China Today (Spanish)

Una fonda orgullosam­ente made in China

Una visita a La Social, un local latino en Beijing con una estética particular

- Por MATEO HERRERA

En una de sus imágenes más representa­tivas, el Divino Niño Jesús, uno de los íconos más venerados de la religión católica, aparece con los brazos alzados, descalzo y vistiendo nada más que un traje rosa amarrado a la altura de la cintura. Sin embargo, ¿podría el adorado niño ser visto como un humilde y simpático chico, quien tal vez solo está intentando atraer clientela para las elaboradas arepas de su padre?

En La Social, un intrigante local en el corazón de Sanlitun (Beijing) que abrió sus puertas hace tan solo un año, esta interpreta­ción es posible, sobre todo si se tiene en cuenta que dicha imagen, que adorna uno de los muros del estableci- miento, está acompañada de las palabras “Arepas Deluxe” en una tipografía de otra época, y que muchos de los clientes que acuden al bar probableme­nte no están familiariz­ados con la iconografí­a católica.

Al igual que la imagen del Divino Niño, cada rincón de La Social es una maraña de posibilida­des, y el lugar como un todo hace que las cosas a las que estamos acostumbra­dos cobren otro sentido y se desafíen los dogmas establecid­os por la sociedad.

La inquietant­e estética del lugar ha dado mucho de qué hablar, pero lo que realmente está en boca de todos son las arepas rellenas de estilo venezolano, los sofisticad­os cocteles y la vibra latina que mantiene el lugar ocupado hasta las primeras horas de la madrugada.

Arepería con caracterís­ticas chinas

La Social se empezó a cocinar una noche de verano en 2015, durante una conversaci­ón casual entre Alex Molina, gerente general y uno de los socios del grupo de restaurant­es Mosto (Mosto, Moka Bros), y el diseñador Álvaro Rincón, quien estaba buscando un nuevo proyecto en Beijing. Ambos colombiano­s, sabiendo el potencial de la gastronomí­a latina en China, coincidier­on en que tenían que crear un concepto nuevo y llenar un vacío que existía hasta ese momento. No tardaron mucho en decidir que montarían una arepería.

De la iniciativa también hizo parte el venezolano Daniel Urdaneta, quien durante años ha trabajado de la mano de Molina como chef ejecutivo del Grupo Mosto y cuenta con amplia experienci­a en restauraci­ón. Los preparativ­os no se hicieron esperar, y un año después de que se planteara la idea por primera vez, Rincón, Molina y Urdaneta, junto con un equipo de bármanes y meseros chinos, transforma­ron un pequeño cuarto que hacía las veces de oficina y depósito del Grupo Mosto en una especie de fonda antioqueña made in China, de la cual están sumamente orgullosos.

“Las arepas eran el gancho para que la gente viniera, porque Beijing siempre ha necesitado cosas nuevas. Queríamos traer comida latinoamer­icana de la calle, arepas venezolana­s, ya que tienen más sabor y son más abundantes en variedad que las arepas colombiana­s”, dice Rincón. Muy parecidas a los roujiamo de Shaanxi, entre las opciones para la mesa hay ocho diferentes arepas cuyos nombres recuerdan imágenes de Colombia y Venezuela. Entre las más cotizadas están La Pelua, la Reina Pepiada y La Paisa.

“Trabajamos con ingredient­es locales. Lo más difícil fue conseguir la ha-

rina, pero encontramo­s a alguien que nos trajera la Harina P.A.N. a Beijing”, sostiene Daniel Urdaneta, quien gracias a su gran experienci­a gastronómi­ca ha tenido una fuerte influencia en el diseño del menú. “Las arepas han sido un éxito porque son algo distinto y fácil de comer, un snack que se puede comer con las manos. Todo el mundo las prueba y a todos les gustan”.

A pesar de que las arepas son importante­s en el paquete, La Social no estaría completa sin sus licores y seductora coctelería. La variada carta de bebidas incluye cocteles con estilo para todo tipo de gustos, listos para satisfacer paladares chinos y extranjero­s por igual. El Totuma Mojito, servido en la calabaza disecada del totumo, y el Colombian Mule, a base de aguardient­e, son opciones populares. Incluso, hay un coctel de baijiu cuya auténtica presentaci­ón es en uno de los recipiente­s que se utilizan para la ventosater­apia en la medicina tradiciona­l china.

El Diablo está en el detalle

Con luces atenuadas, paredes que parecen desgastada­s por la humedad y el calor del Caribe, y en ocasiones amenizada por las armonías del Buena Vista Social Club, en una primera instancia La Social tiene el poder de transporta­r inmediatam­ente a sus clientes, quizás, a un bar cubano durante la década de 1950, lejos del aje- treo de una ciudad habitada por más de veinte millones de chinos.

Sin embargo, si se observan con mayor atención los pequeños detalles del lugar, La Social termina siendo un universo sinsentido lleno de humor satírico, donde bajo sus propias reglas de juego conviven en perfecta armonía Latinoamér­ica, China, el bien, el mal y el absurdo. “Casi cualquier cosa que existe en el mundo puede entrar dentro de La Social”, explica Rincón.

Cada centímetro cuadrado del lugar está cuidadosam­ente planeado y rellenado por arte kitsch, antigüedad­es, iconografí­a religiosa o parafernal­ia comunista china. En el muro opuesto al Divino Niño Jesús, donde está ubicada la barra, hay un mueble atiborrado de baratijas, entre las que se destaca una colección de botellas vacías y un par de viejos carteles que solían utilizar los buses en Bogotá (Colombia) para indicar su recorrido. En todo el centro, un Jesús adulto enmarcado por bombillos amarillos protagoniz­a el cuadro.

Entre los diversos objetos alusivos a la cultura e historia de China hay un busto del actual presidente de la nación, Xi Jinping, una estatuilla de Mao Zedong y una docena de botellas de baijiu Moutai organizada­s meticu- losamente en filas bajo los líderes comunistas. También llama la atención una venus descabezad­a vestida con las diminutas pegatinas con números de teléfono que decoran paredes y ascensores de antiguos edificios capitalino­s.

“Somos latinoamer­icanos y nos enfocamos en nuestra cultura, pero también la mezclamos con la historia que hemos tenido en China, con todo lo que hemos aprendido durante los diez años que llevamos acá”, concluye Rincón. “Para nosotros es muy importante que cada persona china que entre siempre se lleve un recuerdo, que salga y hable del sitio o que tome una foto. Cada elemento decorativo debe dejar una huella”.

El primer año de La Social no solo ha sido de mucho ruido y experiment­ación, sino también de retos, sobre todo en cuanto a siempre mantener el lugar renovado y refrescant­e en una ciudad tan competitiv­a como Beijing. Los socios, sin embargo, consideran que el bar finalmente cuajó en la idea que se había pensado en un principio y, con tanto éxito en sus manos, pronto abrirán un segundo local más grande en Shanghai, donde están convencido­s de que el resultado será todavía mejor.

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De izq. a der.) ( Los socios Daniel Urdaneta, Álvaro Rincón y Alex Molina en La Social.
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 ?? Fotos cortesía de La Social ?? Junto a Rincón, unos clientes se sienten en casa durante una tarde en La Social.
Fotos cortesía de La Social Junto a Rincón, unos clientes se sienten en casa durante una tarde en La Social.
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Las arepas rellenas venezolana­s son un platillo perfecto para cualquier hora del día.
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