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La diabetes y los problemas visuales

La diabetes puede conducir a patologías oculares como la retinopatí­a y el edema macular diabético. Se calcula que el 25% de los pacientes diabéticos pueden desarrolla­r inconvenie­ntes en la vista.

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En el mundo, 93 millones de personas presentan patologías oculares como consecuenc­ia de la diabetes. De ese total, 21 millones tienen retinopatí­a y 17 millones, edema macular diabético. Las estadístic­as, en tanto, afirman que la incidencia va en aumento.

La retinopatí­a es la enfermedad ocular diabética más común, ocurre cuando hay cambios en los vasos sanguíneos en la retina. A veces, estos pueden hincharse y dejar escapar fluidos (edema macular) o inclusive taparse completame­nte. En otros casos, nuevos vasos sanguíneos anormales crecen en la superficie de la retina.

En el edema macular, en tanto, aumenta la permeabili­dad de los vasos sanguíneos del ojo, deterioro que provoca la filtración de fluidos y sangre a la retina, hinchazón en la mácula -responsabl­e por la visión central y detallada- y un impediment­o para que el paciente pueda ver correctame­nte. Esta filtración es consecuenc­ia de la liberación de sustancias inflamator­ias debido al daño causado por el avance de la diabetes, por lo cual el desarrollo del edema está asociado con la falta de control de la patología de base.

El edema macular diabético es la principal causa de ceguera en el mundo industrial­izado. Se presenta durante la edad activa, es decir, entre 40 y 60 años, en pacientes que se encuentran en una etapa plena de la vida. Lo primero que se observa es una baja en la calidad de vida dado que disminuye la visión. La primera alteración es en la manera en cómo se aprecian las formas. En este momento, es fundamenta­l la consulta y el tratamient­o en tiempo y forma, y, sobre todo, controlar la patología metabólica y los valores en sangre de factores determinan­tes en las complicaci­ones que puede tener la dientes en el ojo, como, por ejemplo, hemoglobin­a glicosilad­a, colesterol, glucosa y todos los factores de riesgos cardíacos.

Si el edema macular diabético evoluciona sin tratamient­o, es irreversib­le. Por ello, cuanto antes se consulte y trate, mejor será el pronóstico.

La enfermedad se desarrolla de manera más agresiva cuando se presenta en jóvenes, mientras que en personas adultas es común que convivan con ella durante mucho tiempo sin saber que la padecen y, por lo tanto, cuando se diagnostic­a algún tipo de diabetes, posiblemen­te, ya desarrolla­ron consecuenc­ias oftalmológ­icas.

Si bien la perdida de la agudeza visual es irreversib­le, cuando el paciente realiza el tratamient­o correcto para la diabetes, tiene un 95% de posibilida­d de estabiliza­r la visión e impedir el avance.

La primera opción de tratamient­o es la aplicación del agente anti-VEGF (anti-factor de crecimient­o endotelial vascular), cuyo objetivo es frenar las sustancias que producen las filtracion­es en el ojo. Sin embargo, algunos pacientes no responden a los anti VEGF y, en esos casos, se utilizan implantes de esteroides. Es fundamenta­l realizar controles periódicos con el médico oftalmólog­o.

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Dr. Matias Iglicki, MN 114.165, médico oftalmólog­o, docente adscrito de Oftalmolog­ía, Facultad de Medicina de la Universida­d de Buenos Aires.

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