“SUPERE EL BULLYING”

MARIANO CHIESA: SEXY & HOT

Con el duchador como micrófono y miles de juguetes que lo rodean en la bañera llena de espuma, tararea el clásico repertorio de María Elena Walsh para aquel improvisado público que flota a su alrededor. Ante el llamado de su madre a cenar, saca el tapón con rapidez y cierra la canilla. Guarda todo los muñecos en un pequeño canasto plástico y se para. Toma el toallón blanco y se envuelve como si se tratara de un fino saco. Sale de la bañera y parado sobre una alfombra color crudo se queda mirando, perplejo, los azulejos decorados de aquel baño. Cierra los ojos, como si una potente luz lo encegueciera, y al abrirlos, ya no está mojado ni en su casa, ahora se encuentra en el centro de la escena aturdido por los aplausos y vitoreos. Hoy, Mariano Chiesa (37) recuerda, en cada saludo final de “Sunset Boulevard”, a aquel niño que jugaba en la bañera a ser actor.

“Desde los 6 años que tengo una imagen que la terminé de completar hoy a los 37. Yo veía una luz muy fuerte que me enfocaba de arriba y esa luz es la que veo todas las noches cuando salgo a saludar. Esa es la luz con la que yo sueño desde que soy chico y trabajé muy duro para que se volviera realidad. Creo muchísimo en el poder de atracción”, dice.

El actor y locutor es un convencido de que para conseguir lo que uno se propone sólo basta con desearlo con todo el corazón y trabajar por ello. Egresado del ISER y voz de las marcas más reconocidas de la Argentina, confiesa que tres fueron las veces que debió rendir el ingreso al prestigioso Instituto hasta conseguir su lugar. “Si el arma tiene cartuchos, disparemos... Puede sonar muy pedante, pero cada uno de mis disparos da en el blanco. Puede que la próxima no funcione pero no por eso voy a dejar de intentarlo. Vengo viviendo cosas que jamás imaginé que me iban a suceder.