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“MI HIJA HONRO MIS RAICES”

ROSSELLA Y LA BODA DE SU HIJA MARIA TOSCANA

- Por Sabrina Galante

Las palabras no le alcanzan. Rossella Della Giovampaol­a revive en imágenes el casamiento de su hija, María Toscana Garfunkel, pero siente que nada en su relato, aunque todavía lo tenga a flor de piel, le hará suficiente justicia. “Que mi hija encuentre su felicidad y a su otra media naranja es el sueño de toda madre. Es una frase que parece cursi pero es la verdad. Que estén felices, que se hayan encontrado, que estén enamorados. María es muy independie­nte pero encontrar el gran amor de tu vida y coronarlo con el casamiento era un poco su sueño. Fue algo shockeante el momento de verla entrar. Pero con mucha alegría y nada de melancolía. Porque María es una mujer espléndida, plena y feliz”, desliza su mamá, conmovida de que su heredera eligiera el “hogar” de sus raíces para la gran celebració­n. “La verdad me emocionó mucho, María tiene un lazo muy fuerte con mi pueblo, Montepulci­ano, con la italianida­d que siempre traté de cultivarle, de llevarla allá y de hecho, el lugar que ella eligió es donde desde que tenía 4 años íbamos todos los veranos para pasarlo con mis padres, así que también son sus raíces aunque ella y su papá son argentinos. Y me honra también al mismo tiempo, porque lo considero una demostraci­ón de mucho amor. Que eso haya sido tan fuerte para ella, para elegirlo para coronar su historia de amor, esa bendición. El director del lugar donde se celebró,

la conoce desde chiquita y el otro día encontramo­s unos dibujos que ella hizo acá y ahora se está casando: ¡Cómo pasa el tiempo!”, admite quien no dejó ningún preparativ­o –aunque fuera a la distancia– librado al azar. “Ella vive en Londres y nos comunicába­mos todo el tiempo por teléfono y whatsapp. Xander, su esposo, tuvo que aguantar todo el estrés de María y en mi caso, Gustavo (Yankelevic­h), nuestros cables a tierra. Yo vine recién en mayo a Inglaterra pero todas las decisiones de organizaci­ón fueron online con la wedding planner, y para las elecciones me pedía consejos y mirábamos juntas”.

Aunque cada hightlight de la boda le imprimió emotividad, la fibra más íntima de Rossella se quebró cuando su hija ingresó de la mano de Gustavo. “Fue ella la que lo eligió porque tiene una relación muy fuerte con él. Verlos entrar juntos me dio mucha alegría y me enorgullec­e haber podido ser ese lazo entre los dos. Ella perdió al papá muy chica, Gustavo perdió una hija y es como si se hubieran encontrado en la pérdida, de dos figuras tan importante­s para los dos. Se adoran y hay veces que ella le cuenta más cosas a Gustavo que a mí o tiene esa cosa de protección. Él cumplió el rol de papá todos esos años y su vínculo fue evoluciona­ndo. Por ahí de chica podía ser un poquito celosa pero siempre tuvo una relación bárbara. Yo elegí a Gustavo, pero ella también. No te digo que él lloró, pero los días previos estuvo con una vibra emotiva muy fuerte. Yo por ahí porque estaba organizand­o todo, más meti

da en lo práctico pero en el momento fue muy intenso”, destaca la elegantísi­ma socialité que no puede evitar verse reflejada en la historia de amor de la novia. “Hace cuatro años que Xander y “Tosqui” viven juntos. Se compensan mucho, cada uno con su carácter, con sus virtudes y defectos aportan a la pareja. Yo creo que para que una pareja tenga éxito hay que aportar de ambos lados y, parece cursi pero tener paciencia y acompañars­e, ceder alguna vez, eso que casi te diría que es de manual pero sirve. En mi caso, el papá de María era más grande que yo, pero estábamos locamente enamorados así que en ese sentido, me sentí cerca y feliz por ella, porque se la veía radiante como estaba yo el día que me casé. En ese sentido la siento como fui yo, una mujer enamorada, que llega al cumplimien­to del sueño de la historia de amor”, reconoce.

Si bien por las restriccio­nes sanitarias parte de la familia argentina no pudo viajar al civil en Londres, nadie se quiso perder la emotiva ceremonia en La Toscana, una lujosa fiesta al aire libre, que selló la unión de los enamorados. “Somos todos una gran familia de mucho amor, de mucho respeto. Podemos estar lejos, porque María vive en Londres y yo voy y vuelvo todo el tiempo, al igual que Gustavo cuando se lo permite su trabajo, pero nuestro lazo es indiscutid­o”, concluye.

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 ??  ?? Después de la unión por civil en Londres, la hija de la socialité festejó a lo grande en La Toscana, en honor a a su amada familia materna. En la foto junto a su mamá y su tia Patricia Della Giovampaol­a.
Después de la unión por civil en Londres, la hija de la socialité festejó a lo grande en La Toscana, en honor a a su amada familia materna. En la foto junto a su mamá y su tia Patricia Della Giovampaol­a.
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 ??  ?? María Toscana Garfunkel no dudó en elegir a quien hace años considera su papá para entrar al altar. Caminó de la mano de Gustavo Yankelevic­h. Rossella asegura que su lazo es excepciona­l y que ambos se eligieron mutuamente tras vivir pérdidas familiares.
María Toscana Garfunkel no dudó en elegir a quien hace años considera su papá para entrar al altar. Caminó de la mano de Gustavo Yankelevic­h. Rossella asegura que su lazo es excepciona­l y que ambos se eligieron mutuamente tras vivir pérdidas familiares.
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 ??  ?? La celebració­n de lujo al aire libre tuvo un tinte nostálgico para la familia de Rossella, que pasó sus veranos en la enorme finca italiana. La mamá de la novia admite que lloró y que su hija se veía tan radiante como ella en la boda con su papá.
La celebració­n de lujo al aire libre tuvo un tinte nostálgico para la familia de Rossella, que pasó sus veranos en la enorme finca italiana. La mamá de la novia admite que lloró y que su hija se veía tan radiante como ella en la boda con su papá.
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 ??  ?? Patricia y su pareja, el escritor francés Jean-Paul Enthoven.
Patricia y su pareja, el escritor francés Jean-Paul Enthoven.
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