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ABANDONARO­N LA REALEZA

HARRY Y MEGHAN, UNA RENUNCIA CON VENGANZA

- Por Gaby Balzaretti

El 9 de enero Buckingham estaba preparado para que la Familia Real Inglesa celebrara los 38 años de la duquesa de Cambridge. Pero una vez más todo pareció complotars­e contra Kate Middleton, quien ante el escándalo y los gritos de la reina Isabel II (93), que se sintieron en todo el palacio, suspendió la ceremonia de soplar las velitas y se encerró con el príncipe William (37) y sus tres hijos. Nuevamente, su cuñada Meghan Markle (38) se “encargó” de arruinarle el buen momento que se disponía a disfrutar. Dicen que la monarca estalló en furia, blasfemó y olvidó la educación que durante 66 años en el trono jamás le permitió expresar sus sentimient­os. Enceguecid­a por la rabia de sentirse traicionad­a, lejos de dejar escapar una lágrima por la decisión inconsulta de su nieto menor, fue superada por un ataque de ira. Justo en el momento en el que Kate se llevaba su pastel de cumpleaños para comerlo en la intimidad, el comunicado oficial del príncipe Harry (36) y su esposa Meghan era difundido.

“Luego de muchos meses de reflexión y discusione­s internas, hemos decidido hacer una transición este año y comenzar a tallar progresiva­mente nuestro nuevo rol en esta institució­n (la realeza británica). Tenemos la intención de dar un paso atrás como miembros de primer rango de la Familia Real y trabajar para ser financiera­mente independie­ntes mientras continuamo­s apoyando a la Reina… Y planeamos equilibrar nuestro tiempo entre el Reino Unido y América del Norte”, anunciaron los duques de Sussex.

Un verdadero escándalo real. Una grave situación de abdicación que Gran Bretaña no enfrentaba desde que el rey Edward VIII se casó con la americana Wallis Simpson, en 1936, renunciand­o al trono británico y provocando un gran crisis constituci­onal. Otro momento de tensión de la Casa Real Inglesa se produjo cuando Lady Di se divorció del príncipe Carlos (71), en 1996, luego de quince años de “infeliz matrimonio” como definió su relación. En ese momento le quitaron el título de Alteza Real y peleó con la familia porque no la dejaron instalarse en los Estados Unidos y le quitaron la custodia y educación de sus niños. Y murió sin poder recuperar ninguna autoridad sobre sus hijos. Harry la vio llorar y sufrir. Y cuando con sólo 11 años caminó detrás del ataúd de su madre conteniend­o las lágrimas que su abuela le prohibió derramar juró que vengaría a su madre. Dicen que llegó el momento. Y que, además, ahora debe proteger a su mujer y a su hijo cambiando las antiguas reglas que impone ser un Royal. Meghan y Harry aseguran que ya desde hace tiempo no se sienten parte de esta monarquía. Y que por esa razón se fueron haciendo a un lado y la reina los terminó de excluir. Como en los actos oficiales o cuando en su discurso de fin de año hizo retirar de su escritorio su portarretr­atos. “Lo único que le importa a Isabel II es la continuida­d de la monarquía con William, Kate y sus hijos”, se escuchó en Buckingham. “Y lo único que les importa a Harry es tener una vida sencilla”, agregaron.

Con esta decisión, la pareja perderá los más de 2.600.000 dólares que tienen como “sueldo”. Y la gran pregunta ahora es cómo harán frente a sus gastos. Como el mantenimie­nto de sus seis guardaespa­ldas —140 mil dólares por mes— o el millón tresciento­s mil de su personal (la secretaria de Meghan cobra 150 mil dólares) y los asistentes del hogar cuyos gastos superan los 40 mil dólares. A todo ésto, le deben sumar el alquiler o la compra de una mansión en Canadá. Dicen que la ciudad de Toronto

“Luego de meses de reflexión decidimos hacer una transición y dar un paso atrás como miembros de primer rango de la Familia Real”.

podría ser la elegida. Aunque en sus vacaciones en Vancouver alquilaron una casa por 15,7 millones. El patrimonio de Harry asciende a 39 millones de dólares —26 recibió como herencia de su madre—. Mientras el de Meghan llega a los 5 millones de dólares. En el Palacio dicen que para la Familia Real esta fue una “declaració­n de guerra” y que no le harán “fáciles” las negociacio­nes. Dentro de las que reclaman sus títulos reales y su casa de Forgmore Cottage, cuya refacción costó 3 millones de dólares y a la que se mudaron por su mala relación con William y Kate.

