“LOS POETAS NO MUEREN NUNCA”
MACRON DESPIDIO A AZNAVOUR
Había regresado de una gira por Japón y, a pesar de sus 94 bien vividos años, se preparaba para su concierto, el 26 de octubre, en Bruselas. Charles Aznavour era visceralmente francés pero en sus venas también se mezclaba la sangre armenia de sus padres que lo habían bautizado como Shahnourh Varinag Aznavourián Baghdassarian. Tenía 94 años y la mañana del lunes 1º de octubre no se despertó. Un paro cardiorespiratorio puso fin a su vida. Estaba en su casa de Alpilles, al sur de Francia, con su esposa Ulla Thorselle. En sus ocho décadas de carrera atesoraba más de mil doscientas canciones en siete idiomas y había llevado sus temas más emblemáticos, como “La Bohemia” y “Venecia sin Ti”, a 94 países, vendiendo más de 100 millones de discos en todo el mundo. Francia entera se reunió para despedirlo con “Honores de Estado”. Y fueron el propio presidente Emanuel Macron (40) y su esposa Brigitte Trogneux (64), quienes encabezaron la glamorosa despedida en la que se reunieron las doscientas personalidades más importantes del país galo.
“El acompañó las alegrías y las penas de tres generaciones. Era profundamente francés… El timbre de su voz, sus obras maestras, su brillo único, quedarán durante años en el recuerdo. Vinimos a despedir a un grande como se merece, a lo grande”, dijo Macron mientras cubría el féretro con la bandera de su país. Al mismo tiempo que confesó que su mujer, Brigitte, era su gran admiradora. Más de dos mil personas, entre ex presidentes, amigos, familiares y artistas, se reunieron en el Palacio de los Inválidos para despedirlo. Y entre tantos se destacó la figura del actor Jean Paul Belmondo, quien a pesar de sus 85 años, no quiso estar ausente. La guardia republicana tocó “Emmenez Moi” y las lágrimas no pudieron evitarse. “Los poetas no mueren nunca”, repitió Macron al terminar los cañonazos de honor.
“Acompañó alegrías y penas de generaciones. Despedimos a un grande, a lo grande”