“FUE MUY DESEADO” LIBERMAN PRESENTA A MILO
El amor vino con desafíos y el resultado fue tan poderoso que le dio sentido a cada minuto de lucha. Hoy desde la cuna les sonríe Milo, con apenas dos meses de vida, y Martín Liberman (47) y Ana Laura López (33) entienden que el sacrificio valía la pena. El periodista deportivo padece un trastorno hereditario que impide que los espermatozoides sanos fecunden los óvulos. El ya es padre de Blas (13), fruto de una relación anterior, y por quien para que nazca tuvo que hacer ocho tratamientos de fertilización (recién el último tuvo éxito). Cuando formó pareja con la bailarina, cantante y compositora, tiempo después de conocerla en la pista de ShowMatch (compitieron en la edición del Bailando 2014), Liberman supo que ella deseaba ser madre. “Empezamos a salir con Ana hace cuatro años. Ella me preguntó si yo estaba cerrado a la posibilidad de ser padre. Que en ese caso ella tenía que ‘volar’ porque no sabía cuándo, pero en algún momento iba a querer ser mamá. Yo le dije: ‘Primero enamorémonos y después tenés que saber que yo tengo una dificultad, que no puedo ‘soplar y hacer botellas’, y que vamos a tener que sí o sí hacer tratamientos’. Ella aceptó embarcarse igual. Nos casamos en octubre de 2019, después nos agarró la pandemia y nos enamoramos más que antes. Sentí que su maternidad era ineludible por el amor que siento por ella y le propuse hacerlo. No se podía demorar sino yo iba a ser el ‘abuelito’ del nene (Risas)”, explica en su casa de Palermo el jurado de “Los 8 Escalones” (Programa de TV de El Trece); además de conductor de “Liberman en Línea” (Late 93.1) y “Debate F” (STAR +).
El periodista deportivo se auto-percibe como “buen papá”. “Soy el que compra los pañales. Lo baño, lo cambio, le lustro la cola
tanto al pobre chico. Soy como quisquilloso con la limpieza (Risas)”, agrega. A su lado, “Anita”, como le dice Martín, lo confirma: “Uno lo ve a Martín en la tele opinando de fútbol, todo serio y de traje, y no tiene ni idea de lo que es en casa, cómo me ayuda: es un ‘papá todo terreno’”, dice la bailarina.
A la hora de decir a quién se parece más el bebé, toma la palabra él: “Anita es más linda que yo, pero exceptuando su belleza, porque el bebé es hermoso, hasta la mamá dice que es un ‘Liberman Puro’”, afirma Martín. Su mujer agrega: “Cuando duerme se le abren un poco los ojos, que es lo mismo que me pasa a mí. Es lo único que tiene mío (Risas)”.
En el año del Mundial, ya está hecho el cálculo: papá Martín estará en Qatar cuando el bebé tenga seis meses. “Blas tenía un año cuando fui al Mundial de Sudáfrica. Creo que es mejor que viaje con nenes muy chiquitos, porque tal vez no registren tanto mi ausencia”, dice Liberman.
Martín comenta que hasta la llegada de Milo, lo más grande que tenía en la vida era su hijo Blas. “Ahora lo veo a Milo y no lo puedo creer. Siempre me preguntaba como sería tener amor para un nuevo hijo, cómo hacer para partir el corazón en dos. Y más que partirlo, lo que sucede es que te aparece un segundo corazón”, concluye.
“Con el bebé ayudo lo que puedo. Lo baño y le lustro tanto la cola al pobre chico. Soy como muy quisquilloso con la limpieza.” (Liberman)