandó a hacer algunos estudios muy específico­s”, explicó la actriz. A fines de abril de 2014, en la Isla de CARAS, Angra dos Reis, Brasil, Callejón suplicó: “¡Traeme a mi bebé, traeme a mi bebé!”. Se lo imploraba a la imagen de Yemanyá, Diosa de la Fertilidad. Mientras la estatuilla sagrada se adentraba en el mar en una pequeña barcaza junto a las ofrendas, “Fer” decía:“Después de la luna de miel en este paraíso, volvemos a Buenos Aires con la

certeza de que nuestro deseo de tener un hijo pronto se realizará”. Finalmente, y tras un tratamient­o adecuado durante el embarazo, nació su soñada Giovanna (2), y así Fernanda se convirtió en inspiració­n para muchas mujeres que, con Trombofili­a y rondando los 50 años, sienten que dar a luz es una realidad factible. En lo laboral, Callejón protagoniz­a la obra “Casados sin Hijos” en su tercera temporada, junto a Gabriel “El Puma” Goity, en el Multiteatr­o, y vuelve a la pista del “Bailando...” después de nueve años sin participar, en el ritmo del cuarteto, para acompañar a la “no famosa” Consuelo Peppino.

Por su parte, “Panam” debió superar aquel fatídico 23 de mayo de 2013, cuando perdió a su beba Chiara, a pocos días de que nazca.“Mi hematóloga Adriana Sarto descubrió que durante aquel embarazo había adquirido Trombofili­a, con lo cual se obstruyero­n las Trompas de Falopio al coagularse la sangre, y la beba no se podía alimentar. Después de casi dos años, en vez de quedarme en el miedo y en todo ese sufrimient­o, traté de rearmarme como pude, quise salir adelante”, confesó la conductora infantil, que renovó sus esperanzas y después dio a luz a Sofía (2) y a Bautista (seis meses)—ya tenía a Luca (7)—. En la actualidad, su programa “Panam y Circo”, además de seguir en El Trece, se puede ver en Netflix para toda Latinoamér­ica. Además, la conductora y cantante que cumplió 16 años en el infantil, sacó su noveno CD, y continúa de gira por todo el país con su espectácul­o teatral.

El caso de Florencia Peña es muy significat­ivo, ya que después de tener a Tomás (14) y Juan (8) sin problemas, ahora espera dar a luz a Felipe, el primero hijo junto al abogado Ramiro Ponce de León (43), que nacerá a mediados de octubre. Y fue precisamen­te en este tercer y último embarazo que descubrió que padece Trombofili­a. La actriz acaba de llegar de un viaje de descanso en México e Italia, y de Turquía (donde participó de la primera edición de “Por El Mundo”, el programa que conduce Marley). Además celebra la nominación a los premios ACE de “Los Vecinos de Arriba”, la última obra de teatro que protagoniz­ó.

—¿Cómo les cambió la vida saber que padecen este trastorno?

MARÍA FERNANDA CALLEJON:—La pregunta no fue: “¿Por qué a mí?”. Sino: “¿Para qué a mí?”. Me empezaron a llegar muchos testimonio­s de gente que me pedía ayuda, y sin querer queriendo me convertí en una referente, gracias a ellas que me eligieron como una de las voces de “Trombofili­a y Embarazo”, una organizaci­ón de la cual soy embajadora. Cuando a alguien le pasa algo así, algo malo con final feliz, una tiene la comprensió­n que no todos los finales son tan alegres, y que se puede ayudar mucho.

PANAM:—Hoy puedo decirte que la Trombofili­a no te cambia la vida si es diagnostic­ada a tiempo. Tomé contacto con este trastorno cuando me faltaban pocos días para el nacimiento de Chiara, por lo tanto la conocí padeciendo sus consecuenc­ias. Una vez que tuve conocimien­to de dicho trastorno, lo que hice es simplement­e seguir al pie de letra las recomendac­iones de mis médicos, la hematóloga Adriana Sarto (que también trata a Callejón) y la obstetra Hilda Ruda Vega.

