“ME SEPARE PERO EL AMOR NO SE ACABO”
LAS REFLEXIONES DE TINI STOESSEL
Es vital, alegre, inquieta… Siempre va por más. Con una gran sonrisa y las energías que caracterizan sus 20 años, Martina “Tini” Stoessel se muestra feliz por todo y a pesar de todo. El éxito la acompañó en su crecimiento y aprendió a convivir con él y con el alto precio que a veces él cobra. Sabe de aplausos. Y también de cifras; alcanzó los 6 millones y medio de seguidores en Instagram, sus videos en Youtube lograron los 100 millones de visitas y se acercó a los 2 millones en Twitter. —Es una de los más influyentes del mundo después del Papa y de Lionel Messi…
—Es algo increíble… Pensar que escribo algo y lo leen y retuitean millones de personas, es demasiado. Me gusta las redes sociales pero también siento una gran responsabilidad.
—También le gusta hacerse cargo de todo… ¿Hay algo que le desagrade manejar?
—El dinero. No me gusta ni siquiera hablar de plata. Ese punto siempre se lo delegué a mi papá —Alejandro Stoessel (59)—. El se encarga de todo y para mí es una liberación. Mi mamá —Mariana Muzlera— es mi gran compañera. Pero yo les sigo pidiendo plata cuando necesito algo. Ya es costumbre. Se dio así por comodidad. Al principio era gracioso porque cuando veía algo que me gustaba le preguntaba “¿Má me puedo comprar eso..” —¿Hoy se siente más mujer? —Siento que me falta crecer un montón aún. Aunque ya dejé atrás a aquella niña que fui cuando hice Violetta. ¡Cuando la gente me conoció yo tenía sólo 13 años y viví muchísimas cosas en este camino! ¡Hoy me encanta verme y sentirme más mujer! Pero también sé que estoy conociéndome aún. Vivo en una etapa de búsqueda constante. Este año experimenté un montón de vivencias que me hicieron crecer pero sé que viene mucho más.
—Una etapa de transición… ¿Le resultó difícil de atravesar?
—Fue difícil pero nada traumática. Era un paso importante también en mi vida personal. No sabía cómo me iba a ir. Implicaba algo de incertidumbre. Fue una decisión emocional muy grosa. Pero el hecho de tener a mi familia cerca me ayudó. Los afectos más ínti-
mos son fundamentales para atravesar esos momentos difíciles.
—Con Pepe Barroso Silva (20), modelo español que estudia en Los Angeles, ¿Se terminó el amor..? —Con Pepe estuvimos casi dos años de novios. Nos conocimos haciendo el clip de “Great Escape” y no nos separamos más. Vivimos un amor a la distancia pero todo el tiempo comunicados. Pensamos que iba a llegar el momento en el que nos íbamos a establecer en algún lado. Pero no se dio…
—¿Fue complicado vivir el amor a la distancia?
—Sí, fue muy difícil. Veía a amigas que cuando tenían un rato libre se encontraban con sus novios y pensaba: “¡Me encantaría poder hacer eso!”. ¡Por suerte en nuestra relación existió el celular y hablábamos horas! Para nosotros fue una especie de prueba. Porque si no nos hubiéramos querido, no hubiéramos estado tanto tiempo juntos. Cuando lo conocí sabía que iba a ser difícil vivir un amor con él. Pero también me dije “¡No lo puedo dejar escapar!”. No podía privarme de vivir ese amor. ¡Al verlo y sentir lo que sentí, me dije: yo a este chico no me lo pierdo por nada del mundo! Y vivimos una historia de amor apasionante… —Paradójicamente hoy se convirtió en la embajadora del nuevo perfume de Agatha Ruiz de la Prada que se llama “Rebel Love” y marca su incursión en el mundo fashion…
—Sí. Admiro profundamente a esta diseñadora desde hace años, por eso cuando me llamaron y me dijeron que por mi vitalidad, alegría, estilo de vida natural, aventurero y rebelde, querían que yo fuera su imagen para Latinoamérica, no lo dudé. El amor siempre está presente en mi vida. El amor es el motor de mi vida.
—Entonces ¿No se terminó el amor con Pepe?
—El amor no se termina de un día para el otro. El amor no se acabó. Me separé pero el amor no se terminó. A Pepe lo quiero con todo mi corazón. La distancia influyó mucho. También mi familia lo quiere. No se sabe qué va a pasar en el futuro aunque ahora estamos separados. Hoy no estamos juntos. Pero estoy tranquila; enfocada en mi trabajo y no estoy cerrada al amor aunque necesito tiempo para redescubrirme.
—¿En algún momento deja de exigirse tanto?
—Nunca me relajo. Siempre voy por más. Mi cabeza no para jamás, está a mil todo el tiempo. ¡Soy demasiado autoexigente! Pero no lo puedo evitar. Es mi manera de disfrutar lo que hago. Soy perfeccionista por naturaleza…
—¿Y con tanta vorágine le da importancia al cuidado de su físico?
—Sí, con tanto desgaste de energía no puedo descuidar mi cuerpo. No encuentro una rutina gym que me apasione. No siento ese desenfreno por el gimnasio… Pero hago mucho baile, entreno y elongo para estar preparada sobre el escenario. Y sigo una alimentación muy sana como se acostumbra en mi casa. Cumplo con las cinco comidas. Y, cuando estoy con entrenamiento o giras, también sumo una vitamina a mi rutina alimenticia. Nunca faltan en mis comidas frutas y verduras. Y no puedo evitar tener algo dulce cerca; como un helado o unas frutillas con crema o mi café con leche con tostadas con queso untable y jugo de naranjas. Y a la hora de salir, en la cara siempre una buena crema hidratante, sólo un poquito de rubor y un “tapa ojeras”. —¿Qué parte de su cuerpo le gusta más y cuál menos?
—Acepto todo mi cuerpo como es; tal cual me veo en el espejo. No me puede gustar una parte y otra no. Y hoy me gusta la imagen que me devuelve. Siento que soy muy mujer. Que no me sobra ni me hace falta nada más. —¿No le gusta verse provocativa? —Me gusta jugar. No es mi intención provocar. Puedo jugar a “hacerme la linda” porque es algo que me surge naturalmente. Me divierte un ratito. Pero jamás dejo de ser yo. No haría algo de lo que después me arrepentiría por no verme reflejada; como ponerme un disfraz de… —¿Y el futuro…? —No me gusta planear mucho. Pero ahora quiero volver a la actuación. Fue mi comienzo y es mi otra pasión. Y ser feliz que es una búsqueda constante en la vida de todos.