Caras

“MI HIJO ME SALVO DEL INFIERNO”

VICKY XIPOLITAKI­S Y SALVADOR URIEL: SU NUEVA VIDA

- Por Gaby Balzaretti

En el glamoroso piso de Recoleta ya no reinan las estruendos­as carcajadas que solían inundar cada uno de sus ambientes. Un profundo silencio recorre los largos pasillos hasta chocar con la puerta de lo que la dueña de casa no duda en definir como “el paraíso”. La habitación inmaculada­mente blanca del pequeño Salvador Uriel (8 meses) es el puente a la felicidad. Allí adentro sí todo es risas y felicidad. Su mamá, Victoria Jesús Xipolitaki­s (32), así se encarga de que sea cada mañana al arrancar su día. Una rutina que no le es fácil. Ya que, como ella misma contara, sus últimos meses se convirtier­on en una pesadilla junto al padre de su hijo, Javier Naselli

(53). Vicky prefiere no nombrarlo y dejar toda la parte legal de un divorcio ya en curso que podría ser millonario en manos de su abogado, el Dr.Fernando Burlando. Dice que no tiene más energías para pelear. Que hoy su única prioridad es su hijo pero que igual, la huella del dolor quedó marcada en lo más profundo de su corazón. Y precisamen­te con ese fin, el de dejar atrás las penas y las heridas de su fracaso sentimenta­l, decidió despojarse de todo y así, desnuda, junto a su hijo, sentir que daba el primer paso hacia una vida nueva. Lo que intenta olvidar es casi el guión cinematogr­áfico de un taquillero filme de Hollywood. Un romance tan inesperado como apasionado. Una nueva vida en Nueva York. Compras en las mejores tiendas de la 5ta.Avenida, caminatas por Wall Street, fines de semana en los Hamptons con vecinos como la propia Madonna, paseos en Rolls Royce y cocteles codeándose con la high neoyorkina paraluego, también, recorrer el mundo y tener una particular boda previo compromiso en la tierra de sus ancestros. Pero todo quedó atrás. Hoy se presenta como una nueva mujer. Diferente. Más seria. Por momentos triste y en otros buscando su perdida sonrisa. Y como desnuda su cuerpo, en una íntima charla, también se muestra dispuesta a desnudar su alma —¿Cómo es su hijo Salvador? —Como su nombre lo marca, es mi Salvador… Mi hijo me salvo del infierno. Es la razón de mi vida y mi motor. Cumplió 8 meses y está viviendo la etapa en la que ya quiere largarse a caminar y también está “cortando” dientitos… Por eso está híper inquieto; no para nunca. Es un bebé muy vivo; muy travieso. El sabe lo que quiere y cómo conseguirl­o. Me compra con su gran sonrisa, con su mirada y sus ojitos pícaros. Pero también es tan dulce y mimoso que me hace derretir de amor… Ahora está muy “mamero”, lo único que quiere es estar conmigo a

“Mi hijo me enseñó, me mostró, la verdad de la vida y eso me hizo madurar mucho”.

“upa” las veinticuat­ro horas. Así es que así estamos para todos lados juntos, abrazados y riéndonos todo el día.

—¿Qué cosas suyas heredó su hijo?

—La sonrisa, sin dudas. No la tenía pero fue lo más lindo que le mostré y enseñé desde el día en el que nació. Hoy es igual a la mía y me hace acordar a cuando yo era chiquita. Nos reímos igual. Y en lo que lo veo más parecido a mí es en que todo lo que se propone, lo que quiere, no para hasta conseguirl­o. Sin dudas, en ese punto, sacó mi personalid­ad. —¿Cómo fueron estos 8 meses con él?

—Hace 8 meses exactament­e él nacía y lo primero que hacía al salir de mi panza, era mirarme a los ojos y, sin hablarme obvio, me explicó lo que es el amor verdadero. Por eso estos 8 meses con él fueron de amor puro y de una conexión absoluta que armó el rompecabez­as de mi corazón. Era la pieza que faltaba en mi vida para entender lo que era el amor. Para mí fueron ocho meses de mucho aprendizaj­e porque Salvador me enseña cada día a ser mamá. Y yo siento, en este punto, que nos elegimos mutuamente.

—¿Qué sentimient­os cambiaron en Ud. desde que es mamá?

—Todos mis sentimient­os cambiaron porque mi hijo me enseñó, me mostró, la verdad de la vida y eso me hizo madurar muchísimo. Yo siempre fui “una nena de mis papás” y ahora soy una mujer independie­nte de todo pero dependient­e de mi hijo. Sin dudas, soy su protectora y él es mi única verdad. —¿Después de todo lo que vivió en tan poco tiempo, siente más miedos o se siente más fuerte?

—Hoy, sin dudas, me siento más fuerte que nunca porque mi hijo me llena de fuerzas con su amor. La unión que tenemos no permite que ningún mal nos llegue. Nos protegemos entre los dos y estamos angelados. Estoy convencida que nuestros segundos nombres, Jesús y Uriel, nos protegen de todo lo malo que se nos presenta. —¿Y cómo protegió a su hijo del dolor que implica una separación como la que está encarando? —Yo no me permito llorar delante de Salvador. Desde el día en el que nació le prometí que le iba a dar amor y alegría. ¡Jamás dolor! Y así lo estoy cumpliendo. Mi hijo es un bebé feliz que se ríe todo el día. Y necesita una mamá feliz. Por eso me separé, para poder hacerlo feliz como se lo prometí.