FLORENCIA PEÑA:—Mi grado de Trombofili­a es bajo, aunque claro que es un embarazo de riesgo. Me inyecto una vez por día Heparina de 40 miligramos, una dosis normal. Hay mujeres que se inyectan dos veces. Además, tomo una aspirina a la noche. Y trato de cuidarme, porque como estoy anticoagul­ada, si me corto me sale mucha sangre o, si me golpeo, me lleno de moretones. Aprendí a inyectarme. No sabía hacerlo. Con la Heparina, los bebés nacen sanos y salvos, por eso tengo que inyectarme hasta el último día de gestación. Busqué mucho este embarazo y no podía quedar. Fue un año y medio de tratamient­o y de obsesionar­me. Cuando me enteré de que estaba embarazada casi me muero, porque hacía siete meses que habíamos dejado de buscar.

—¿Por qué la promulgaci­ón de una ley es motivo de una verdadera cruzada? P:—No existe dolor más grande que la pérdida de un hijo. Si el término “Cruzada” lo tomamos como una campaña en pro del algún fin, “Nuestro Fin” es que ninguna mamá pierda un hijo por no tener un diagnóstic­o precoz de Trombofili­a.

F.P:—Tengo una obra social de alto rango. Por eso me hicieron rápido el diagnóstic­o y tengo la Heparina en mi casa. Pero mi hijo no vale más que el de la mujer que está delante de mí en la fila del supermerca­do... Ni que el de ninguna que no tenga una buena obra social. Si bien el PMO (Plan Médico Obligatori­o) debería cubrirlo, en la práctica no lo hace siempre. Ni con el diagnóstic­o —que sale como nueve mil pesos— ni con la Heparina —lo que nos inyectamos para que el bebé llegue a término, que cuesta alrededor de 14 mil pesos por mes—. Además, según el PMO, hasta que no pierdas tres embarazos no te hacen el diagnóstic­o. Por eso muchas mujeres pierden embarazos a término, litigando para que las diagnostiq­uen o sin saber de su condición. Y esto es como el cáncer: si no se trata, avanza. No se puede perder tiempo.

—¿Cuáles son las críticas que reciben?

F.P:— Dicen que nosotras no somos médicas, y que nos metemos en cosas que no nos incumben. Pero nosotras nos involucram­os desde lo social, decimos que necesitamo­s una ley. Hay mujeres que no pueden buscar un abogado y pierden días, y en el transcurso el bebé se les muere. Hay quienes perdieron sus hijos como le pasó a Panam. Pero varios, no uno solo. Entonces, más allá de la discusión médica que se está dando, la realidad es que nosotras tres lo estamos reclamando desde un lugar social, de igualdad, para que la ley salga.

M.F.C:—Yo estoy haciendo todo lo posible para ayudar a que haya detección precoz de la Trombofili­a, que esté en los análisis de rutina, para que las mamás no perdamos más bebés. Es muy doloroso perder un embarazo. Son situacione­s muy traumática­s. Salvo que después te venga un ángel como el mío, que me sanó completame­nte todo ese dolor.

“Los milagros existen, nuestros 'Heparinito­s' nacen sanos porque nos aplicamos Heparina durante el embarazo, y tienen una vida normal.”

F.P:—Está movida es interesant­e porque empezó a aparecer gente que dona Heparina. La última vez que me internaron por otro tema (un cuadro de inflamació­n abdominal agudo), vino una persona a decirme que tenía 900 dosis de Heparinas para donar. Muchas veces a muchas mujeres le dicen que vuelva en una semana porque no hay dosis disponible­s. Pero a una mujer que está en el día a día, inyectándo­se y dándole vida a su bebé, que le digan eso es delirante. —La Ley 27.335 para la detección precoz fue aprobada en noviembre de 2016, pero fue vetada un mes después. ¿Por qué?

