EL “PLAN MEGHAN” PARA SU BODA REAL
LIMON, YOGA CON VELAS Y SECRETOS DE UNA NOVIA PERFECTA
Cuando faltan sólo días para el gran acontecimiento que paralizará a Inglaterra, Meghan Markle (36) y el príncipe Harry (33) comenzaron su estricto operativo para llegar a su boda impecables, sin descuidar ningún detalle. Y el primer punto fue la preparación de sus físicos para el 19 de mayo. Es sabido que los cuidados de belleza siempre fueron prioridad en la vida de la ex actriz. Y esta disciplina se la debe a su madre, Doria Ragland, que es instructora de yoga y desde muy pequeña le inculcó la importancia de estar atenta a su imagen.
“Cada mujer debe encontrar una rutina de ejercicios que realmente le hable; más allá de crear metas para su cuerpo. En mi caso es correr; lo necesito tanto para aclarar mi cabeza como para mantenerme en forma. También me gusta trotar, aunque últimamente sólo lo puedo hacer en los jardines de Kensington porque tengo papparazzis escondidos hasta en los árboles. También recurro a una caminadora como opción para quemar grasas. Me hice adicta a la meditación Védica —que mejora la función sensorial y permite estar más alerta y aumentar la conciencia del entorno—. Me hago pequeños momentos, de 15 minutos que encuentro entre mis obligaciones y, al final del día, completan mi rutina de una hora diaria. Además del yoga que siempre hice con mi madre, me encantan las clases vinyasa que practico en una habitación oscura iluminada sólo por una vela, Ya que esto incrementa la capacidad de concentración y ayuda a relajarse. También practico Pilates…”, aseguró la futura esposa en una de sus últimas entrevistas. En la misma recuerdan que cuando aún no era tan famosa, en Los Angeles, tomaba clases de hip-hop a la luz de las velas en el mítico “Y7 Studio”. Ya es sabido que Meghan cumple con una dieta vegana a pesar de su gran debilidad por el pollo frito que trae de su vida en los Estados Unidos. Sin embargo
dicen que ahora lo limita sólo a los fines de semana. “Meghan siente pasión por la comida saludable. Sabe que al comer más limpiamente se va a sentir mejor. Todo lo sano es su estilo de vida; es su secreto de belleza”, confió su propia madre.
Y dentro de su rutina alimentaria la futura novia es muy estricta. A la hora de desayunar, bebe un vaso de agua caliente con limón e ingiere un bol de copos de avena, un plátano y un poco de sirope de ágave (también conocido como néctar de ágave o miel de ágave, que es el jugo vegetal dulce que se extrae de las hojas o pencas del ágave, planta parecida a una yuca o cactus, similar al aloe vera). A la hora del almuerzo suele apostar por una ensalada rica en proteínas. Para la merienda consume una fruta, como una manzana, con manteca de almendras y algún zumo verde. Recién por la noche es cuando se permite una comida más suculenta, como un plato de pastas con calabacín o verduras y queso que, sólo los sábados, acompaña con una copa de vino tinto o un gin tonic.
“Antes era fanática de las patatas fritas y las pastas a toda hora. ¿A quién no le gustan los hidratos? Pero encontré el equilibrio justo. La moderación. Y, si te apetece algo, no te prives de ello pero compénsalo después. Hoy también intento evitar la comida procesada, los platos pesados y muy elaborados que después de comer me dan sueño y me apagan”, aseguró Meghan. Y entre sus asistentes ya es conocido su fanatismo por el tan británico y hoy popular entre las celebrities “porridge”, que es el nuevo desayuno saludable. Su origen es británico y se caracteriza porque aporta vitaminas, proteínas, calcio, fósforo, potasio y magnesio al cuerpo. Además, afirman que reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiacas y cardiovasculares. Y consiste en una mezcla de avena con leche o agua, más frutos, especias o semillas que ayudan a controlar el hambre ya que aumenta la sensación de saciedad
“Soy adicta a la meditación Védica. Practico yoga y me encantan las clases vinyasa, que practico en una habitación sólo iluminada por una vela”.
