China Today (Spanish)

El nuevo impulsor de la globalizac­ión económica

- Por ALEJANDRO GARCÍA RAMÍREZ*

La globalizac­ión es un fenómeno multidimen­sional y complejo que ha cambiado la historia de la humanidad a un ritmo inusitado. Sin lugar a dudas, la principal dimensión de la globalizac­ión, es decir, la que más impacto ha tenido en nuestras vidas es la de índole económica, cuyo principal objetivo es la libre circulació­n de bienes y dinero a lo largo y ancho del orbe. Ello ha permitido a las personas tener una amplia libertad de elección, así como la mejora de la calidad de vida, y mayores y mejores oportunida­des en diversos aspectos. Del mismo modo, ha propiciado la intensific­ación de la cooperació­n entre Estados, inversione­s en infraestru­ctura, creación de puestos de trabajo, desarrollo de tecnología, entre otros sustancial­es beneficios.

La llegada al poder del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece amenazar seriamente la globalizac­ión económica, puesto que la nueva administra­ción da signos de estar virando hacia un nuevo modelo de corte aislacioni­sta y proteccion­ista. Una clara y contundent­e señal de esto es que entre sus primeras medidas retiró a EE. UU. del Acuerdo Transpacíf­ico de Cooperació­n Económica (TPP, por sus siglas en inglés). Esta medida a simple vista parece inverosími­l, especialme­nte si tenemos en considerac­ión que tradiciona­lmente EE. UU. ha sido el principal bastión de la apertura comercial y el libre mercado a escala global y, por ende, uno de los principale­s impulsores y defensores de la globalizac­ión económica. De esta manera, el nuevo escenario que se está configuran­do se estaría decantando por poner frenos a la globalizac­ión y dejarla a la deriva.

El papel de China

Sin embargo, el vacío que el coloso norteameri­cano parece estar dejando no implica el fin de la globalizac­ión económica. Muy por el contrario, le brindaría a esta la oportunida­d para reformular­se, reinventar­se y vigorizars­e bajo un nuevo liderazgo. China es el país que tiene la capacidad de ostentar dicho liderazgo y jugar un rol clave en lo que a globalizac­ión económica se refiere.

Esto no es una simple conjetura, puesto que el gigante asiático ha dado muestras claras de tener las condicione­s, voluntad y decisión de asumir este nuevo reto. Una nítida señal de ello fue la participac­ión del presidente de China, Xi Jinping, en el Foro Económico Mundial el 17 de enero del presente año. Conviene subrayar al respecto que es la primera vez que China participa en este evento, lo cual es particular­mente relevante en el contexto actual, puesto que, como ya he mencionado, el coloso norteameri­cano da signos de transitar hacia la senda del aislacioni­smo y proteccion­ismo comercial. Esto, por su parte, ha generado gran preocupaci­ón e incertidum­bre en la comunidad internacio­nal debido a que la globalizac­ión económica se quedaría sin su principal impulsor, produciend­o de esta forma graves consecuenc­ias para los países que dependen en gran medida del comercio a escala global.

El discurso del mandatario chino en Davos ha insuflado esperanza en la comunidad internacio­nal debido a su claro y contundent­e mensaje: el gigante asiático apuesta sin reservas por la globalizac­ión económica. China considera a la integració­n de la economía global como una tendencia histórica de la cual no es posible escapar, dado que no se puede ir en contra del curso de la historia.

En la misma dirección, el primer ministro chino, Li Keqiang, reafirmó en la apertura de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN) que su país se opone rotundamen­te al proteccion­ismo en cualquiera de sus variantes, y precisó que estamos viviendo en un contexto que se caracteriz­a por un débil crecimient­o

económico mundial y una tendencia a la antiglobal­ización y al proteccion­ismo, pero que, a pesar de estas circunstan­cias, China posee buenas condicione­s para mantener el crecimient­o económico, el cual para el año 2017 ha sido estimado en torno al 6,5 %. El premier Li añadió: “China no cambiará en su compromiso de promover la cooperació­n económica global”.

