MYLA CAMBIASO, MODELO A LOS 7
LA HIJA DEL POLISTA, EN UNA GRAFICA INFANTIL
Los genes suelen transmitir conceptos y tradiciones, costumbres de vida que los chicos van asimilando con el transcurrir de su niñez. Una realidad que María Vázquez (41) acepta y comparte para los tres hijos que concibió con Adolfo Cambiaso (43): Mía (15), “Poroto” (12) y Myla (7). “Los tres llevan el ADN del polo en la sangre, independientemente de que se dediquen o no. Lo llevan con ellos, andan a caballo, después si compiten o no son cosas que se van dando y que irán decidiendo por sí o por no”. Madre presentísima que adoptó una vida de “trotamundos” para acompañar a su marido por el mundo, la ex modelo corroboró ahora aún más ese nexo hereditario. Porque la más pequeña del clan, Myla, sorprende por su soltura y naturalidad en una gráfica destinada al mágico mundo de los niños. Es la campaña de la marca Cosmo Sur, cuyos resultados gratifican a María pero no por ello le insuflan el ego: “A mi no me hace sentir mejor que se
“Me siento cómoda que Myla incursione en un ámbito para mi conocido. Y si ella también lo disfruta, buenísimo”.
dediquen a algo que tenga que ver con cosas que me gustan. Yo trato de no proyectar en mis hijos, una tarea nada fácil para los padres porque, inconscientemente, hay mucho de uno depositado en ellos desde el día en que nacen. Tratamos que puedan elegir en base a las oportunidades que tienen tanto de su mamá como de su papá”, sostiene. Y rescata una conclusión: “Me siento cómoda que Myla incursione en un ámbito para mi conocido, y si ella también lo disfruta, buenísimo. Porque le puedo abrir un montón de puertas y compartirlo con ella desde un lugar grato para las dos”, le confiesa a CARAS desde Londres, el lugar de residencia actual de los Cambiaso por los compromisos deportivos del polista.
Los primeros pasos como modelo Myla los dio fotografiándose para otra marca de niños, Cheeky, y más recientemente cuando fue la tapa de la revista Cocoa, dedicada a los “bajitos”. Y cuando a su madre le llegó la propuesta de hacer esta campaña de Cosmo Sur, María se lo consultó de igual a igual: “Lo tiene muy claro, es muy madura para la edad que tiene. Vos le hacés la propuesta y ella accede o no”. Cerrado el trato, quienes participaron de la producción se sorprendieron por el desenvolvimiento de la niña y la calidad de lo que se plasmó. “Que quede claro que para ella se trata de un juego, yo accedí a proponérselo porque creo en el proyecto y las formas de quienes me lo propusieron. Tamto el productor, Andrés Pastor, como la dueña de la marca, Grace (Demattei), son amigos, casi tíos, a los cuales Myla ve en otras sitiaciones de la vida. Entonces fue como estar en familia, nos divertimos y lejos estuvo de ser una producción estructurada. Armaron un mundo de fantasía, desde la ropa hasta la escenografía, y ella se sintió tan cómoda y deshinbida que propuso, actuó, tiró sugerencias... Se conformó un grupo de amigos que básicamente se juntó a jugar con ella. Desde ese lado me pareció buenísimo, porque nos dio a todos la posibilidad de conectarnos desde un lugar que nos hace felices”,
“Es muy madura para su edad. Vos le hacés la propuesta y ella accede o no”.
explicó María.
Más allá de los ocho años que se llevan sus hijas mujeres, la ex protagonista del “Bailando por un Sueño” advierte diferencias entre las cosas que le gustan a una y otra. “Si bien de chiquita le agradaban la fotografía y la ropa, Mía no se siente cómoda frente a una cámara. Tiene un perfil más bajo y le encanta todo lo relacionado con el polo y el aire libre, porque es un ser muy libre. Myla, en cambio, no tiene inhibiciones. Es una chiquita muy curiosa y todo le gusta: andar a caballo, tocar el ukelele, cantar, maquillarse, posar delante de una cámara...” Dice que con “Adolfito” tratan de hacerles entender, lo mismo que a “Poroto”, que ser hijos de quienes son tiene sus pro y sus contras. Y como mamá, lo único que desea es estar atenta a ellos y brindarles un abanico amplio de opciones para que puedan elegir: “Quiero que aprovechen las oportunidades que la vida les da, han pasado por cursos de manualidades, música, baile, teatro, ahí voy viendo la constancia que desarrollan con respecto a eso. Ellos elegirán el día de mañana lo que quieran hacer, y a lo mjejor se dediquen a otra cosa .... ¡Y yo feliz!”