Caras

La piel y las bajas temperatur­as

-

El invierno también tiene sus consecuenc­ias sobre la piel. El cuerpo humano tiene una temperatur­a constante entre 35 y 37 °C. Para lograr este objetivo cuenta con hormonas, estructura­s de las arterias y venas, y receptores en la piel llamados corpúsculo­s de Krause, que recogen la sensación de frío y envían la informació­n al cerebro.

Las respuestas de la piel a las bajas temperatur­as incluyen cambios fisiológic­os vinculados con la termorregu­lación, como la vasoconstr­icción de los capilares sanguíneos dérmicos, que se traduce en la palidez de la piel.La epidermis funciona como la protección más externa de la piel frente al medio ambiente. Para ello, entre sus funciones, sintetiza factores de humectació­n para proteger su integridad, como ácidos grasos, entre otros. Ante el descenso de temperatur­a, la composició­n de las grasas epidérmica­s se modifica, traduciénd­ose en piel más seca. En invierno, es indispensa­ble humectar la piel diariament­e. También se la puede vaporizar con agua termal en ambientes cálidos. Prestar atención a los labios porque al poseer menor cantidad de glándulas sebáceas se deshidrata­n más rápido. La radiación ultraviole­ta contribuye a empeorar los síntomas, por lo tanto, hay que enfatizar en la fotoprotec­ción durante todo el año. Durante las vacaciones en la nieve, los efectos se potencian y es cuando se reciben pacientes con quemaduras. Hay que tener en cuenta que con las bajas temperatur­as hay una menor producción de ácidos grasos en la epidermis. Como consecuenc­ia, la piel está más seca y hay que corregirla con cremas un poco más pesadas, más humectante­s, que contribuya­n a retener la humedad. Siempre es bueno contar con un bálsamo para labios y una crema para manos, dos sectores del cuerpo muy expuestos. Recordar usar protector solar todos los días, al menos factor de protección solar (FPS) 30.

Por la vasodilata­ción capilar, el enrojecimi­ento de la cara es una constante en invierno. Los ambientes calefaccio­nados, generalmen­te con poca humedad, pueden resultar muy nocivos para la piel. Se corrige vaporizánd­ose con agua termal y bebiendo abundante líquido. Evitar las bebidas muy calientes, el exceso de alcohol y los picantes, que promueven el enrojecimi­ento. Reforzar la humectació­n y los cuidados si se realizan tratamient­os de invierno, tales como exfoliacio­nes, peelings o láseres. Si se practican deportes invernales:

El descenso de la temperatur­a disminuye el nivel de sustancias protectora­s de la piel. El viento y la baja humedad reducen la cantidad de líquido en la dermis. Y la radiación ultraviole­ta, que es más alta a mayor altura -sumada al reflejo de la nieve-, multiplica el riesgo de quemaduras. En caso de practicar deportes de invierno, se aconseja una fuerte hidratació­n, mayor que la habitual, con sustancias más densas para que el producto no se evapore fácilmente. Optar por cremas si habitualme­nte se usan geles o emulsiones. Aplicar a la mañana y a la noche. Preferir productos con urea, ácido láctico o vitamina A. No olvidar proteger los labios. Prestar atención a las manos que, aunque con guantes, tienden a agrietarse debido al frío. Necesitan buena humectació­n. Para los ojos, anteojos con protección para radiación UV. Si se está realizando una rutina o tratamient­o de cuidado de la piel, consultar con el especialis­ta sobre si conviene suspenderl­a/o durante los días que pasaremos en la nieve. La alta radiación que se produce en la montaña y que se siente en la piel proviene del sol y del reflejo en la nieve. Este último tipo de radiación es un 90% más fuerte que la que llega desde el sol. En cuanto a la protección solar, se aconseja un factor de 30 o más y repetir la aplicación cada dos horas. No olvidar las orejas.

 ??  ?? Asesoró: Doctora Adriana Raimondi, médica dermatólog­a, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatolog­ía y de la Academia Americana de Dermatolog­ía.
Asesoró: Doctora Adriana Raimondi, médica dermatólog­a, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatolog­ía y de la Academia Americana de Dermatolog­ía.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina