“MI HIJA HEREDO MI PASION POR EL ARTE”
ROSELLA DELLA GIOVAMPAOLA Y SU VINCULO CON MARIA TOSCANA
Su sola presencia despierta las miradas curiosas de quienes frecuentan el secreto Uptown Bar, ubicado en el corazón de Palermo, por el cual solo se ingresa mediante la fiel representación de una estación de metro típica de Manhattan. Entre coloridos graffitis, calcomanías y símbolos que remiten a la “Gran Manzana”, Rossella Della Giovampaola, luciendo un auténtico Oscar de la Renta, se convierte en la atracción principal y foco de atención de algunos turistas que allí pasean.“Jamás pienso en la mirada del otro. Cuando me pongo algo, lo uso y nunca se me pasa por la cabeza si me van a mirar. La moda siempre me hizo sentir empoderada pero conmigo misma, no para el afuera. Creo que todo depende de cómo lleves la prenda. No creo que usar un Valentino despierte algo en el otro, seguramente ayude pero hay otros componentes que atraen”, explica y asegura que la mística del lugar le recuerda a la última vez que tomó el metro. “Fue en Londres hace tres meses, este lugar me transporta allí. En Buenos Aires jamás tomé un subte, no lo conozco”, confiesa.
Referente de la elegancia y del buen gusto, no olvida su rutina “beauty” que la acompaña a donde sea que vaya.“Hago spinning, clases de musculación y yoga todos los días. No soy de hacerme tratamientos estéticos, pero desde los 14 años que me lavo todas las noches la cara y me pongo cremas. Siempre preferí el ejercicio físico que entrar a un quirófano. No como lácteos ni harinas, solo pescado, variedad de verduras y mucho tofu. Desayuno diez claras de huevo, diez almendras por día, un puñadito de goji, que son unos frutos chiquitos de origen himalaya, considerado un alimento milagroso por sus propiedades, y té verde. Trato de compensar los nutrientes que el cuerpo necesita, aprendí a educar mi paladar y a comer con gusto”, relata convencida.
Desde el comienzo el shooting, hipnotiza la lente de CARAS cautivando con su glamoroso porte y estilizada silueta, la misma que heredó su única hija María Toscana (23) con quien cosecha un sólido vínculo. “Nos encanta ir al teatro o ir a exposiciones juntas, siempre hay algo para ver. María heredó mi pasión por el arte. Es un programa que esperamos con ansias siempre”, cuenta y se reconoce como una madre presente que acompaña mucho “pero sin ahogar”. Radicada en Londres, la joven tuvo su primer acercamiento al universo fashion y dicho acontecimiento es motivo de orgullo de su madre. “Entrevistó a Tommy Hilfiger en el Fashion Week, ese fue su primer contacto con el mundo de la moda. Hasta hace un tiempo era como si ese mundo no le interesara y
ahora que creció lo aprecia, no es su prioridad en la vida pero lo lleva en su ADN. Reconoce y aprecia las prendas de las firmas importantes pero le gusta comprar en Zara. María es menos estructurada que yo. Es como cualquier joven de su generación y su estilo es una mezcla entre hippie y bohemio. Y le queda perfecto”, sostiene. Esbelta y refinada como su madre (mide 1.78) acaba de finalizar su tesis de Posgrado en la UCL (University College London) de Literatura Comparada y se prepara para iniciar una pasantía en una Editorial de Inglaterra. “Aun-
“María tiene un estilo más hippie y bohemio. Es menos estructurada que yo y si bien la moda no la desvela, la lleva en su ADN”. “Desayuno 10 claras de huevo, almendras y un puñado de goji, frutos del Himalaya”.
que la crié sola desde los 4 años cuando su padre (Jorge Garfunkel) falleció, tuve la suerte de que siempre fue una chica muy inteligente, que me la hizo fácil en todo sentido. Tiene una capacidad de estudio brillante”, explica y señala que si bien no comparten el mismo talle de prendas para vestir, le obsequia accesorios y carteras que María atesora como reliquias.“Hay una cartera Chanel shopping bag que le regalé y realmente la está gastando (risas). Pero me parece fantástico porque si compras algo, aunque suene medio consumista, hay que usarlo porque valió la pena gastar esa plata”.
La plenitud, dice, también la acompaña en el plano sentimental. En pareja hace 17 años con una de las personas más emblemáticas del “show business”, Gustavo Yankelevich, describe a su compañero de vida como “un hombre brillante, inteligente, compañero y protector. Gustavo usa zapatillas Converse pero también zapatos Berluti. Se hace el “casual” pero en realidad está en todos los detalles. Alguna vez me pidió consejos para vestir pero ya aprendió, no sé si de lo mejor, pero aprendió”, concluye sonriente, con ternura, cuando se trata de hablar del hombre de su vida. “Con Gustavo armamos nuestra familia. Tenemos código y nos conocemos lo suficiente para saber que piensa y necesita el otro. Es un sagitariano típico: bajo perfil, pero presente en todo”