TODO GLAMOUR

DOLCE&GABBANA EN MILAN

Evidentemente no son los ’60 del Hollywood dorado. Fue la colección Otoño- Invierno de Dolce &Gabbana. El genial dúo italiano propone un invierno con el mismo glamour de aquellos años con trajes con brocados, estampados animales, lentejuelas y esmoquins muy femeninos. El show “Eleganza” se realizó en el Teatro Metropol, en Viale Piave, con sastres en el escenario, ensamblando trajes reales. Mientras un equipo de camareros agasajaban a los invitados con frío cham-

pan. Cuando las luces se apagaron, un maestro de ceremonias desde un atril, introdujo cada pasada. Con la verdadera inspiración de la “alta aristocracia siciliana”, fue un show increíble. Llegué a Metropol, como todos los años, a las 12:30, para tener tiempo de comer algo en el restaurante de enfrente, que todos los domingos del desfile de D&G se llena de gente. La invitación decía ‘Eleganza” y realmente el show asi lo fue. Desde el momento en el que entré hasta en el que me retiré, todo fue“elegancia”. Cuando me ubiqué comenzó un video que resaltaba la importancia de lo hecho a mano para la marca. Luego, un narrador nos dio la bienvenida. Contó sobre la inspiración del desfile y minutos después los modelos comenzaron a transitar la pasarela, también colorada, mientras la voz relataba, tal como se hacía en los desfiles de alta costura de los ‘40. En la colección se vieron detalles de distintas décadas: 40’s, 50’s y 60’s. Tanbién se apreciaron amplias propuestas de siluetas que van desde sensuales vestidos negros, típicos de Sicilia, hasta trajes sastres en blanco y negro. E impactantes estampas de retratos de pintores italianos. Como siempre, presente en la marca, el animal print y las flores. Aunque todo más sobrio y elegante. Mis preferidos fueron los trajes sastre en blanco y en negro y la mini colección de vestidos novias.

Con un gran show, los geniales creadores italianos presentaron diseños “femenino-masculino” con la elegancia y el lujo que marca cada uno de sus modelos.

Infaltables. El cierre del desfile fueron vaporosas novias que lucieron faldas con metros y metros de tul; con importantes tocados y hasta con vestidos blancos pero con estampas.