EL DESGARRADOR ADIOS DE MAXIMA A SU HERMANA
INES ZORREGUIETA SE SUICIDO A LOS 33
No pudo parar de llorar durante toda la ceremonia. Ni bien recibió la terrible noticia de que su hermana Inés se había suicidado, la reina de Holanda, Máxima Zorreguieta (47), no dudó en cancelar su agenda oficial y viajó a nuestro país. Quiso darle el último adiós a su “pequeña debilidad” como solía llamar a la menor de la familia. Ella misma entonó la canción de despedida:”Knockin on heaven’s door” de Bob Dylan cuya letra parecía especialmente escrita para ese momento: “Mamá, quítame esta placa, ya no puedo usarla más, se hace tarde, está demasiado oscuro para mí, me siento como llamando a las puertas del cielo. Llamando, llamando a las puertas del cielo”.
Luego, junto a sus hermanos Martin (43) y Juan (36) cantaron otra de las preferidas de Inesita: “It’s love” de Bob Marley. Un rato antes, su íntima amiga, la misma Máxima y Martín le habían dedicado unas palabras de despedida. Todo sucedió en el lugar donde hace diez meses, en agosto de 2017, habían sepultado los restos de su padre Jorge Zorreguieta..
El diseñador Benito Fernández, quien, además de vestir a la Reina es amigo de la familia, comentó: “A las tres y media hubo un responso, rezamos y luego se trasladó el féretro hasta la tumba. Allí habló una amiga de Inés, Máxima y Martín. Fue el momento más emotivo. Todos cantaron las canciones que cantaban siempre los hermanos. Fue un momento muy sentido. Máxima siempre mostró una fortaleza, una calidez y un cariño increibles. Es una mujer impresionante, en mi vida vi una cosa igual. Admirable”, dijo Benito. Inés era la hermana menor de Máxima. Tenía 33 años, era Licenciada en Psicologia Social y decidió quitarse la vida el jueves 7 en su departamento de la calle Río de Janeiro al 200, en el barrio de Almagro. Ese día su mamá, María del Carmen Cerrutti Carricart, la había llamado a su teléfono y no le había respondido. Pasadas las 21, se comunicó con la mejor amiga de Inés y fueron jun-
tas al departamento. Cuando la amiga pudo abrir la puerta del dormitorio encontraron el cuerpo de Inés sin vida y unos escritos y dibujos que indicaban su depresión. “Ahorcamiento incompleto con cinta y cinturón”, trascendió desde la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 19, interinamente a cargo de Cinthia Oberlander y aclaró “que no había indicios de criminalidad”. La mamá, quien sólo podía decir “Mi Inesita”, no pudo soportar el dolor y se descompensó. Tuvo que ser asistida por personal del SAME que había llegado al lugar junto a peritos de la Policía Científica y de la Policía de la Ciudad que permanecieron cuatro horas en el departamento del séptimo piso que alquilaba la joven. Más tarde, su cuerpo fue llevado a la morgue judicial hasta que un vocero de la Embajada de Holanda confirmó el deceso. A la distancia y mientras preparaba su urgente viaje, Máxima siguió cada alternativa vía telefónica mientras el servicio de Información del Estado de Holanda comunicaba: “que la Reina se encontraba en un shock de dolor y muy conmocionada por la noticia y había suspendido el viaje junto a su marido a las ex repúblicas
soviéticas del báltico, Lituania, Estonia y Letonia”. El viernes a las 5.28 de la madrugada, en el vuelo 701 de KLM, la Reina llegó acompañada por su marido, el rey Guillermo Alejandro (49) y sus hijas, CatharinaAmalia (14), Alexia (12) y Ariadna (11), quien era ahijada de Inés y llevaba su nombre. Con ella viajó su mejor amiga, Valeria Delger, su hermano Juan y su esposa Adriana Wolf, quienes viven en Europa. Esa misma tarde, la familia real ingresó pasadas las 13.30 al cementerio Memorial de Pilar en una camioneta blanca . A las 15.20, arribó a las necrópolis la Primera Dama, Juliana Awada, en un automóvil con dos custodios. Ella y su marido el presidente de la Nación, Mauricio Macri, quien le dedicó un sentido saludo en las redes, son amigos personales de Máxima. Sólo un grupo de tres camionetas y un auto integraban la comitiva que entró al cementerio. La embajada de los Países Bajos había pedido “colaboración” para no bloquear el paso de los autos. A 100 metros de la entrada al cementerio montaron un gazebo color verde, donde se realizó la íntima ceremonia a puertas cerradas. Inés era un ser querible y de bajo perfil, se recibió de Psicóloga con 9.50 de promedio y había estudiado canto y guitarra en la Escuela de Música Contemporánea. Amaba los temas de Amy Winehouse, Ella Fitzgerald, Duke Ellington, The Beatles,
Jimi Hendrix y Led Zeppelin. Si bien la monarca de Holanda ama a sus hermanos por igual, Inés era su preferida y se lo demostraba todo el tiempo. En 2007, la nombró madrina de su hija menor Ariadna y se plantó ante un consejero de la corona real holandesa cuando dijo que el look dark de la menor de los Zorreguieta no era adecuado. “Con mi hermana no se metan”, sentenció Máxima. Y a nadie de sus íntimos le llamó la atención su gesto, ya que todos conocían el amor que sentía por su hermana. Durante su adolescencia y en los últimos años, Inés debió ser internada en dos oportunidades en la Clínica Psiquiátrica Avril, por depresión y trastornos de personalidad. Fue medicada y siempre acompañada por su incondicional mamá y por Máxima, quien para la navidad de 2012 la retiró de la clínica y la retornó un día después para
que pudiera pasar la nochebuena en su casa de country de Villa La Angostura. Adoraban pasar las fiestas juntas y comprarse regalitos. Su pequeña ahijada, amaba a su tía y madrina, por eso, Ariadna al igual que las princesas Amalia y Alexia no encontraron consuelo en el sepelio y caminaron abrazadas a su madre.
A pesar del dolor, Máxima lució impecable, de negro y no descuidó a su mamá quien apensa se podía mantener en pie. Quizás por eso, Máxima decidió quedarse a su lado mientras su marido regresaba a Holanda, el sábado 9 a las 15, en el vuelo 702 de KLM. “Era una persona única. Muy querida. Su muerte nos ha impactado mucho. Nuestro dolor es grande.Su muerte ha significado una sorpresa para nosotros. Viajamos todos a Buenos Aires porque queríamos estar unidos como familia” dijo el monarca el lunes 11 en su arribo a Lituania.
En estos días, la mayor preocupación de Máxima es su mamá. Por eso se muestra entera ante ella aunque llora en soledad. Su hermana amada ya no está y sabe que aunque intentó convecerla para llevarla a vivir Holanda, nunca aceptó. Y ella siempre respetó su decisión. Quizás ahora pueda convencer a María del Carmen para que viaje con ella y poder tenerla cerca. Mientras tanto, sólo quiere respetar los tiempos de cada uno y poder sobrellevar el momento más difícil.