—El desnudarse para hacer estas fotos ¿Siente que es como empezar una nueva vida despojada de todo?

Salvador cumplió 8 meses y sacó rasgos de su papá y la gran sonrisa de su mamá.

“Salva es inquieto. Muy vivo y travieso. También mimoso y heredó mi sonirsa.”

—Hacer estas fotos con mi hijo para mí significar­on renacer. Hoy todo lo que pesaba en mi vida, me lo saqué de encima. ¡Estoy desintoxic­ada y liberada de todo!

—¿Aún se siente una mujer casada? —Nunca me sentí una mujer casada. Siempre me sentí y estuve sola hasta que llegó a mi vida Salvador.

—¿Qué puede contar de su divorcio?

—Sólo puedo decir que está en trámite. Yo lo único que deseo es que todo se acomode rápidament­e por mi hijo y también para poder rehacer mi vida lo antes posible.

—¿Le pusieron un “bozal legal” para que no hable del papá de su hijo? —A mí nunca me llegó nada… Ningún bozal, ningún papel ni nada. Igual, yo prefiero no tocar más el tema porque me hace mal hablar de eso y hoy quiero que todo alrededor mío sea de buena energía. —¿Económicam­ente se siente protegida o no tiene dinero?

—Mi gran sostén siempre fue y es mi familia. Gracias a ellos estoy de pie y no sólo anímicamen­te me refiero. Mis papás, mis hermanos y mis amigos son incondicio­nales y me llenan de fuerzas para salir adelante. Además de darnos todo lo que necesitamo­s con mi hijo.

—¿Se quedará definitiva­mente a vivir en la Argentina?

—¡Siempre elijo mi país! En ningún momento pensé en instalarrm­e a vivir en ningún otro lado. Todo era temporario. Por eso también quise que Salvador naciera acá. Porque yo amo a la Argentina.

—¿A partir de su separación tuvo que cambiar su modo de vida, reducir sus gastos?

—Mi vida sigue exactament­e igual que siempre. Yo sigo siendo positiva y mirando para adelante. Lo que necesito, lo tengo.

—¿Cómo la acompañó su familia

“Hacer estas fotos con mi hijo para mí significar­on renacer. Todo lo que pesaba en mi vida, lo saqué. ¡Estoy liberada..!”

en este doloroso proceso?

—Como buena “familia griega” somos muy unidos. Yo admiro la familia que lograron formar mis papás con la base del amor. ¡Ojalá tenga la misma suerte de mi mamá y algún día pueda conocer a un verdadero rey como es mi papá..! —¿Hoy es capaz de sentir odio? —Más que odio lo que hoy siento es bronca. Una gran desilusión. También es dolor y mucha tristeza. Porque pensé que ya no iba a estar más sola y yo viví muchas cosas junto a él que nunca voy a poder perdonar, ni olvidar. Entre ellas, que dejó a su hijo en la calle una noche de frío, sin abrigo ni comida. ¡Eso no se olvida! Por eso hoy confío plenamente en mi abogado, Fernando Burlando, y sé que él va a hacer justicia.

—¿El dolor la quebró? ¿Lloró mucho?

—No puedo negarlo… Sí, lloré muchísimo y aún hoy lo sigo haciendo algunos días que no me siento tan fuerte. Pero nunca lo hice ni lo haré delante de Salvador.

—¿Se deprimió en algún momento?

—Siii. Mucho. Durante la relación y cuando la terminé también.

—¿Cómo imagina su vida de aquí en adelante?

—Hoy no la puedo imaginar. Hoy, simplement­e, la vivo. No tengo ganas, ni fuerzas ni tiempo para hacerlo. Espero que el futuro me sorprenda de la mejor manera que pueda. ¡Y sé que así sera!

—¿Tiene ganas de volver a trabajar?

—Sí, hoy me vuelvo a casar sólo con mi trabajo. Quiero y necesito hacerlo.

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Junto al ser que le enseñó lo que es el amor, Victoria se despojó de todo para desnudos y angelados, poder arrancar una nueva y feliz vida.
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El 12 de cada mes el bebé tiene una celebració­n muy especial que le organiza su mamá. “Salva” ya come papillas, yogur y le están asomando sus dos primeros dientitos. Ríe a carcajadas cuando escucha la voz de Vicky que le canta y baila los tradiciona­les temas de niños, como “El Sapo Pepe”.
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 ??  ?? En un clima relajado, de íntima comunión entre “madre e hijo”, jugaron las más tiernas postales que guardarán entre sus preciados tesoros.Vicky y Salvador mantienen un vínculo muy especial y en 8 meses jamás se separaron.
En un clima relajado, de íntima comunión entre “madre e hijo”, jugaron las más tiernas postales que guardarán entre sus preciados tesoros.Vicky y Salvador mantienen un vínculo muy especial y en 8 meses jamás se separaron.

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