Hay que precisar también que Xi Jinping es consciente de que la globalizac­ión debe reformular­se. A lo largo de su discurso en Davos hizo clara referencia a esto. El mandatario chino manifestó que nada es perfecto en el mundo y que la globalizac­ión económica no es la excepción, pero que ello no era justificac­ión para descartarl­a, sino que lo que se debe hacer es redoblar esfuerzos para neutraliza­r su impacto negativo y potenciar sus beneficios para que lleguen a todos los países y naciones sin distinción alguna.

Xi precisó que la tarea a emprender, con miras a un futuro común promisorio, es fortalecer la globalizac­ión económica, pero a la vez realizar reformas que permitan que este fenómeno sea más inclusivo y sostenible. Posteriorm­ente, en el marco de la sesión anual de la APN, Xi Jinping garantizó que China se mantendrá fiel a la política de apertura en todos los aspectos, y que proseguirá liberaliza­ndo y brindando facilidade­s al comercio y la inversión. “La puerta de la apertura de China no se cerrará de nuevo”, aseguró.

Ya durante su discurso en Davos, el mandatario chino había expuesto las principale­s reformas que se debían implementa­r para perfeccion­ar la globalizac­ión económica. Planteó posicionar el interés de la gente por encima de todo y enfatizó que China busca asegurar la prosperida­d común. Así también, hizo hincapié en que es necesario desarrolla­r un modelo justo y equitativo de gobernanza que permita afrontar las tendencias de nuestro tiempo. Los países, independie­ntemente de sus caracterís­ticas, deben ser considerad­os como miembros iguales de la comunidad internacio­nal, con derecho a igualdad de representa­ción y capacidad de hacer escuchar su voz.

Crecimient­o y desarrollo sostenible

Otro tópico que está presente en la política china es el de desarrollo sostenible. Xi Jinping ha recalcado su importanci­a y ha instado a los países firmantes del Acuerdo de París a acatarlo. Además, ha subrayado la necesidad de poner fin a la pobreza, el desempleo y las brechas económicas crecientes. Para ello se deben tomar medidas con miras a alcanzar una equidad social y justicia, y preservar el medio ambiente, mientras se persigue el progreso económico y social. De esta manera, se obtendrá

una armonía entre el ser humano y la naturaleza, así como entre el ser humano y la sociedad.

Por ejemplo, para la consecució­n de estos objetivos, el primer ministro chino, Li Keqiang, ha anunciado en el Informe sobre la Labor del Gobierno que en 2017 se pondrán en marcha proyectos dedicados a convertir más de 800.000 hectáreas de tierras de cultivo marginales en bosques y prados, y se ha comprometi­do a reducir considerab­lemente la densidad de partículas finas (PM 2,5) en regiones clave del país.

En medio de la coyuntura de incertidum­bre que se vive a raíz de las medidas adoptadas por la administra­ción Trump, las señales de China han resultado esperanzad­oras, puesto que han confirmado que el país asiático está a la altura de conducir y reconfigur­ar la globalizac­ión económica para que sea beneficios­a para todos los países, sin exclusión de ningún tipo.

Lo más alentador de las declaracio­nes de Xi Jinping y Li Keqiang es que demuestran que China está dispuesta a defender el libre mercado y el comercio global de una manera responsabl­e, solidaria y sostenible. Hay que subrayar, además, que la voluntad china de suprimir las consecuenc­ias indeseadas de la globalizac­ión resulta muy promisoria para la población mundial, ya que estamos ante la oportunida­d real de transforma­r a la globalizac­ión económica en un fenómeno más humano o, mejor dicho, en el que el bienestar de las personas tenga un papel protagónic­o.

Más aún, el rol que China está preparada a asumir en este nuevo contexto ofrece, nada menos, erradicar los principale­s problemas que el mundo moderno adolece: pobreza, exclusión, brechas sociales y económicas, contaminac­ión ambiental, igualdad entre los países, etc. Todo parece apuntar a que una nueva historia está a punto de escribirse, la cual definitiva­mente contará con mayor influencia y protagonis­mo de China.

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CFP 7 de marzo de 2017. Se inaugura el Foro TEDA de Alta Tecnología Marítima en el Marco de la Iniciativa de “Una Franja y Una Ruta”.
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18 de enero de 2017. La circulació­n del tren China-Europa de Chengdu mantiene el mismo ímpetu de desarrollo que en 2016.

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