“MEDITAR SERENA LA MENTE”
BEATRIZ GOYOAGA, CREADORA DE “EL ARTE DE VIVIR”
Tenía una carrera exitosa como periodista, pero aún así, Beatriz Goyoaga, nacida en Madrid, pero radicada hace 27años en Buenos Aires, sentía que “había algo más que comer, dormir, trabajar…pero nunca había entendido qué era. Y lo busqué cambiando de países, porque he vivido en siete distintos, escalando el Everest, o con desafíos intelectuales como estudiar chino 9 años u otros seis idiomas. ¿Para qué estamos aquí? me preguntaba. Y en el frenesí de la prensa, del correr detrás de las notas, se me cruzó el manejo del estrés laboral y eso me llevó a poder empezar una vida distinta. La meditación me ha llevado a una tranquilidad y serenidad que antes desconocía”, cuenta la directora de la sede argentina de la fundación “El Arte de Vivir” y quien encontró su camino luego de ser parte, en 1998, de una meditación que daba en el Teatro San Martín el maestro indio Sri Sri Ravi Shankar.
Cálida y siempre graciosa, Beatriz le contó a CARAS cómo fueron aquellos inicios de la fundación, hace 22 años. “Al principio me costó con la gente. Claro que yo también pensaba antes que la meditación era para los que se fuman un porrito debajo de un sauce (ríe). Pero no podía estar sentada sobre tanta dicha y bienestar pudiendo transmitirlas a otras personas que hoy se han convertido en miles”, dice la profesional que como corresponsal del Daily Mail de Inglaterra entrevistó a personalidades como la reina Isabel II, Lady Di, el príncipe Carlos y también a Nelson Mandela.
“Abrí la fundación y cada vez que Ravi Shankar venía a la Argentina se quedaba en mi casa. No sabes el estrés que significaba eso (vuelve a reír). Hoy en día ya lo conozco, lo considero mi maestro y siento un relax que nada que ver. Fueron épocas muy hermosas, en las que se sumaron figuras como Marcelo Tinelli, Nico Cúneo y otros. Pero no se trata de famosos, porque yo también he transmitido el programa en las cárceles a más de 1800 hombres, a más de 5 mil policías y a gente que está en situación de calle”, explica Goyoaga. “El vivir feliz es para todos. Te podría decir, comparándolo y sin tener afiliaciones políticas ni religiosas, que si Greenpeace limpia el planeta de los lugares contaminados y evita que se contaminen selvas u océanos, lo mismo hace ¨El Arte de Vivir¨ con las mentes. Es dar herramientas para salir de ese estado de depresión, ataques de pánico o de angustia, y dejar de sentir eso de “no doy más”, al igual que evitar que otras mentes caigan en eso”, agrega.
Respecto a los cursos que “El Arte de Vivir” ofrecen hoy de forma virtual, y también pueden hacer niños mayores de 6 años, detalla: “Meditar y respirar son dos cosas distintas y complementarias, como son las higienes corporales de lavarse el pelo y los dientes. Hacen falta las dos. La respiración actúa como un limpiaparabrisas, quita un poco ese bagaje de la mente de ¨tengo que…¨, al que se asocian los problemas, mientras que la meditación te permite tranquilizarte y profundizar en ese espacio de silencio de donde sale la creatividad y productividad. En este momento sirve para tener la mente serena y las defensan altas, porque está probado que cuando te estresas el nervio vago, que es el que rige todo el funcionamiento automático del organismo, se contrae y entonces todo anda mal. Hoy, por el estrés de la pandemia, recibimos cientos de llamados.”
—¿Cuánto lleva aprender las técnicas?
—Las técnicas de meditación se aprenden en tres sesiones de tres horas, con un mantra personal que tiene una vibración especial y te transporta profundo. Y la respiración y meditación lleva un poco más, porque la respiración es muy poderosa y hay que ir con cuidado. Son cinco sesiones de tres horas cada día. Hay que hacerlo en sesiones consecutivas y después practicas 20 minutos a la mañana y otros 10 o 15 a la tarde para que tengan mejor sueño a la noche, por ejemplo. Son los mejores minu
tos invertidos en tu vida.
—Respecto a tu vida como periodista ¿Cómo fue entrevistar a Lady Di, Isabel II y hasta a Mandela?
—Mira, Lady Di era una cosa de cuento, divina, muy humana. Ella me dijo “yo quisiera que mis hijos hagan voluntariado en África y no sean marionetas de la corte”. Era una chica sencilla dentro de todo lo que le rodeaba. Por ejemplo, llevaba el esmalte de sus uñas de un color que no le pegaba con la ropa. Era normal. A la reina la entrevisté en África cuando era corresponsal y me dio la nota en la casa del presidente Moi de Kenia y era un robot, pobrecita. Y Nelson Mandela me pareció una persona tan humana y profunda. Me dijo “yo no quiero que corran ríos de sangre en mi país, no quiero venganza”.
-También recorriste el mundo…
-Sí, recorrí dos veces el perímetro de la Tierra solamente en un viaje y yo sola alrededor del mundo. Le dije a mi marido “me voy, pero voy a volver” y casi se muere (ríe) Conseguí el pasaje con una aerolínea para un diario y me preguntaron “¿dónde quiere ir?”. “Para donde vaya la empresa”, les dije. Me contestaron que para eso necesitaba un año. Y me lo tomé. Llevo viajando desde los 17 años y tengo 37 porque la edad no la digo. Conocí beduinas, príncipes y entrevisté a gente interesantísima. El mundo es hermoso, porque adónde vayas te lleva tú la felicidad.
“El Arte de Vivir da herramientas para salir del estado de angustia. A mí la meditación me llevó a una tranquilidad que antes desconocía.”