Calorías en el alcohol ¿mito o realidad?
El alcohol no sólo representa una problemática social, familiar y de adicción, sino que influye de manera importante en la obesidad y el sobrepeso. Muchas personas se cuidan de las calorías que ingieren con los alimentos, pero desconocen que el alcohol ap
Muchas veces la atención se centra en la cantidad de calorías que se consumen a través de los alimentos e incluso de las bebidas azucaradas. Sin embargo, por lo general no se tienen en cuenta aquellas asimiladas a través del alcohol. Un estudio reciente realizado por la consultora Euromonitor, que incluyó a 24 países, concluyó que en casi todos se incorporaban más calorías a través de bebidas alcohólicas que por las azucaradas, con la única excepción de Taiwán. El consumo en exceso de alcohol es negativo para la salud por múltiples aspectos: contribuye a formar un hábito adictivo, interfiere con el desarrollo de algunas estructuras del cuerpo y cerebro en los jóvenes, genera inconvenientes sociales y familiares y, aunque a veces es olvidado, atenta contra una correcta nutrición y mantenimiento del peso corporal.
El alcohol consumido en exceso, disminuye los niveles de conciencia del individuo, y puede ocasionar desde accidentes automovilísticos y otros, hasta conductas peligrosas tanto para sí mismo como para terceros. Si bien el objeto de las campañas de concientización sobre el consumo de calorías suele poner el foco en los alimentos, la ‘comida chatarra’ y las bebidas azucaradas, el alcohol conforma el aspecto primordial sobre el que se debe trabajar.
Por este motivo, hay que sumar a los perjuicios que ocasiona el alcohol, como incremento del riesgo de padecer patologías renales, adicción, peligro al volante y riesgos en la salud, el de producir un impacto mayor en la ingesta calórica.
Muchas personas buscan mantenerse o bajar de peso mediante la disminución del tamaño de las porciones de las comidas o a través de la ingesta de colaciones o snacks saludables, lo que es correcto, pero echan por la borda los esfuerzos realizados al incorporar bebidas alcohólicas sin pensar en las calorías que están sumando. A su vez, en opinión de distintos investigadores, el alcohol actuaría como estimulante del apetito, por lo que además de representar una ingesta de calorías en sí mismo, contribuiría a incrementar la sensación de hambre.
En definitiva, lo importante es que las personas estén informadas, que sepan que las bebidas alcohólicas aportan azúcares y calorías y que esto debe ser tenido en cuenta a la hora de delinear una alimentación saludable.
La relevancia de esta temática se expresa al conocer la carga que el sobrepeso y la obesidad suponen para la vida de las personas y para los sistemas de salud. Esta enfermedad actúa como factor de riesgo para distintos tipos de cáncer, diabetes, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.
En nuestro país, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada en la población mayor a 18 años, en el año 2013, casi 4 de cada 10 argentinos (37,1%) padecen sobrepeso y 2 de cada 10 (20,8%) obesidad. Esto implica que 6 de cada 10 (57,9%) están excedidos de peso.