“¡Somos hermanos y siempre lo seremos! Pero estamos en diferentes caminos”, aseguró el heredero al trono dejando en claro que las diferencia­s son irreconcil­iables.

“¡Les di la boda que querían, la casa que querían, la oficina que querían, el dinero que querían, el personal que querían, los viajes que querían..! ¡Los apoyé en todo! ¿Qué más querían? ¡Es profundame­nte injusto! ¡Fui buena y generosa! ¡No merezco ser tratada de esta manera!”, gritó Isabel II y su furia recorrió los pasillos del palacio. Impiadosa, la reina lanzó el nuevo retrato oficial de la Casa Real junto a Carlos, William y su bisnieto, George (6), con el claro mensaje para Harry de “¡Tú y tu familia ya no son considerad­os parte de mi corona!”. Aunque luego, más tranquila, agregó: "Mi familia tuvo discusione­s muy constructi­vas sobre el futuro de mi nieto. Apoyamos el deseo de Harry y Meghan de crear una nueva vida como una familia joven". Lejos de preocupars­e por la fuerte reacción de su abuela, dicen que Harry elevó su mirada al cielo y como manteniend­o un íntimo diálogo con Diana, murmuró: “¡Mamá, finalmente, estás vengada!”.

Mientras Meghan volvió a partir hacia Canadá para reunirse con su madre, Doria Ragland (63), Harry se quedó a hacer frente a la parte legal que, en primer término incluye de qué vivirán. Ya que la abuela les “prohibió obtener ingresos por la Corona”. Esto lo obligaría a buscarse un nuevo “trabajo” que sería como orador, cobrando hasta más de 500 mil dólares por charlas en eventos.Y, gracias a Meghan, lanzaron sus propias líneas de ropa, accesorios, calendario­s, tazas, postales, más de cien artículos de merchandis­ing que les permitirá expandir a nivel mundial su marca registrada como “Sussex Royal” y “Sussex Royal Foundation”.

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 ??  ?? La reina Isabel II nunca aprobó el amor de su nieto Harry con la plebeya Meghan Markle. Desde su boda miró con recelo a la ex actriz y en los últimos actos mandó a la pareja a un segundo plano, detrás de Carlos, William y Kate.
La reina Isabel II nunca aprobó el amor de su nieto Harry con la plebeya Meghan Markle. Desde su boda miró con recelo a la ex actriz y en los últimos actos mandó a la pareja a un segundo plano, detrás de Carlos, William y Kate.
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 ??  ?? Los diarios más importante­s de Inglaterra pusieron en sus portadas la drástica decisión de los duques de Sussex con su renuncia a la Casa Real. Isabel II se enteró de todo por la prensa, estalló en furia, y definió a la noticia como una “gran” traición de su nieto.
Los diarios más importante­s de Inglaterra pusieron en sus portadas la drástica decisión de los duques de Sussex con su renuncia a la Casa Real. Isabel II se enteró de todo por la prensa, estalló en furia, y definió a la noticia como una “gran” traición de su nieto.
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 ??  ?? Los sentimient­os en Buckingham están divididos. William dice que con Harry no se hablan desde hace tiempo. Kate soporta todo y Meghan está feliz porque se reencontró con su madre en Canadá.
Los sentimient­os en Buckingham están divididos. William dice que con Harry no se hablan desde hace tiempo. Kate soporta todo y Meghan está feliz porque se reencontró con su madre en Canadá.
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