CELEBRACION DE LA FEMINIDAD
SEMANA DE LA MODA PARISINA
El color como expresión máxima de la feminidad, acompañado por formas audaces que revelan las ganas de jugar y experimentar: los desfiles parisinos para el otoño/ invierno 2018/2019 consolidan lo que ya se había visto en New York, Londres y Milán, con el rescate de códigos estéticos del pasado, interpretados a través de una nueva y más moderna perspectiva.
En una semana de la moda dominada por las tradiciones escolares y estáticas del “fashion”, PierPaolo Piccioli elige partir desde el romanticismo, palabra gastada y “azucarada”, caracterizada por una feminidad de color rosa y hecha de flores. “Es una convicción mía y personal que el romanticismo sea hoy en día la mejor fuerza. Es una palabra muy a menudo ligada con la fragilidad cuando al contrario, para mí tiene que ver con la pasión. Con esta colección de invierno de Valentino he tratado de cambiar los estereotipos del romanticismo usando justamente el significado estético de este término para dar fuerza a las mujeres, para contar otra forma de fuerza de la feminidad”, cuenta el diseñador de Valentino.
Construyendo un show en movimiento, Piccioli sigue su trayectoria de emancipación desde el romanticismo que consolidó en los últimos años con el sello Valentino a un romanticismo que habla de los mismos conceptos pero que elige un idioma mas libre para expresarse. Un show con invitadas en primera fila como Kristin Scott Thomas, Dakota Fanning y la modelo Karlie Kloss, donde salen ganadores los vestidos, las capas, las túnicas de chiffón sobrepuestas a pantalones fluidos “ton sur ton”, las “rouches” de un solo hombro y los volados. Un único color pastel desde la cabeza a los pies se alterna a maxiflores, bordados o estampados y, naturalmente, al rojo. También los abrigos son elegantísimos: los tapados están terminados con forma de corazón y las capuchas drapeadas que enmarcan el rostro parecen una corola. Destacados son los vestidos en blanco y negro, y maravillosos aquellos largos con capa y cuello alto en color verde. Las “silhouettes” lineales se abren con tajos y se cubren de flecos, cristales y bordados, para expresar y contar la fuerza de esta nueva heroína del cotidiano, capaz de reaccionar a la agresividad de nuestros tiempos y de rechazarla. El saco cambia dejando las imitaciones del modelo machista para una forma más femenina y dulce, sin hombreras porque las mujeres no necesitan más adaptarse al cliché de la fuerza y en los tonos del fucsia, el color del romanticismo por excelencia. Una colección para demostrar que lo práctico no puede condicionar un sueño. Los diez minutos del desfile volaron: para la cotidianidad, lamentablemente, siempre hay tiempo.
Durante la semana de la moda parisina, los vestidos fluidos y livianos, dominados por alas voluptuosas creadas a través de impalpables juegos de flecos, tajos, “ruches” y volados, con estampados y colores
luminosos recuerdan al mundo de la naturaleza. “Un paraíso recuperado, no perdido”, confiesan los designers, que refieren la recuperación de una femineidad que nunca está en contraste con las conquistas feministas y que es, justamente, una celebración del universo femenino en todas sus facetas. También hubo espacio para las prendas y accesorios “streetwear”, en un guiño a los “millennials”, quienes siempre están en búsqueda de una nueva campera o de un nuevo enterizo “signée” : por eso también el mas clásico de los sacos con bolsillos y ribetes en contraste se trasforma en una prenda deportiva y casual.