“SOY COMO LA GENTE ME VE”
MARIA EUGENIA VIDAL: REFLEXIONES Y EVOLUCION
Dice que dejar el poder tras su paso por el cargo de gobernadora de la Provincia de Buenos Aires la hizo recuperar su capacidad de reflexión en el plano político y afianzarse desde lo personal. En estos últimos dos años, María Eugenia Vidal dedicó gran parte de la pandemia a ser mamá full time y, a su vez, fortaleció el vínculo con su pareja, el periodista Enrique Sacco.
Durante un extenso y profundo reportaje con el el presidente & CEO del Grupo Perfil, Jorge
Fontevecchia, la precandidata a diputada nacional por Juntos por el Cambio en la Ciudad de Buenos Aires explicó que su regreso a CABA no es pensando en ser jefa de Gobierno en 2023; que, luego de ser gobernadora, hay pocos honores que le restan: uno de ellos es la presidencia, aunque reconoce que es muy temprano para hablar de eso.
A continuación, un extracto de las partes más íntimas y reflexivas del reportaje del conductor de “Periodismo Puro”, por NET TV, a una de las mujeres más influyentes de la política argentina.
—Algunos analistas en comunicación política señalan que existe un cambio de tono en tu manera de comunicar. Que pasaste de una forma más afectiva y sensible a posiciones más enfáticas. ¿Es parte de un proceso evolutivo en la política?
—Soy como soy, como la gente me ve. Con mis fortalezas y mis debilidades. Este es un momento que exige. Una cosa era como gobernadora, donde tomaba las decisiones y podía definir el rumbo de las cosas, y otra cosa es como oposición. Mi rol es marcar lo que está mal y poner un límite a lo que afecta a nuestros valores y forma de vivir. Hay que estar muy firme. Estamos discutiendo problemas que hace un año y medio no teníamos. No solo no resolvimos los que traíamos, los salarios siguen atrás de la inflación, las jubilaciones bajaron, los problemas de la economía no se resolvieron, sino que además discutimos nuevos problemas.
No teníamos un problema de política exterior en la Argentina. Estaba claro que Argentina estaba integrada al mundo y del lado de los países democráticos. Hoy estamos aislados y defendiendo a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Estaba claro que los chicos tenían que estar en las escuelas. Discutíamos cómo hacer para que aprendieran más y mejor. Recién la semana pasada logramos que la provincia de Buenos Aires, después de abrumadora evidencia, abriera de nuevo las escuelas. En muchos lugares del país pasó lo mismo. Santa Cruz estuvo dos años sin educación pública, Tenemos nuevos problemas que definen nuestra forma de vivir. Eso exige una firmeza adicional. No discutíamos que los delincuentes condenados tenían que estar presos. Fue muy grave que más de 2 mil personas detenidas salieran en libertad sin ninguna justificación. Que haya un retroceso en la pelea contra el narcotráfico que dimos con Patricia Bullrich y con Mauricio Macri también es grave.
—En el último reportaje que hicimos todavía eras gobernadora, era antes de las elecciones en la Provincia, ¿Qué te cambiaron esos dos años de haber sido gobernadora? Recuerdo que te hice esta misma pregunta. Pero ahora hubo un tiempo de reflexionar, seguramente.
—Lo primero que diría es esto: recuperar capacidad de reflexión. Cuando uno tiene un cargo de tanta responsabilidad, y hay tantos problemas que resolver que no pueden esperar, se pierde esa capacidad. Estar fuera del poder ayuda. Lo segundo fue aprender sobre ganar y perder. Estuve veinte años seguidos en cargos críticos en el sector público. Desde 2007 hasta 2019 participé en elecciones donde se ganó. Perder una elección fue un enorme aprendizaje. Me permite estar mucho más despojada del poder. Sé qué es tener una enorme responsabilidad y también sé lo que es ser una ciudadana de a pie trabajando en el sector privado. Haber transitado esos dos
“Perder una elección fue un enorme aprendizaje. Me permite estar mucho más despojada del poder. Haber transitado ese contrastes me enseñó.”
contrastes me enseñó. Me dará mucho más temple y eje cuando me toque ocupar una posición de poder. Voy a mirar el poder con más perspectiva.
—En esa entrevista te pregunté sobre un proyecto presidencial, tu respuesta fue: “Que se encargue Rodríguez Larreta de un proyecto presidencial; lo que quiero tener es novio”. ¿Necesitaste estos dos años para recomponerte personalmente?
—Sin dudas. Los años en la Provincia fueron difíciles. Fue también la experiencia más transformadora de mi vida. No me victimizo. Lo elegí. Si volviera el tiempo atrás, lo volvería a elegir. Volvería a dar todas y cada una de las peleas que di, más allá de sus costos. La pandemia, que para muchos significó encierro, perder su libertad, para mí fue pasar a ser una madre 24 horas. Fue un muy buen reencuentro. También fue tener tiempo para una pareja que empezaba. Cuando uno tiene un lugar al que volver cada noche y una familia sólida, hace mejor política. Como en cualquier otro trabajo, cuando uno tiene su lugar afectivo bien anclado, es mejor. Uno es mejor.
—¿Elegiste para el prólogo de tu libro un psicoanalista?
—Sí. Es mi terapeuta. José Abadi es una persona que todo el mundo respeta. Era alguien que había acompañado mi proceso. Nadie mejor para transmitir ese proceso de aprendizajes. Intenté dejar en un lugar lo que me había pasado, lo que había aprendido, y ver si eso les podía servir a otros que ocuparan un lugar parecido.
—Se explica en neurociencia que cuando se hace el mapeo cerebral de una persona que hizo una carrera universitaria, frente a los mismos estímulos se encienden diferentes partes dentro del cerebro. Cuando uno hace una experiencia que le deja conocimientos de los que antes carecía, ve la vida de manera diferente. ¿Pasaría lo mismo con tu cerebro de 2015 y el de hoy?
—No soy la misma. Nadie podría ser igual. Es bueno que evolucionemos, que nos transformemos. Mis valores siguen iguales, pero esa experiencia y también haber perdido, y este año y medio que pasó, más la experiencia en la Ciudad hoy, ayuda al crecimiento. Tengo una mochila más cargada, pero también más sólida.
“Cuando uno tiene un lugar al que volver y una familia sólida, hace mejor política.”