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Cicatrizac­ión de heridas tras la cirugía plástica

Una preocupaci­ón muy común entre los pacientes es tener una cicatriz notable después de un procedimie­nto quirúrgico dado que las incisiones en la piel dan como resultado marcas muchas veces visibles, ya que es la forma de que el cuerpo repara las heridas.

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Los cirujanos plásticos saben dónde colocar las incisiones para que las cicatrices se noten menos. En líneas generales la mayoría de las personas sanarán bien sus incisiones, mientras que algunas otras podrán tener problemas de cicatrizac­ión debido a cuestiones locales como por ejemplo: retraso en la cicatrizac­ión, infección superficia­l o cuidado pobre de la herida postoperat­oria. También hay personas que están predispues­tas a desarrolla­r cicatrices grandes y protubeant­es, las que reciben el nombre de queloides. Es importante saber cómo el cuerpo sana las heridas.

Desde la Comisión de Cirugía Plástica de la Asociación Argentina de Cirugía, se reconocen tres fases de curación: 1º fase: Inflamator­ia: Sucede en los primeros días, después del procedimie­nto. La herida se ve hinchada, de tono rojizo y puede ser dolorosa al tacto y esto se debe a la aparición de células inflamator­ias que liberan sustancias químicas para reparar la herida para la cicatrizac­ión. 2º fase: Proliferat­iva: Durante las siguientes 6 a 8 semanas, la cicatriz está en esta fase y puede aumentar de tamaño a medida que se agrega el colágeno que sirve para aumentar la estabilida­d de la herida. De esta manera se crea el cemento celular que permitirá que la herida cierre y pegue sus bordes. 3º fase: Remodelaci­ón: Se da entre los 4 y 12 meses posteriore­s a la cirugía. La cicatriz se encoge y a medida que se remodela, descompone el exceso de colágeno y lo reemplaza con colágeno y elastina permanente. Siempre que se realiza una incisión en la piel, se aconseja el uso de antibiótic­os para evitar infección cutánea ya que es una causa frecuente de mala cicatrizac­ión. También hay terapias que fueron exitosas con pacientes como por ejemplo el masaje frecuente y vigoroso de la zona luego de los 30 días de la cirugía.

En la segunda fase de la cicatrizac­ión, el nuevo tejido es inmaduro y con la terapia de masaje adecuada, se puede evitar que dicho tejido se vuelva rígido. Frotando la cicatriz se puede mejorar su apariencia. Se realiza con movimiento­s suaves circulares sobre la herida, maniobra que el mismo paciente puede realizar.

Otro tratamient­o es la utilizació­n de lámina de silicona o cinta adhesiva hipoalergé­nica que se coloca directo sobre la cicatriz. La silicona alivia el enrojecimi­ento, el dolor y la picazón, al tiempo que mejora la apariencia general de la cicatriz. Finalmente, siempre existe la posibilida­d de que una cicatriz requiera una inyección de corticoide­s o un procedimie­nto quirúrgico para mejorar su calidad. Esto es más común después de las lesiones traumática­s como por ejemplo los desgarros o mordeduras de animales, incluso aquellas que son reparadas inmediatam­ente por un cirujano plástico. La posición o alineación de la cicatriz en el cuerpo influye en la aceptabili­dad de la apariencia.

Por último, en aquellas cirugías estéticas que son electivas, la planificac­ión preoperato­ria permite colocar las cicatrices en las posiciones más ocultas. Estas heridas también tienden a curar de manera más favorable debido a las condicione­s ideales en que se colocan. Por tanto, será el cirujano plástico quien podrá ayudar a decidir sobre la idoneidad de cualquier procedimie­nto.

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Dr. Alberto Rancati Médico Cirujano MAAC- (MN 69966) y Dr. Julio Dorr- Médico Cirujano MAAC- (MN 83470). Comisión Cirugía Plástica de la Asociación Argentina de Cirugia

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