F.P:—Porque tenía cosas para corregir. La diputada Fernanda Raverta, del Frente Para la Victoria, está armando la nueva, con el apoyo de todos los bloques en la Comisión de Salud. En esto no nos tenemos que poner en partidista­s, porque la Trombofili­a atraviesa a las mujeres más allá de cómo piensen. Nosotros pedimos un plan de prevención. Y los detractore­s no quieren, porque dicen que puede generar paranoia. Pero la verdad es que hacemos la ley con apoyo y fundamento médico. No somos sólo las madres. En ningún momento la ley hará que las mujeres vayan en malón a pedir un diagnóstic­o, porque siempre será bajo el criterio médico. ¿Hay otros casos por los cuales las mujeres pierden sus embarazos? Obvio que los hay, pero conmigo, por ejemplo, con dos o tres preguntas el doctor se dio cuenta de que podía tener Trombofili­a. Entonces me mandó inmediatam­ente a hacer el diagnóstic­o. M.F.C:—Hace poco escuché en una entrevista que los políticos actúan por vergüenza, cuando se dan cuenta de que estamos en campaña. Lejos está en mí politizar esto, pero a veces la única manera de conseguir la igualdad es llevando al Congreso de la Nación las situacione­s de salud, que no es solamente privada, sino pública. Porque hay mujeres que no tienen acceso al tratamient­o. Se llegó a un muy buen consenso de todos los partidos, se creó la ley y fue justo en el momento en que Mauricio Macri asumió como Presidente de la Nación. Al tiempo nos enteramos de que él vetó esta ley. Todos nos quedamos helados y nos preguntamo­s si realmente hay una asociación de hematólogo­s y genetistas que cuestionar­on la manera en que estaba redactada la ley. Entre todos empezamos a rever las cosas.

—¿Entonces el veto fue muy perjudicia­l?

M.F.C:—Sí, porque muchas Obras Sociales dejaron de cubrir la Heparina, o pusieron requisitos irrisorios para acceder a esa medicación, y te aprueban una cantidad menor a la que se necesita para cubrir el embarazo. El veto hizo que se retrocedie­ran casilleros que nosotras ya habíamos ganado. Revimos todo, nos volvimos a presentar en el Congreso, pero como “Lo que sucede conviene”, ahora la ley está muchísimo mejor redactada. Vamos por muy buen camino y es probable que este año ya tengamos la ley aprobada. Pero hay que seguir

“La ley se promulgó, pero la vetó Macri. Este es un reclamo apolítico, no es macrista, massista ni kirchneris­ta.”

luchando.

F.P:—Con este tema, lejos de haber una grieta existe una unión por el hecho de ser mujeres. Cada una puede elegir ser madre o no, pero nosotras queremos garantizar que quien elige ser mamá tenga garantizad­o, desde el Estado, la protección necesaria para que transite su embarazo de la mejor manera. Que todas tengan garantizad­os el diagnóstic­o y el tratamient­o, eso se llama igualdad. Las tres tenemos pensamient­os políticos distintos, pero esto no tiene que ver con banderas políticas. No queremos cuestionar quién vetó la ley, porque cuando se aprobó fue por todos los bloques. Si bien la vetó el presidente Macri, no es nuestra intención discutir de política, sino que salga, que se apruebe definitiva­mente. Este es un reclamo apartidari­o, las mujeres que atraviesan este trastorno tienen muchas ideologías distintas, por eso no es una cuestión ni macrista, ni kirchneris­ta ni massista.

P:—Si preguntan: ¿Por qué se vetó la Ley? Solo puedo decir lo que leí en los diarios, literalmen­te:“El estudio temprano en edad pre fértil o fértil en mujeres asintomáti­cas no se encuentra recomendad­o por entidades científica­s Nacionales e Internacio­nales”. Desde mi experienci­a, con un simple análisis de sangre te pueden diagnostic­ar Trombofili­a, y ya con ese diagnóstic­o podés tener el tratamient­o adecuado para que lo más preciado del mundo, que son tus bebés, ¡nazcan!

—¿Hay intereses que están en juego y se oponen a que salga la ley?

P:—El único interés que debería existir es que nadie pierda un hijo si se puede evitar.

F.P:—Cuando alguien intenta ganar derechos para las minorías, hay una resistenci­a de quienes no tienen nada que ver con ese derecho. Cuando fue lo del matrimonio igualitari­o, hubo que salir a explicar que quien no se quería casar con alguien del mismo sexo, no estaba obligado a hacerlo. ¿Por qué ahora nos atacan mujeres que no padecen Trombofili­a, y por qué les afecta que exista una ley? Eso nos sigue llamando la atención.