“Hago ejercicios faciales que esculpen la cara de adentro hacia afuera y me relajan. Juro que funcionan aunque uno parezca tonto al hacerlos”.
gracias a su gran aporte de fibras y es una gran fuente de energía, aporta calcio, fósforo y vitamina A, reduce el colesterol y ayuda a ganar masa muscular. Pero este duro camino de belleza, Meghan no lo encaró sola. Ya que también transmitió a Harry su necesidad de lucir como un gran príncipe a la hora de marchar al altar. Y el primer paso lo dieron anotándose juntos en un gimnasio de Chelsea. Dicen que el futuro novio ya bajó 4 kilos eliminando de su alimentación los carbohidratos y, sobre todo, las pizzas que tanto le gustan. Los sustituyó por quinoa, col y zumos naturales de frutas y batidos de verduras. También dejó la carne y el pollo frito. Se olvidó del cigarrillo, del alcohol que bebía en sus noches de soltero y del café. Hoy, en la cocina de la pareja abundan el sashimi y las ensaladas. Y, como Meghan, Harry incorporó el vaso de agua tibia con limón en su desayuno. Más un licuado de avena, plátano y miel, con tostadas. Dentro de su dieta también hay quesos, mariscos con verduras y muchas frutas. Cuentan los asistentes de la pareja real, que en su heladera jamás faltan hummus, zanahorias, sopas de coco con champignones, de brócoli y de eneldo, leche de almendras y pudin de semillas de chia.
“Si se presenta alguna tentación o ataque de hambre, preparo un zumo con manzana, col rizada, espinacas, limón y jengibre”, confesó ella. A la hora del beauty, Markle también tiene sus tips que adoptó durante sus largas jornadas de maquillaje cuando estaba en los sets de filmación. “Me gusta lucir natural. Mi Make Up es muy minimalista. Uso un corrector y un buen truco es iluminar la esquina interna del ojo. Jamás me falta una crema hidratante y una base suave para darle un aspecto uniforme al rostro. Luego, un rizador de pestañas, un bálsamo labial refrescante en rosa opaco con pigmentos en 3D, que da mayor volumen, y un rubor también rosa para aportar luminosidad a la piel”, supo confiar aunque le gusta dejar sus pecas al natural ya que se convirtieron en una marca de identidad. En los últimos meses el tono chocolate de su cabello ha sido uno de los más solicitados en los salones de belleza de Inglaterra. Y para que luzca muy natural, su estilista Michael Silva, aseguró que lo hidrata con un aceite capilar de origen español. Su esmalte de uñas fetiche también es rosa suave. Y en su rutina semanal jamás falta un exfoliante de papaya y arroz (rico en antioxidantes). Aseguran los expertos del fashion que Meghan se convirtió en el ícono de millones de mujeres que, como ella, quieren conquistar a un príncipe. Y otro gran secreto, es que siempre lleva en su bolso una pequeña botella con aceite de árbol de té. También Markle se preocupa por las futuras arrugas que se vayan a dibujar en su rostro. “Hago ejercicios faciales que me sugirió mi esteticista Nicholas Joss. Sirven para esculpir la cara de adentro hacia afuera y juro que funcionan aunque uno parezca tonto mientras los practica. Es como un yoga facial para lucir relajada con una piel luminosa”, advirtió.
Aunque también los expertos en beauty afirman que la futura esposa pasó en más de una oportunidad por un quirófano. “Meghan se ha sometido a una rinoplastía para afinar la nariz y también a algunas dietas para bajar de peso y tener un perfecto óvalo facial. Además, se ha hecho un tratamiento de toxina botulímica en el tercio superior del rostro con el fin de dulcificar su cara. Y en los labios, aunque no lo diga y luzcan naturales, también se hizo un retoque. En una época usaba biotulín (al igual que Kate Middleton y la Reina Letizia), que es un gel orgánico de bótox con espilantol, un anestésico local obtenido a partir del extracto de la planta Acemlla Oleracea (que reduce la tensión muscular cuando se aplica por vía tópica y ayuda a disminuir las líneas de expresión y arrugas debidas a la contracción de los músculos faciales, y que algunas personas lo llaman “botox barato y de fácil uso”) que suaviza las marcas de expresión”, confesó una actriz que supo compartir horas de filmación con ella.
Mientras todos corren por los interminables pasillos del castillo con los últimos detalles de la preparación de la gran boda, comentan por lo bajo que la gran preocupación de Meghan es que ese día el sol no ilumine Londres. Por eso, después de muchas deliberaciones, la pareja eligió finalmente el carruaje nupcial que los trasladará hasta la Abadía de Westminster (a donde la novia llegará junto a su madre). Y se inclinaron por el modelo “Ascot Landau de Royal Mews, tirado por cuatro caballos “Windsor Greys”, construída en 1883. Aunque si la lluvia amenazara con empañar el importante acontecimiento, los novios tienen la opción de cambiarse al modelo “Scottish State”, que es un carruaje de similar características pero cubierto.