“FESTEJAMOS POR TODO LO QUE SIEMPRE SOÑAMOS”
MAZZA & GRAVIER: LAS BODAS DE PORCELANA
De repente se les vino a la mente la letra del tango “Volver”, sobre todo esas estrofas que tan bien se emparentan con su realidad. “Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada...” Y a decir verdad, para Valeria Mazza (46) y Alejandro Gravier (55) estas dos décadas que no son “nada” sí son “todo” para ellos. Porque el miércoles 9 de mayo, la pareja fashion argentina por excelencia celebró una fecha que no muchos matrimonios se dan el lujo de atravesar: las bodas de porcelana; en otras palabras, veinte años de casados que ameritaban un festejo como el que se regalaron La reunión fue esa misma noche del 9 en la casa de Acassuso de los Gravier, donde sólo se convocó a familiares directos de sangre y a los que se incorporaron durante la vida como testigos, padrinos y madrinas. “Festejamos por haber podido formar todo lo que soñamos hace veintiocho años, cuando comenzó nuestra historia de amor. Todo es felicidad y alegría”, sintetizó la modelo, quien ese día despertó a su marido con un regalo que los emocionó por igual: un video compilado de tantísimos años juntos, incluidos momentos de la boda, y que luego fue proyectado durante la fiesta,
Tal cuál se lo habían juramentado, Valeria y Alejandro lucieron los mismos outfits con los que se habían casado en el Santísimo Sacramento y festejado en el Hipódromo de Palermo: vestido de Giorgio Armani para ella, que el mismo diseñador se lo confeccionó en su atelier de Milán, y jacket, tambíen de Armani, con galera para el empresario. “Los pantalones los achiqué un poquito, porque en ese entonces se usaban más amplios”, reveló Gravier. Y para que la recreación fuera completa, el sacerdote que los casó y que bautizó a sus cuatro hijos, el padre Carlos White, dijo presente en la fiesta como invitado sorpresa. “Cuando miramos para atrás y vemos todo el camino recorrido, ¡qué más podemos pedir! Los chicos, más allá de la curiosidad por ver como fue la boda de papá y mamá, lo disfrutaron muy contentos”, dijo Gravier en referencia a la mejor recompensa que les dio la vida: Balthazar (19), Tiziano (16), Benicio (12) y Taina (9), la princesa de la familia.