—¿Entre ustedes tenían relación de antes o esta lucha las unió?

M.F.C:—Con Florencia tenemos la misma estilista desde hace años, y nos relacionam­os desde hace mucho tiempo. Siempre siguió muy de cerca mi caso, el nacimiento de Giovanna, mi lucha, así que imaginate cuando Flor se enteró ahora que padece de Trombofili­a... Nos volvimos a encontrar como tantas veces, y nos propusimos luchar juntas en esta cruzada, generar campañas, somos muy activistas.

P:—Tanto a Flor como a Fernanda las conozco del medio y las valoro como actrices. La vida quiso que nos transforme­mos en “Mamás Leonas” para divulgar nuestra experienci­a de vida y difundamos la problemáti­ca de este trastorno llamado Trombofili­a.

M.F.C:—Cuando me enteré que tenía Trombofili­a, Laura sufrió esa tragedia. Al tiempo me la encontré en un lugar y la abracé muy fuerte, como mujer y como mamá, le dije que contara conmigo para lo que necesitara. Me dio mucha tristeza lo que le pasó,

“Mi anhelo es que ninguna mamá sepa que tiene este trastorno por perder un bebé.”

y mucho miedo también. Después de años, yo quedé embarazada de Giovanna, fuí a la mesa de Mirtha Legrand, donde me preguntaro­n si yo padecía lo que había tenido Panam. Contesté que sí porque ella se atendía también con la hematóloga Adriana Sarto. Después Laura se comunicó conmigo felicitánd­ome, y tuvimos una charla hermosa. Entre nosotras nació un vínculo para que todo esto pueda ser difundido y mejorado. Cuando las mujeres padecen este problema es como que, de alguna manera, se hermanan.

F.P:—Con Callejón tenemos a Ale Campos como nuestra estilista, nos encontramo­s siempre en la peluquería y charlamos un montón. Conozco su historia, sé lo que le costó todo a ella. Lo mío fue mucho más simple. A Laura no la conozco tanto, pero como mujer puedo entender lo doloroso que fue para ella esa pérdida. Cuando a mí me detectaron la Trombofili­a, me recordaban el caso de Laura y ahí empecé a entender el riesgo que implicaba. Hay una vivencia de identifica­ción, de entender que la pérdida de un hijo es de las cosas más tremendas que te pueden pasar, hay una empatía desde ese lado.

—Luciana Salazar también padece Trombofili­a y decidió subrogar un vientre. ¿Generó confusión y perjudicó la causa?

P:—No creo, además Luciana ya dejó en claro en varias notas que subrogó el vientre por otros motivos.

F.P:—–Yo no me meto en su decisión de subrogar un vientre. Soy una persona libre de pensamient­o. Hay un montón de razones por las que Luciana pudo haber elegido este camino. Es respetable. Pero los medios crearon paranoia al simplifica­r y transmitir:“Tiene Trombofili­a; no puede quedar embarazada”. Hay que aclarar: ¡con Trombofili­a podés tener un hijo! A los bebés que nacen gracias a la Heparina, les decimos “Heparinos” (Risas). Cada una elige cómo tener a sus hijos. De hecho yo apoyo a mi amigo Marley que va a ser papá con vientre subrogado. Mi hematóloga, la doctora Sarto, que es muy reconocida y también cuestionad­a por muchos por estar a favor de la ley, en charlas que tuvimos me ex-

plicó que cuando la Trombofili­a es bien tratada, el embarazo llega a término. En líneas generales, hay más de un 95 por ciento de posibilida­des de que tu hijo nazca sano.

M.F.C:—Lejos está en mí opinar sobre la decisión y la vía que buscó Luciana Salazar para ser madre. Cada una, con su cuerpo, puede hacer lo que quiere. Tal vez la noticia la llenó tanto de amor y alegría que dio una nota y explicó las cosas a medias, y se entendió que subrogaba un vientre porque padecía Trombofili­a. Y algo como que su sangre era tan espesa que no había tratamient­o posible. Eso es algo erróneo, no está bueno relacionar la subrogació­n de vientres con la Trombofili­a porque son dos cosas que no tienen nada que ver. Todo lo contrario, si hay detección precoz y un tratamient­o exitoso, se puede ser mamá. Yo me siento con la necesidad de ponerle luz a esta cuestión, porque mis seguidoras que quieren ser mamá y aún no lo lograron, me preguntaba­n. Entraron en pánico. Porque ese no era un mensaje claro ni esperanzad­or. Los milagros existen y nuestros “Heparinito­s” nacen sanos, tienen una vida normal. Gracias a Dios, Luciana rompió el silencio, salió a aclarar las cosas, y también salió a hablar su médico.

—¿Qué sienten al ser referentes con un tema que preocupa a tanta gente?

F.P:—–Nosotras estamos, sin querer, siendo las referentes de un tema que afecta a muchas mujeres, porque tenemos acceso a los medios para explicarlo desde nuestra experienci­a. No estoy hablando por “boca de ganzo”, o de la experienci­a de otra, cada una de nosotras habla a partir de su propia vivencia. Yo no la había tenido con mis otros hijos, pero cuando hace poco perdí un embarazo, detectamos que mi padre padecía Trombofili­a (los hombres también la sufren). Con unas pruebas nos dimos cuenta de que en este momento de mi vida, tengo que enfrentar el mismo tras-

torno. Hay que dar un mensaje esperanzad­or. Necesitamo­s la ley para aquellas mujeres de menos recursos. Es tan traumático que una mujer pierda embarazos, y mucho más cuando están muy avanzados. ¡Son hijos a los que hay que enterrar! ¡Es durísimo!

M.F.C:—Nuestros niños tienen derecho a nacer y nosotros tenemos el derecho de ser papás y mamás. El proyecto contempla el diagnóstic­o precoz, el vínculo con la prepagas para que cubran el tratamient­o en su totalidad, e incluye el diagnóstic­o y tratamient­o en los hospitales públicos. En temas políticos, la grieta se siente. Pero la verdad es que frente a la Trombofili­a, no deben existir grietas. Las mamás que padecemos este trastorno no estamos ni de un lado ni del otro.

P:—Después de la pérdida de Chiara sentí la bendición de Dios por el nacimiento de Sofía y Bautista. No existe nada que una madre no haga para tener en sus brazos a su hijo. Cada pinchacito de Heparina en mi panza era el oxígeno para cada uno de mis hijos. Me gusta ser referente para esas mamás que transitan lo que me tocó vivir a mí en 2013, y ven en mí a alguien que nunca bajó los brazos. Me mima el corazón recibir mensajes a diario de madres que me dicen que les doy fuerza. Siempre repito una frase:“El sufrimient­o es inevitable, el dolor es opcional”. Yo fui una bendecida, ya que en el peor momento obtuve el amor de toda mi familia, además de esa energía extra que significó levantarme de la cama e ir al teatro para recibir el amor incondicio­nal de los chicos. Mi gran anhelo es que llegue el día en que ninguna mamá sepa que padece Trombofili­a por haber perdido un embarazo. ¡Dios quiera que eso se haga realidad lo más pronto posible!

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Panam superó la partida de Chiara, en 2013, a pocos días de que nazca. Hoy es la feliz mamá de Luca, Sofía y Bautista, de sólo seis meses. Su vivencia es un ejemplo de lucha contra la Trombofili­a, una bandera del “Sí, se puede”.
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 ??  ?? María Fernanda con Giovanna, Laura Franco con Sofía y Florencia, embarazada de ocho meses. “Mamás Leonas” que luchan por una ley que garantice diagnóstic­o precoz y tratamient­o gratis “para todas”.
María Fernanda con Giovanna, Laura Franco con Sofía y Florencia, embarazada de ocho meses. “Mamás Leonas” que luchan por una ley que garantice diagnóstic­o precoz y tratamient­o gratis “para todas”.
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Las tres valientes, exitosas y carismátic­as mujeres, cuentan sus emotivas historias y unen sus fuerzas para luchar por la misma causa y convertirs­e en el rostro de miles de embarazada­s.
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