MAKE A WISH: 16 AÑOS
GALA INSPIRADA EN “CASABLANCA”
El frío no fue una excusa ni mucho menos, y esas ganas por ayudar a tantos niños que padecen graves enfermedades volvieron a aflorar en su máxima expresión. Con motivo de celebrar su aniversario número 16, la filial argentina de Make-AWish demostró una vez más el sentimiento de solidaridad y compromiso que generan sus galas anuales. Con más de 6400 sueños cumplidos desde que Mónica Parisier le dio vida a la entidad, empresarios, celebrities y demás invitados colmaron los salones Versalles y Regence del Alvear Palace Hotel para aportar su granito de arena a la causa. Inspirada en ese icónico éxito cinematográfico llamado “Casablanca”, más de 300 almas participaron de una velada que tuvo de todo: sensibilidad, excelente ambientación y gastronomía, subastas apasionantes y la actuación en vivo del grupo Ráfaga, que con su líder, Ariel Puchetta, hizo bailar a todos sin cobrar un solo peso.
Con la magia de Martín Roig para asemejar los salones a una escenografía marroquí, hubo muchas presencias emblemáticas que enriquecieron la convocatoria: Mirtha Legrand con sus nietos, Juana y “Nacho” Viale, “Pampita” Ardohain (sin “Pico” Mónaco), Zaira Nara, Paula Chaves y María del Cerro, las tres del staff de Multitalent, Amalia Amoedo, Bárbara Bengolea y Marcelo Figueras con María Laura Leguizamón. Como siempre, la anfitriona tomó el micrófono para agra-
decer a quienes hacen posible tamaña cruzada: “Los verdaderos héroes son los soñadores, cada año millones de ellos luchan valientemente contra condiciones médicas que amenazan sus vidas junto a emociones como la desesperación, la ansiedad y un futuro incierto. Cumplir sus deseos tan simples los estimula, les da esperanza y fortaleza. Gracias por convertir estos sueños en muchas sonrisas de nuestros niños”, dijo Parisier antes de que Martín Wullich condujera varios remates de joyas de Jean-Pierre, obras de arte, estadías en distinguidos hoteles del exterior y una pelota más la camiseta del seleccionado firmadas por Messi, premio que superó los cien mil pesos y que quedó en manos de una muy participativa “Amalita” Amoedo.