“LLEVO MAS AÑOS DE BARBA QUE DE PERIODISTA”
NOVARESIO: UN CABALLERO DE FINA ESTAMPA
“Me gustaría ser papá, muchas veces lo pensé y creí que lo cumpliría, pero ya estoy grande...”.
Lejos está de sentirse un gurú de la estética. “Me gusta verme bien pero soy muy torpe, no sé hacer las cosas, me falta disciplina”, se sincera Luis Novaresio (54) mientras se acomoda en el sillón de barbero de Fernando Elo, el dueño de Salón Berlín de Palermo, en cuyas manos confían figuras como Marcelo Tinelli, Jorge Rial, Alejandro Fantino y Luis Majul, entre muchos otros. “Tengo más años de barba que de periodista”, dice el conductor del ciclo dominical de América TV, “Debo Decir”, quien se la dejó crecer a los 18 años, tres antes de conseguir su primer trabajo en su actual profesión. “Me la dejé porque me crece mucho al igual que el pelo y también porque me hacía más grande. Nunca le di tanta atención como ahora desde que vengo a Berlín cada 15 días”, explica el conductor Según el glosario que cuelga de una de las paredes de la barbería, la suya se definiría como “Short Boxed Beard”, algo así como “barba corta encajonada”.
Si no fuera porque sale en televisión, por deseo propio Novaresio tendría una barba larga y, por qué no, manejaría en una chopera hasta Rosario. Nada más alejado de su presente, aunque soñar no cueste nada. Admite que aprendió a vestirse mejor desde que tiene una vestuarista que lo ayuda con sus outfits para su ciclo diario de entrevistas “LNE, Luis Novaresio Entrevista”: “Cuando uno es joven cree que las formas no importan, pero con el tiempo uno aprende que las formas son tan importantes como el fondo. Vestirte bien, cuidarte y tener una apariencia respetuosa, acorde a la situación, es un modo formal de ser educado”, remarca el rosarino, a quien el éxito y la alta exposición de los últimos años no modificó en absoluto: “La notoriedad es algo que efectivamente te influye pero a mi no me determina. Me agarró de viejo la fama (risas)”, dice Luis, quien llegó a la entrevista en subte, adora movilizarse a pie (intenta caminar 8 kilómetros diarios por prescripción de su nutricionista, Mónica Katz) y disfruta ir al supermercado. Hace unos años, retomó su afición por la natación, que practicara en el club rosarino El Tala hasta los 20 años. “En el agua tenés la ventaja de que no te habla nadie. No hay chance de que se te acerquen a preguntarte: ´¿Qué va a pasar en el país?´”, bromea.
Como si se tratara de un amuleto, Novaresio regresa a cada fin de semana a su Rosario natal. Allí tiene recuerdos que ofician de cable a tierra: su vasta trayectoria en el Canal 3 local en paralelo con el ejercicio de la abogacía hasta la panadería donde compró las masas finas con su primer sueldo como cajero de supermercado.
En plano de la fantasía, al conductor le hubiese gustado haber estado en el Café de Floire parisino en el Mayo del ´68 junto a Sartre y Simone de Beauvoire o haber entrevistado a su personaje favorito de la historia argentina: Eva Duarte de Perón. Entre esos sueños, uno asoma algo tímido pero, a diferencia de los anteriores, se afirma en el plano de lo posible: ser padre. “Me gustaría ser papá, muchas veces lo pensé y creí que lo iba a poner en práctica, pero ya estoy grande... creo un poco en los ciclos vitales... si fuera padre hoy, mi hija o hijo a los 15 tendría un padre de 70”, confiesa el periodista, y luego plantea: “Hoy pensado racionalmente, quiero que no sea un acto egoísta sólo para cumplir un deseo sino que también sea esencialmente la consideración de la vida de quién pueda venir. Y mi defecto es que soy muchísimo más racional, tengo el superyó muy desarrollado”. Quién sabe si la emoción no le gana por fin a la razón.