LOS REYES DE SUECIA Y SUS “MINI ROYALS”
MARTIN TETAZ: POLITICA, RUNNIG E HIJOS
El salón principal del Palacio Drottringholm brilló en todo su esplendor para el posado oficial de la Familia Real de Suecia luego de la ceremonia de bautizo de Julián, el tercer hijo de la princesa Sofía (36) y del príncipe Carlos Felipe (42). El pequeño, que nació el 26 de marzo y que cumplió los 5 meses, lució un “batón cristianar” de 1906 –el mismo que han llevado todos los herederos a la corona sueca– y fue el centro de atención de los reyes Carlos XVI Gustav (75) y Silvia (77). Mientras sus hermanos Alexander (5) y Gabriel (4) se destacaron vestidos con blazers, camisas blancas y bermudas de la firma española Mayoral. “Alex”, como lo llaman, fue el más inquieto y divertido de la sesión fotográfica. Según contaron sus padres, es un niño muy travieso y, según parece, Julián ya demostró que seguirá sus pasos a la hora de hacer monerías. La feliz mamá eligió un look más tradicional para cumplir con el rito de posar ante la cámara de la fotógrafa oficial de la familia, Elisabeth Toll, y eso se inclinó por un vestido blanco bordado con grandes flores, de Etro, al que le sumó un clásico tocado sueco con cinta a modo de diadema con un maxi lazo, aros de perlas de Ole Lynggaard, anillos de oro con piedras by Bigli, pulsera solidaria de Project Playground x Skultuna y zapatos de Stinaa J. En la tradicional postal tomada en uno de los salones principales del castillo, resaltó la presencia del príncipe Carlos Felipe con su uniforme de gala y la de los otros abuelos, Erik y Marie Hellquist.
Por delante, lo desvelan tres desafíos: bajar la inflación, correr un maratón y escalar el Aconcagua. Disímiles pero igual de complejas, Martín Tetaz (46) encaró la primera misión a partir de su precandidatura a diputado nacional por Juntos en la Ciudad de Buenos Aires junto a María Eugenia Vidal. Desde su rol académico y de columnista económico en “Lanata sin Filtro” vio el problema desde la platea pero, como él bien dice, llegó el momento de entrar a
la cancha. “No podía haber elegido un mejor timming. Hay un hartazgo general con los privilegios de una clase política que nos encerró, dejó a los chicos sin escuelas, a los padres sin trabajo y a los abuelos sin vacunas, mientras ellos se auto percibían personal de salud para vacunarse primero y le decían a la sociedad que festejaban su cumpleaños por zoom, pero hacían una clandestina. La gente tiene claro que va a castigar al gobierno en las urnas pero busca una alternativa potente y con capacidad de ganar, pero sobre todo con un plan para el día después; con propuestas, que es lo que siempre hice desde los medios y ahora me toca representar”, explica el periodista, quien recibe a CARAS en su escaso tiempo libre de campaña.
Respecto a la mirada de sus hijos sobre su decisión, explica: “Los mellis no entienden mucho; a los cuatro años solo quieren jugar y pasar tiempo con el papá, pero Agustín (7), el otro día escuchando un spot de otro candidato por la radio me dice; ´Papi yo no entiendo para que gastan plata los otros partidos si toda la gente te va a votar a vos´ (risas). Están en la edad en que los padres somos superhéroes y la tía le contó que yo iba a ser diputado para bajar la inflación y como él lógicamente cree que todo el mundo quiere bajar la inflación, piensa que no hay posibilidad de que no me voten”.
Pero más allá de su vocación y de los problemas económicos de la Argentina, la inspiración más genuina la encuentra en su familia: “Agus es el nene más racional y sensible que he visto en mi vida. Me veo permanentemente reflejado, como decía el Nano Serrat y cada deja vu es una satisfacción. Los mellis me enseñaron que, contra mi prejuicio, la personalidad viene de fábrica; son completamente distintos. Desde el primer día Santi es la calma y el amor, la dulzura y al mismo tiempo la manipulación y el carisma. Benja es un torbellino desde la panza de la mamá; desafía las leyes de la física y se suicida a cada paso. Es el más inteligente de los tres, no en términos lógico-matemáticos, sino prácticos, pero paradójicamente es el más inseguro. Son tres caramelos que me dicen que me quieren. Los amores de mi vida”.